En el corazón de la región del Pacífico colombiano, un ambicioso proyecto busca transformar la vida de las comunidades afrodescendientes de Bahía Málaga, en Buenaventura. Bajo el nombre EN-Comunidad: Impulsando la economía comunitaria, el proyecto liderado por el Ministerio Minas y Energía en cabeza del ingeniero Andrés Camacho, busca promover la autosostenibilidad energética de las comunidades, así como su fortalecimiento organizacional y el desarrollo de la región, teniendo como base el acceso a la energía.
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Este gigante esfuerzo que llega a los municipios más apartados del país está siendo implementando por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que pertenece al sistema de Naciones Unidas y tiene en Colombia al español Fernando Medina Donoso como jefe de misión en Colombia, través de un convenio internacional entre el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge) cuya directora es Ángela Patricia Álvarez.
La meta que se ha trazado Fenoge es implementar proyectos de energía renovable en 500 comunidades energéticas durante lo que queda de 2024 y en 2025, ya hay casi 19.000 comunidades inscritas que buscarían estar vinculadas al proyecto.
La propuesta de En Comunidad se centra en fortalecer las capacidades de las comunidades a donde se llega, para que sean ellas las que regulen y les den funcionamiento a sus propias empresas de servicios públicos, a nuevas empresas energéticas y a las mismos proyectos que les generan energías a través de paneles solares.
Para logarlo, los habitantes de aquellos municipios participan en amplias jornadas de capacitación técnica, en las que principalmente están aprendiendo de creación de empresas energéticas comunitarias, la implementación de paneles solares y la elaboración y puesta en marcha de proyectos energéticos con los que puedan entre otros, generar ingresos para sus familias y para la misma comunidad.
Bahía Málaga donde el sol que calienta también dará luz
En el Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de La Plata Bahía Málaga, compuesto por las comunidades La Plata, Miramar, La Sierpe y Mangana, el acceso a la energía ha sido una barrera histórica. Estas comunidades, como la mayoría de las apartadas de las cabeceras municipales no cuentan con redes de energía y solo disfrutan de electricidad cuatro horas al día, generada por una ruidosa planta que funciona con diésel.
Los consejos comunitarios de cuatro de las principales veredas se han vinculado al proyecto de EN Comunidad para asegurar la energía manejada por ellos mismos, como lo cuentan. Bahía Málaga es además una gran reserva natural de la biodiversidad del Pacífico que la gente ha aprendido a cuidar.
El proyecto que lidera el Fenoge avanza hacia la instalación de paneles solares y microredes, lo que permitirá que los habitantes de estas apartadas regiones tengan energía las 24 horas del día para sus casi 300 viviendas y su vida empiece a cambiar, como ha pasado en los pequeños pueblos ha donde ha llegado la energía en comunidades energéticas.
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“Este proyecto no solo nos dará luz todo el día, también nos permitirá soñar con nuevas formas de fortalecer nuestra economía, como mejorar el turismo y la pesca”, fue lo que dijo uno de los líderes locales durante una de las jornadas de capacitación.
Capacitación y sostenibilidad
El fortalecimiento de las capacidades de las comunidades ha sido fundamental en el proceso. En noviembre y a comienzos de diciembre de este 2024, se llevaron a cabo dos jornadas de formación en Bahía Málaga. Líderes y representantes comunitarios siguen capacitándose sobre transición energética, manejo de sistemas solares y gestión empresarial.
La idea es que sean las mismas comunidades las que sean las dueñas de la energía que se genere en sus territorios y así mismo administren las redes energéticas que se les van a instalar. Además, la comunidad sigue trabajando trabajado para integrar sus futuras infraestructuras energéticas en actividades económicas clave para la región como el turismo y la pesca.
Un modelo replicable
La iniciativa, que incluye el capital semilla para la creación de empresas energéticas comunitarias, busca garantizar la sostenibilidad operativa de los proyectos.
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El proyecto se conecta con la Escuela de Transición Energética Justa (TEJ), otro programa del Ministerio de Minas y Energía, que acompaña a las comunidades en el diseño de proyectos energéticos viables. A largo plazo, EN-Comunidad planea replicar este modelo en otros territorios, combinando inclusión social y cuidado ambiental. En Bahía Málaga, esperan la luz no solo para iluminar sus hogares, sino también un futuro más equitativo y sostenible. La energía que pronto estrenarán será parte del motor que impulsa no solo el desarrollo económico, sino también la reivindicación cultural y la unidad comunitaria.