Mientras todos los colombianos nos sometemos estrictamente a las disposiciones gubernamentales adoptadas ante la crisis sanitaria, y el Gobernador de Cundinamarca hace un esfuerzo denodado para ayudar a solucionar la crisis social que vivimos quienes residimos en este departamento, especialmente de las personas más vulnerables, adoptando las medidas y entregando ayudas solidarias, trabajo encaminado específicamente a evitar la expansión de la pandemia Covid-19. Un grupo de inconsecuentes ciudadanos, entre los que se encontraba un supuesto abogado, asumió un comportamiento de indisciplina ciudadana, cuestionable y sancionable. A los sujetos en mención que pasan el periodo de cuarentena en Girardot, en el Condominio Campestre El Peñón, les fue llamada la atención por parte de unidades de Policía, por encontrarse transgrediendo la Ley de confinamiento obligatorio.
Estas personas no solo se encontraron jugando al Golf, sino que al parecer ignorando todas las recomendaciones efectuadas por los expertos y por el Gobierno a través de los decretos-ley que se promulgaron desde la Presidencia de La República, venían preparándose para celebrar un supuesto torneo del mismo deporte en dichas instalaciones. Lo verdaderamente sorprendente, fue la manera grosera, e irresponsable en que estos sujetos al ser requeridos por parte de las autoridades de policía respondieron a los representantes de la autoridad, trato de los energúmenos, quienes prácticamente al notificárseles el incumplimiento de la Ley se revelaron de manera vulgar y prepotente, hasta lograr intimidar el normal y prudente accionar policivo. Volvieron recordar la despreciable diatriba de "usted no sabe quien soy yo" y particularmente un individuo con infulas de magnate, quien le lanzó a uno de los guardas de seguridad la ofensiva frase de "usted ya no trabaja aquí, está despedido por permitir el ingreso de la policía a esta propiedad privada" se ufano de su calaña y de su poder.
Los golfistas que madrearon a la policía y violaron la cuarentena
Es evidente que el confinamiento produce cansancio físico y estrés, pero también es evidente que la falta de control de nuestros propios actos puede llevarnos al peor de los escenarios. Se ha denunciado en redes sociales que con la complicidad de mandos de la Policía y el Ejercito, se han venido filtrando desde Bogotá hacia otras localidades de Cundinamarca, poderosos e influyentes empresarios, altos funcionarios del estado entre otros, quienes han sido vistos llegando a tierra cálida desde Bogotá y también hacia otras poblaciones aledañas, ciudadanos que conociendo que hasta hoy no se han reportado casos de covid-19 se vienen a estas tierras se aprestan a generar intranquilidad y riesgo a las comunidades no infectadas. Ciudadanos y funcionarios que además de violar la Ley de cuarentena, posiblemente han incurrido en actos que bien pueden ser investigados, y se requiere que la justicia tome cartas en el asunto. Porque estas situaciones no se pueden pasar por alto y permitir que este tipo de ciudadanos viole la Ley y todos tan contentos.
Por esta razón la fiscalía general de la nación debe pronunciarse e investigar estos hechos y con las evidencias que ya existen, buscar que los jueces sancionen penalmente estas conductas que de acuerdo a la norma constituyen un atentado no solo contra el ordenamiento jurídico, sino contra la salud pública. Toda vez que estos inconsecuentes y continuos actos de irresponsabilidad, han vulnerado la norma y han hecho víctima de sus actos reprobables desde todo punto de vista a la ciudad que los acoje, y a los servidores públicos, los patrulleros de la policía y los funcionarios del ejecutivo municipal.
Que se investigue a fondo y se sancione la conducta de estos individuos que, a lo mejor si hicieron uso del tráfico de influencias. Y de manera oficiosa se aboquen investigaciones en contra de quienes, amparándose en la estadía al interior de una zona de condominio, donde estos ciudadanos pretenden poder hacer lo que les venga en su real gana, y no responderle a nadie por su despropósito. Violan la norma que hoy por hoy se convierte en la protección de toda una población que lucha por su propia supervivencia, y así poner en peligro la salud de todos los habitantes.
