Cuando Mauricio Toro llegó al Icetex tenía también la tarea de limpiar la entidad de corrupción y burocracia. No lo logró. Después de año y medio salió del instituto con el récord de una pobre gestión detrás; con pocos aplausos, pero sí con muchas críticas.
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Venía de cuatro años exitosos en la Cámara de Representantes, corporación a la que llegó gracias a un férreo activismo por los derechos de la comunidad LGBTI que le permitió darse a conocer entre los casi 20 mil ciudadanos que votaron por él y en la que se destacó por impulsar proyectos sobre temas de emprendimiento, tecnología e innovación. Entonces fue formula del exsenador Verde Iván Marulanda, a quien se le achaca un desafortunado trino diciendo que los jóvenes no deberían opinar sobre política, pero contó con el respaldo de dos pesos pesados de la colectividad como Angélica Lozano y Claudia López, quien renunció recientemente al partido motivada por el escándalo de los carrotanques.
Tan pronto llegó Toro a la dirección del instituto, su compañera de Partido Katherine Miranda, una joven que se hizo elegir como petrista, pero que comenzó a distanciarse de las ideas del Presidente durante el trámite de la Reforma a la Salud y con la que compartió curul en la Cámara de Representantes del 2018 al 2022, habría enseñado su poder para pedir puestos en la entidad de crédito educativo.
La imagen de un archivo de Excel, publicada en la cuenta de Twitter @Icetextearruina, mostraría seis puestos que Katherine Miranda habría exigido como cuota en el Icetex. Cinco de aquellos puestos serían de perfil medio y un peso pesado, se trataría de Alexandra Bandera Ortega, la esposa del ingeniero industrial de los Andes, Jairo González Quintero, el mayor aportante natural a la campaña política de Katherine Miranda a la Cámara de Representantes. El par de esposos puso en la campaña de Miranda la no despreciable suma de $283.365.633. Bandera, quien era contratista en la Alcaldía de Claudia López, y se ganaba 6 millones al mes, llegó al Icetex como la gran Coordinadora de Talento Humano y con poder sobre 600 puestos de trabajo.
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La lista de Excel, que habría sido filtrada del computador de la entonces secretaria general del Icetex y mano derecha de Mauricio Toro, María Carolina Carrillo, no tendría algo de validez si los nombres consignados en ella no coincidieran con los contratos firmados en los meses siguientes a la posesión del politólogo Mauricio Toro, quien con conocimiento o no, les habría dado luz verde a las cuotas que desde el Partido Verde le habrían exigido. En la lista filtrada de cuotas que le pertenecerían a Katherine Miranda, también está el nombre de: Laura Naranjo, quien según confirmación del Icetex tiene un contrato de $7.785.751; Diana María Gómez, quien tiene un contrato de $5.014.800; Orlando Acosta, con un contrato de $4.903.360; Sehir Edgardo Rodríguez, con un contrato de $5.572.000. Así las cosas, el número de cuotas más alto sería el de la expetrista, de quien dicen, que con la esposa del mayor aportante a su campaña puesta la oficina de Talento Humano, tendría el poder de poner y quitar a quien quiera en el Icetex, de donde Mauricio Toro salió corriendo, según aseguró, por problemas personales.