Después del escándalo mediático que llegó de la mano de su decisión de renunciar la embajada en Caracas porque quería un ministerio, el ex congresista Armando Benedetti, dejó pasar varios meses antes de dejarse oír y ponerle sobre la mesa al Presidente una nueva propuesta: ser el embajador de Colombia ante la FAO –Organización de la ONU para la agricultura y la alimentación- en Roma.
La cercanía con Petro y el compromiso que éste tiene con el político barranquillero por el apoyo que le dio a su campaña electoral y los secretos que guarda de lo ocurrido en las giras electorales organizadas por Benedetti y Laura Sarabia volvieron cualquier solicitud obligante.
Se suma a esto que para todos en la Casa de Nariño resulta mejor tenerlo lejos, así el costo sea –y no tenga mucha presentación- revivir una representación diplomática que estaba muerta desde 1999 cuando el gobierno de Andrés Pastrana, con el canciller Guillermo Fernández de Soto, decidió eliminar esa misión permanente junto a las embajadas de Tailandia, Nueva Zelandia y Bulgaria, una decisión que significó en su momento un ahorro de USD 1,5 millones anuales por los 14 puestos que implicaba mantener abierta esa representación diplomática.
Desde entonces ésta había sido atendida desde la embajada de Colombia en Italia, que en el gobierno Duque estuvo en cabeza de Gloria Isabel Ramírez. quien fue sucedida por Margarita Quessep, una de las amigas de Verónica Alcocer de Sincelejo, quien rápidamente asumió el cargo y se ha encargado de mantener las relaciones con la FAO que está en cabeza del chino Director General QU Dongyu. La cuota de Colombia por pertenecer a esta organización alcanza los USD 2 millones anuales.
La petición de Benedetti al Presidente es un asunto fríamente calculada, si además se tiene en cuenta que si alguien no tiene nada que ver con el sector agropecuario y la seguridad alimentaria es este político barranquillero. No tiene sino beneficios para él y pocas para Colombia que ha demostrado en dos décadas que no se requiere del montaje de una embajada que pueden significarle USD 2 millones anuales al gobierno, en contravía a la austeridad que tanto pregona el gobierno del cambio.
Benedetti podrá tomar posesión del cargo sin requerir presentación de credenciales y aceptación por parte del otro gobierno, que en su caso podría complicársele por su situación judicial frente a la Corte Suprema de justicia donde cursan dos investigaciones en su contra por presunta corrupción y financiación irregular de la campaña presidencial.
El pasado 2 de febrero del 2024 fue citado a ampliación de indagatoria por el proceso que lo vincula con acusaciones de actos de corrupción relacionados con el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade). A esto se le suma los requerimientos por la financiación de la campaña de Petro-Presidente a raíz de sus propias afirmaciones en que reconoció a portes por $ 15 mil millones para las giras de la Costa Atlántica que estarían por fuera de la contabilidad de la campaña.
En ambos procesos Benedetti apeló al derecho al silencio y no compareció a la Corte, un camino que también siguió el gran financiador de Petro en la Costa, Euclides Torres, la cabeza del clan Torres.
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La familia Benedetti tiene ascendencia italiana y el excongresista adquirió esa nacionalidad. Esta condición lo protegería en caso de que los dos procesos en su contra avancen y sea solicitado a responder judicialmente; podría igualmente y sin dificultad alguna establecer su residencia permanente e indefinida en ese país.
Benedetti se reorganizó familiarmente con su esposa Adelina Guerrero de quien se separó temporalmente y con quien tiene dos hijos. Ella lo acompañará a su estancia en Roma igual que estuvo en Caracas, solo que de manera breve precisamente por los conflictos matrimoniales.
Su estatus de doble nacionalidad debió ser también una de las consideraciones para solicitarle el cargo al Presidente Petro quien para complacerlo tendrá que firmar el correspondiente decreto vía la cancillería y justificarlo, aunque no haya argumentos técnicos para hacerlo.
El nombramiento lo protocolizó el martes 6 de febrero el canciller Álvaro Leyva, a pesar de tener en mala estima a Armando Benedetti tal como se lo hizo saber públicamente cuando le solicitó el regreso inmediato de Caracas y desocupar la embajada en los bochornosos incidentes del año pasado.
🇨🇴 DROGADICTO | Álvaro Leyva y sus incoherencias frente a Benedetti. Al tiempo a los colombianos les tocará pagar una nómina de turismo político como no habíamos visto:
— IMPACTO 24/7 (@Impacto24_7) February 7, 2024
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21… pic.twitter.com/QskGQdbrHg
Así las cosas, el ex congresista barranquillero y su familia pueden ya empezar a armar maletas.