La propuesta de la creación de una nueva corporación autónoma en el río Atrato, Coratrato, no es una idea original de la representante a la Cámara por el Chocó, Astrid Sánchez Montes de Oca, sino de otros políticos antioqueños. Estas ideas están reseñadas en las actas de varias reuniones de evaluaciones sobre el cumplimiento de la Sentencia T622. De hecho, la propuesta de creación de una nueva corporación inicialmente aparece interesante, novedosa y oportuna, pero cuando se examina de manera serena y cuidadosa es una especie de regalo envenado para los chocoanos, la cual amerita un estudio profundo y detallado.
La doctrina expansionista de los paisas sobre el territorio chocoano durante y después de la dominación colonial ha sido funesta para los chocoanos. De 1810 en adelante los antioqueños han buscado por todos los medios controlar el territorio chocoano a través de diferentes argucias políticas y económicas.
La doctrina antioqueña de buscar tener dominio sobre los dos mares ha sido el principal combustible de las disputas de conflictos de límites con el Chocó en la cuenca del río Atrato. Es un asunto centenario y que se reedita en determinadas épocas de turbulencia política. Los paisas saben que quien controla el río Atrato domina el Chocó, debido que históricamente el río Atrato ha sido la columna vertebral de la dominación del Chocó.
El primer lugar, la propuesta es inviable, porque la misma sentencia habla de fortalecimiento institucional de los entes territoriales encargados del manejo ambiental de la Cuenca. Por consiguiente, creando más burocracia no se van a resolver los problemas de descontaminación del río. Se requiere de una gerencia del río, no adscrita al ministerio del Medio Ambiente, sino al Departamento Nacional de Planeación, que coordine y articule el trabajo institucional en todos los niveles del Estado para que se cumplan los parámetros de la Sentencia.
En segundo lugar, la propuesta de la representante Astrid Sánchez y sus aliados antioqueños del Centro Democrático abre las puertas para que en la actual coyuntura política con presidente de origen antioqueño, dominio antioqueño del Congreso de la República, se liquide a Codechocó y se cree una nueva corporación bajo el control del poder económico y político de Antioquia.
En tercer lugar, es obvio que el Chocó no tiene en el Congreso de la República la fuerza política suficiente para lograr imponer su criterio en los debates de creación de la citada corporación para lograr el dominio y la sede de la nueva corporación (solo tiene dos representantes a la Cámara y no tiene un solo senador de la República).
En Cambio, Antioquia tiene una fuerza política de 17 representantes a la Cámara, 10 senadores, más la bancada de senadores y representantes del Centro Democrático y los senadores y representante a la Cámara de otros departamentos de origen antioqueño. Una aplanadora política que le permitirá a los paisas lograr el control de gran parte del territorio chocoano y de paso sus recursos naturales renovables y no renovables.
En cuarto lugar, es una iniciativa peligrosa porque después de la lucha territorial de los chocoanos con los antioqueños por Belén de Bajirá se les abre las puertas para que logren el dominio del 80% territorio chocoano y el control de la fuente de agua más importante de la región.
En quinto lugar, detrás de la propuesta de Coratrato se suman las fuerzas que han perpetrado los desplazamientos, exterminios, despojos de tierras y la minería ilegal en la región (controladas en la mayoría por antioqueños). No se puede olvidar que los procesos de restituciones de tierras en los pueblos ribereños de la Cuenca son uno de los procesos más tortuosos en el país.
En sexto lugar, detrás de la iniciativa también estará el grupo empresarial antioqueño que representan en Colombia a varias multinacionales mineras y que son el poder detrás del trono en la gobernación de Luis Pérez. Interesante recordar que la multinacional minera Anglogold Ashanti Colombia, propietaria con sus filiales de la gran mayoría de las concesiones mineras en la cuenca del río Atrato, recolectó 6.120 firmas para respaldar a la gobernación de Antioquia en el litigio sobre Belén de Bajirá.
Una multinacional minera que han contado con apoyo político desde Antioquia para obtener grandes concesiones mineras a lo largo de la Cuenca del río Atrato, quienes con sus poderes económicos pueden comprar a medio Congreso de la República para crear una institución de acuerdo con sus intereses económicos y estratégicos.
En séptimo lugar, le abre las puertas al aterrizaje político de las aspiraciones presidenciales del gobernador de Antioquia, Luis Pérez, cuya estrategia política en su primera etapa ha sido de condecorar a chocoanos y buscar posicionamiento de su fracasada universidad virtual en el Chocó. Las relaciones políticas de los hermanos Sánchez Montes de Oca con el gobernador Pérez no son a raíz que comparten interés en la creación de Coratrato, sino que datan desde hace años. En su momento la actual representante Astrid Sánchez buscó al gobernador Pérez para que la nombrara gerente de Negritudes de Antioquia.
En conclusión, los chocoanos no pueden olvidar que mediante la alianza política entre el excongresista Odín Sánchez Montes de Oca y su hermano (el exgobernador Patrocinio Sánchez) con el bloque de paramilitares “El Elmer Cárdenas”, que comandó Freddy Rendón Herrera, alias “el Alemán”, controlaron ilegalmente el río Atrato. No se puede olvidar que alias “el Alemán” es de origen antioqueño como también los fueron los hermanos Carlos y Vicente Castaño Gil. Ellos controlaron ilegalmente el río Atrato, y desde luego, detrás de ellos hubo un poder empresarial antioqueño que apoyó su maquinaria de guerra, los despojos, los asesinatos y los exterminios de miles de campesinos de los pueblos ribereños de la Cuenca del río Atrato.
Indudablemente que los hermanos Sánchez Montes de Oca se beneficiaron políticamente de esas alianzas. Por lo tanto, un análisis profundo sobre aquellos antecedentes históricos se llega a una simple conclusión que la propuesta de la representante a la Cámara, Astrid Sánchez Montes de Oca, es otra manera de entregarle el control de la cuenca del río Atrato a las fuerzas políticas y empresariales antioqueñas.
En litigio sobre Belén de Bajirá quedó en claro los intereses estratégicos del expresidente Álvaro Uribe y su combo de políticos y empresarios paisas en los territorios chocoanos que hacen parte de la Cuenca del río.
De manera que los antecedentes de las alianzas de los hermanos Sánchez con los paramilitares y el famoso pacto de Singapur que avaló Freddy Rendón son eslabones históricos que los chocoanos tienen que tener presente a la hora de examinar la propuesta de creación de Coratrato. De suerte que no son hechos aislados sino estrechamente conectados entre el pasado y el presente.
Próxima entrega: La doctrina geopolítica de Antioquia sobre el río Atrato.