Queda claro que en los 5 días que hoy completa el Paro Nacional Indefinido del magisterio en Colombia, los medios de información hegemónicos, si bien no han desinformado, tampoco han ayudado a que la opinión publica tenga elementos para un análisis con más claridad y comprensión, de los problemas que afectan de fondo el convertirnos en un país cuya educación publica, responda primero a sus necesidades sociales y luego a los estándares internacionales. Los medios de información hegemónicos tanto de radio como de televisión, y sus correspondientes sitios en internet, se han concentrado en mostrar una vez más que lo que es noticia en Colombia son lo agarrones, las intrigas, la “echadera de vainas”, las burlas, los cinismos, los memes y la pelea. Los informes que dan en sus respectivos medios no pasan de mostrar a los profes con sus pancartas y opinando sobre lo que ya el país conoce: Salud, Salario, Infraestructura, Evaluación e incumplimiento del gobierno en la ejecución de algunos acuerdos ya establecido tiempo atrás. Pero ningún medio se ha ocupado de hacer un informe o un análisis en profundidad sobre el estado de la educación en Colombia y usar sus medios Audio Visuales para educar a la opinión publica sobre lo que está pasando por estos días.
Una vez más hacemos el llamado para que la Prensa en Colombia, las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores sociales asuman su responsabilidad también como educadores, tal como lo fue nuestro recordado y eterno Jaime Garzón. La televisión y los medios de información educan, tal como lo hacen las familias y en general, tal como lo hace la sociedad entera. Educar va más allá de enseñar en un aula de clase y esto es algo que debe cambiar en la mentalidad de los colombianos.
¿Un periodismo que informe y eduque, acaso no debería mostrar qué tan cierto es lo que están pidiendo los docentes con este Paro? Por favor, vayan a los territorios más alejados del país, hagan un recorrido por varias regiones, municipios y ciudades para que nos informen cómo está la infraestructura, como están los salones de clase, los muros, techos y ventanas de los colegios; informarnos y dar a la opinión publica elementos que permitan verificar que la calidad en la educación tiene mucho o poco que ver con los espacios y los recursos que tiene un colegio en Villanueva Guajira, por ejemplo, o en el Retorno, Guaviare o más cerca de Bogotá, por ejemplo Topaipí, Cundinamarca.
En esto hay que dejar el morbo de mostrar si la ministra amaneció más brava, o dejar el simplismo frente a los profesores e insistir que somos holgazanes y queremos más vacaciones, no conformes con que trabajamos medio día. Pues invitaría a cualquier periodista que me quiera acompañar una sola jornada de clase, para que se de cuenta si es que esas 6 horas en que estamos en el colegio, trabajando con seres humanos, son relajadas y en realidad no hacemos nada. Tenemos que responder por cada una de esas vidas, 40 formas de pensar, actuar y sentir diferentes que en este tiempo no podemos controlar con sangre, porque ese tiempo ya pasó. En la escuela se dialoga, no se amenaza y mucho menos se reproduce la violencia que hemos mantenido toda nuestra vida republicana en Colombia. Claro que sí hay colados, profes que no lo son en el aula, profes de titulo, amparados y blindados por el contrato con el Estado; algunos pasaron por merito, pero hay un virus extraño que los invade y se acomodan tranquilamente mal educando con su ejemplo, y como nuestro estudiantes jóvenes adolescentes están en etapa de formación de criterio y de actitud, se están formando para ejercer sus derechos, ellos no señalan a estos profes falsos porque “es mejor, para que no nos deje tareas” como me respondió hace poco una estudiante. Sí, hay colados como en cualquier otra empresa o institución publica o privada, ahí tenemos el caso de la corte suprema de justicia.
Finalmente, es necesario también que la calidad de la educación pase por un diagnóstico serio sobre esos profesores colados que son una minoría y son los que hacen indigna la profesión docente en Colombia, son los que se tiran la profesión, a esos y a esas hay que proponerles que renuncien y que con la liquidación pongan una papelería o un puesto de perros, pero que no nos dañen la profesión a los que sí queremos y luchamos todos los días en las aulas y hoy estamos en las calles protestando. Luchamos para que Colombia sea un país de verdad, y no con discursos reeleccionistas, con paz, equidad y educación. Eso lo queremos todos.