El voto por el Plebiscito se convirtió en una puja anticipada entre los dos candidatos que aspiran a la gobernación de La Guajira el próximo 6 de noviembre. Los exgobernadores Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez –detenido e investigado por homicidio y nexos con bandas- y la destituida Oneida Pinto, -acusada de tentativa de homicidio- ambos electos por Cambio Radical, quienes estaban con el No, apoyan al candidato Norberto Tico Gómez; mientras el grupo del congresista Alfredo Deluque, principal promotor del Sí está con el candidato Wilmer Gonzáles. Con la candidatura de Tico Gómez están también el Congresista Liberal Antenor Durán –cercano a Kiko Gómez- y Carlos Robles, el rector de la Universidad de La Guajira, uno de los nuevos poderes políticos del departamento y quién ha sabido utilizar la influencia política desde las aulas en la capital Rioahca y en todo el departamento.
El Plebiscito en favor de los acuerdos de paz triunfó en La Guajira con una importante ventaja. El grupo de Alfredo Deluque logró ponerle 65 mil votos a la campaña del Sí mientras la del No, en cabeza de los ex gobernadores Kiko Gómez y Oneida Pinto solo consiguieron 41 mil votos, logrando una diferencia del 61% contra el 38%.
El triunfo del Sí en La Guajira es significativo y un éxito importante para el Presidente; es una región con graves problemas sociales, donde el gobierno ha concentrado buena parte de sus esfuerzos en inversión social buscando detener la alarmante muerte de niños por malas condiciones de salud, falta de agua y de alimentos. Pero también una región con una grave inestabilidad política en donde sus últimos gobernadores -avalados por Cambio Radical- terminaron acusados de corrupción y con señalamientos de presunto homicidio, caso por el que Kiko Gómez lleva varios años detenido mientras que Oneida Pinto fue citada a imputación de cargos por parte del Fiscal General Néstor Humberto Martínez por presuntamente participar en un plan que buscaba acabar con la vida del superintendente de Notariado Jorge Enrique Vélez, quien actualmente se desempeña también como gobernador ad hoc encargado por el Presidente mientras se realizan las elecciones del próximo 6 de noviembre.
Aunque el comandante Joaquín Gómez, conocido por toda la clase política de La Guajira, no estuvo en Cartagena porque se quedó en el Yarí junto a Carlos Antonio Lozada en la X Conferencia, a la cabeza de la celebración de la firma con las bases guerrilleras, en otras ocasiones se ha encontrado en La Habana con Deluque, quien como Presidente de la Cámara fue aliado del Presidente en todo el trámite legislativo para apuntalar el proceso en el Capitolio.
Desde la inscripción de los candidatos a las elecciones atípicas hace un par de semanas Kiko Gómez no ocultó que estaba jugando en esta nueva contienda y que su grupo quería regresar al poder en el departamento: ese día su hijo Fernando Gómez, directivo de la campaña del candidato Norberto Gómez quien se inscribió con el Aval de Opción Ciudadana, el Viejo Pin, habría amenazado a un reportero gráfico del periódico El Heraldo quien logró registrar su participación en la inscripción del candidato. El hijo del ex gobernador Kiko Gómez también es cercano a la ex gobernadora Oneida Pinto.
Oneida Pinto fue suspendida de su cargo por haberse inscrito fuera de los términos de ley y desde que dejó la silla de la gobernación comenzaron sus problemas. El gobernador (e) Jorge Enrique Vélez empezó a destapar irregularidades en la contratación y al tiempo que presentaba las denuncias aparecieron las amenazas. El mensaje era claro: no meterse con Oneida ni con los anteriores gobernadores. Vélez no se dejó amedrentar. Puso la situación en conocimiento de la Fiscalía y de Cambio Radical que resolvió expulsar a Oneida Pinto de la colectividad y es señalada por el ente acusador por los presuntos delitos de amenazas, tentativa homicidio, y graves casos de corrupción.
La elección del nuevo gobernador es también importante de cara al post-conflicto porque tanto en el norte del departamento como en el sur, las Farc, han tenido presencia en distintos momentos a través de sus frentes y comandantes. Después de la ruptura de los diálogos del Caguán en el gobierno de Andrés Pastrana, el hoy jefe de la negociación en La Habana, Iván Márquez regresó a la frontera con Venezuela, donde reconstruyeron sus bases sociales. Fue esta una de las zonas escogidas para realizar la pedagogía de la paz, específicamente en el corregimiento de Conejo, a donde viajaron Marques y Joaquín Gómez, oriundo de esa región, y se dio el incidente que tuvo eco en La Habana. En el sur, en Villanueva, en los límites del Cesar también ha habido presencia guerrillera y en el departamento estará situada una de las zonas de concentración para el proceso de dejación de armas, con lo cual el escenario del post conflicto será una de los retos más grandes que tendrá el nuevo gobernador que por primera vez llega sin el aval de Cambio Radical y del vicepresidente Germán Vargas que perdieron el poder en un departamento que manejaron durante dos periodos con un alto costo político por cuenta de avalar a dos candidatos envueltos en señalamientos tan graves como homicidio en el caso de Kiko Gómez y amenazas y tentativa en el caso de Oneida Pinto.