La crisis de Afinia, la filial de Empresas Públicas de Medellín (EPM) que se quedó con el negocio de energía en un sector de la Costa Caribe y la distribuye en los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Sucre y 11 municipios del Magdalena, cambió el escenario de la gran empresa paisa. La mano del alcalde Daniel Quintero y el paso de Jorge Carrillo por la gerencia dejó una complicada huella: líos financieros y denuncias de corrupción.
Lea también: El candidato de Quintero sería con el apoyo de Petro el próximo presidente de ISA
La casa matriz en Medellin se ha visto golpeada y obligada a desembolsar cientos de miles de millones para costear créditos, capitalizaciones y huecos en una inversión que es calculada en $ 2 billones desde 2020 y este año, según indicó el alcalde Federico Gutierrez. requerirá otros $ 1,5 billones para tapar un hueco financiero.
A finales del año pasado, EPM le realizó dos créditos inter-compañía a Afinia, uno de $60 mil millones y otro por $ 695 mil millones, ambos con plazo de cinco años, destinados a financiar el plan de inversión de la filial. Y el 13 de diciembre, fue aprobada una capitalización a la filial Afinia por $250 mil millones.
En su estrategia de financiación para 2024, EPM firmó a finales del año pasado créditos bilaterales de largo plazo con cuatro entidades financieras locales por valor de $1.09 millones. Y este mes acaba de concretar otro a siete años por $500.000 millones con el Banco Davivienda y el Fondo de Capital Privado Davivienda Corredores con un plazo de pago de siete años.
Entre 2008 y 2019, el pasivo total de EPM pasó de $3,6 billones a $22,9 billones, y a diciembre de 2023 eran de 33,2 billones. Pese a que es difícil calcular los impactos concretos que la situación de Afinia podrían representar en el futuro del Grupo EPM, pero la filial en la costa Caribe quedó reseñada en los últimos estados financieros como una de las empresas que sufrió deterioros en sus activos.
Además de esas empresas, EPM ya arrastra una alta presión financiera por otros proyectos, algunos en el exterior. Sobresalen en la lista Tigo-Une, empresa que luego de largas discusiones capitalizó $ 300.000 millones el año pasado y que el Alcalde Fico quiere vender; Hidroituango, que pese a encender sus cuatro primeras turbinas aún está pendiente de una inversión de por lo menos $1 billón para sus obras finales; y otros líos como un descuadre en caja de $5 billones, según alertó el actual gerente John Maya Salazar.