La popularidad del Festival Petronio Álvarez ha llevado a enfocar esta muestra cultural solamente en la rumba, el alcohol y el desenfreno. Sin embargo, el Petronio es mucho más que eso. El festival abre sus puertas desde muy temprano para dar muestra de la riqueza gastronómica que la zona Pacífico posee y se enorgullece de tener. Empanadas de camarón, papa rellena de tollo, pescado frito, tostada de plátano con más camarón, piangua, son solo algunos de los populares platos que podemos comprar en los variados stands de comidas que están dispuestos para el público. Pero la gente se enfoca en la rumba y se amasan las multitudes frente al escenario de los grupos musicales, pero no acá. Los tragos de la región se venden como pan caliente pero las empanadas se endurecen y el ceviche se amarga, tanto así que ya ha habido varios inconvenientes con asistentes al festival que se han pasado de copas y no tienen control sobre ellos mismos. Y es que el viche tiene más de 50% de volumen de alcohol, casi que el doble de lo que están los caleños acostumbrados a soportar en el aguardiente.
Pero además, entre la gente se esconden personajes que vale la pena sacar a la luz pública como muestra de las tradiciones ancestrales de las raíces afro-colombianas que se rehúsan a desaparecer. Juan Janer Payán se hace llamar a sí mismo “El poeta de Olaya Herrera”. Este personaje logra sacar una copla de cualquier cosa. Por ejemplo una periodista de estas que se juran lo mejor que hay en el festival, se acerca con sus medias veladas de colores (leggins o lo que sea) y su pelo rapado, teñido con agua oxigenada, preguntándole a todo el mundo “¿Qué es un Tapa’o?”. Pues bien, Juan elocuentemente le respondió a la cámara de la siguiente forma “Señores vengo a contarles qué es lo que es un Tapa’o. Eso se hace con plátano, agua, sal y suda’o. Así que le cuento mi amiga, creale a uno, que el Tapa’o se come al almuerzo o al desayuno. Como poeta que soy, un juglar popular, lo comemos al desayuno y también para merendar”. Pues bien, Juan Janer Payán canta sus trovas y coplas y logra rescatar las historias de su pueblo a partir de la tradición oral. Lastimosamente el CD que le compré, que tiene temas con títulos como “El resúmen de la Biblia”, “Historia del Petronio” o “Desde que murió Gaitán”, le quedó mal quemado y no pude disfrutar ninguno de los poemas. Sin embargo, este héroe invisible que lucha por mantener sus tradiciones intactas, es mucho más Petronio que la rumba y el descontrol; esto es lo que se debería rescatar, él y personajes como los que viajaban: una partera y un curandero. Él también sabe curar el mal de ojo, el estrés, dolor en las articulaciones, huesos rotos, la “Pata de Cabra”, el catarro, la bronquitis , la pulmonía, la impotencia y en genera para casi todos los males que nos acosan hay una planta o una hierba con la cual hacen una infusión, una pomada o algo por el estilo. Juan Janer, poeta, curandero y músico de Olaya Herrera, Nariño, un pueblo acosado por la violencia y el narcotráfico, acostumbrado a vivir de las plantaciones de coca y que la erradicación tiene en jaque; llegó aquí al Petronio con ganas de hacerse oír y dar a conocer su pueblo y sus tradiciones al resto de Colombia.
Pero así como él, hay muchos otros eventos que merecen la pena ser nombrados. El Petronio Álvarez no es solo rumba, no es sólo viche o arrechón, a través de este Festival podemos contagiarnos de la cultura del Pacífico a través de las diversas muestras que éste nos trae: desfiles de modas, el Petronito, peluquerías afro, peinados, artesanías, productos de belleza para la gente de raza negra, pinturas y bailes son algunos de los ejemplos que este Festival nos trae a mostrar. Así que no lo dude y venga a conocer el Petronio, contágiese de la alegría y buen humor de la gente del Pacífico, disfrute de una buena comida y recargue sus energías con un guarapo bien frío.