Después de la muerte del nobel y máximo exponente de la literatura universal de nuestros tiempos, Gabriel García Márquez, varios homenajes se han llevado a cabo en algunos países de habla hispana, para recordar al creador del realismo mágico.
En esta ocasión, quiero dedicar mi columna, para hacer un homenaje a Gabriel García Márquez, en el ámbito periodístico, fue un periodista que no se vendió a ningún partido político, a pesar de las dificultades que tuvo que enfrentar, fue un comunicador que luchó por obtener la verdad y de igual manera darla a conocer a la opinión pública, sin importar que tan fuerte llegara a ser, además, su estilo literario “realismo mágico” se veía plasmado en cada uno de sus escritos, con los cuales sus lectores se identifican, debido a que mostraba la realidad de Colombia y de Latinoamérica.
Sus obras se caracterizan por tener un enfoque periodístico investigativo, entre los que cabe mencionar el libro “relato de un náufrago”, donde Gabo, como los llamaban sus amigos, narra la realidad de los hechos, sobre el naufragio del destructor A.R.C caldas, basándose en la entrevista de Luis Alejandro Velasco, el joven marinero que sobrevivió al naufragio. Luego de obtener la entrevista, sus artículos fueron publicados en el Espectador, originando todo tipo de controversias y con ello la desacreditación del oficial, quien había manifestado que el naufragio se debía a la tormenta y no al sobre peso de la embarcación, producto del contrabando de mercancía que traían de los Estados Unidos.
García Márquez nos deja el legado: “periodismo: el mejor oficio del mundo”, porque nos permite estar informados acerca de la realidad; siendo objetivo e imparciales al momento de dar a conocer la información, sin importar las adversidades que tengamos que enfrentar, así como fue Gabo, un periodista que nunca se vendió.