Convocadas por la Federación de Periodistas de Perú, en un encuentro virtual, el 8 de marzo de 2022, Día Internacional de la Mujer, seis mujeres periodistas de Latinoamérica expresaron su preocupación por la crítica situación que vive el periodismo a nivel mundial. El bloqueo informativo que han impuesto Estados Unidos y la Unión Europea a los medios de comunicación rusos, en medio de la guerra ruso-ucraniana, y la respuesta de Rusia en su propio país, al imponer leyes draconianas que castigan hasta con 15 años de prisión a quienes desacrediten a sus fuerzas militares, más las denuncias por desigualdad de género en los medios de Latinoamérica, la persistente brecha salarial entre comunicadores y comunicadoras, y la violencia policiva contra periodistas, fueron los temas que las invitadas expusieron.
Precisamente en Medellín, Colombia, unos momentos antes de la conversación virtual, durante una movilización pacífica de mujeres que conmemoraban el Día Internacional de la Mujer, la policía del ESMAD (Escuadrón Antidisturbios) detuvo a una periodista identificada como Jennifer. La detención de la comunicadora fue denunciada en las redes sociales y el video pronto se hizo viral.
Simultáneamente, en Lima, Perú, la misma Federación Peruana de Periodistas denunció que cinco comunicadores de ese país fueron agredidos violentamente por partidarios de Perú Libre (el partido del presidente Pedro Castillo), en hechos registrados frente a la sede del Congreso, quienes los maltrataron con latigazos y golpes de bastón y les destruyeron sus equipos.
En la conversación virtual, para honrar la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la periodista peruana Mónica Vecco Ordóñez recordó a las periodistas Nellie Bly (seudónimo de Elizabet Jane Cochran) e Ida Minerva Tarbell, a quienes señaló como las pioneras del periodismo de investigación en América en el siglo XIX. De Nellie Bly dijo que fue la primera mujer, en Estados Unidos, precisamente en Nueva York, en 1885, que respondió con una carta al editor del periódico Pittsburgh Dispatch, quien había publicado una grosera columna de opinión con el título de “¿Para qué sirven las mujeres?”.
“Ella, que firmaba como Huérfana Solitaria, refutaba cada línea de ese escrito y retaba al editor a publicar la carta, no en la sección de mascotas, ni en la de jardinería o teatro, que eran espacios generalmente reservados a mujeres comentaristas y escritoras, sino que lo retaba a hacerlo en la sección política”, dijo Mónica Vecco.
Y agregó: “El editor se quedó impactado por la misiva, pues en realidad era poco usual que una carta firmada por alguien que se identificaba como Huérfana Solitaria se atreviera a semejante digresión. Entonces la contactó y la retó y le dijo, bueno, yo te voy a dar un contrato y te voy a enviar a tu primera misión periodística, a México, a informar sobre las revueltas contra Porfirio Díaz”.
Nellie Bly vivió en México durante seis meses y envió reportes al Pittburgh Dispatch sobre la vida cotidiana en ese país bajo la dictadura perversa de Porfirio Díaz, los que posteriormente fueron recogidos en el libro Seis meses en México. “Ella encontró evidencia y pruebas de todas las corruptelas que se movían en torno a ese gobierno. Esto, por supuesto, terminó con Cochran fuera de México, pues fue corrida a balazos”, precisó Vecco.
Ida Minerva Tarbell, la muckrakers que destruyó un imperio
Sobre Ida Minerva Tarbell, considerada una de las principales muckrakers (limpiadores de estiércol) de la era progresista de finales del siglo XIX y principios del XX, dijo que durante dos años indagó sobre el poder del empresario petrolero, John Davison Rockefeller, y escribió 19 artículos sobre el negocio del petróleo, para la revista McClure’s. Ante tales evidencias, se pronunció la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que finalmente, después de un largo juicio, acabó con el monopolio de Rockefeller. “Pero ella jamás fue reconocida como pionera de investigación”, se quejó la periodista peruana.
Recordó que los textos de Ida Minerva fueron recogidos en el libro The history of the Standar Oil, y que en 1999 la Universidad de Nueva York publicó un catálogo con las mejores historias de los Estados Unidos y ubicó el libro de la muckrakers que destruyó el imperio de Rockefeller en el quinto lugar, después de Hiroshima, de John Jersey (1946) y del caso Watergate (1972), de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, cuya investigación provocó la renuncia del presidente Richard Nixon.
Por su parte, la periodista afrofeminista, también peruana, Sofía Carrillo Zegarra, recordó que solo en lo que va corrido del año 2022, en el Perú han sido asesinadas cien mujeres y dijo que el Día Internacional de la Mujer no es para celebrar sino para conmemorar a esas mujeres. También definió a los medios de comunicación de su país como patriarcales y propuso cinco desafíos para enfrentarlos. 1) No justificar la violencia de género como crimen pasional o producto de los celos. 2) No trivializar la violencia de género. “Las mujeres no aparecemos muertas, a las mujeres nos matan; siempre hay que hablar de feminicidios”, precisó. 3) Nombrar a los agresores por sus nombres y por el tipo de delitos que cometen. “No llamarlos monstruos, sino violadores”, acotó. 4) Eliminar la cosificación y sexualización de la narrativa femenina. Y 5) Diversificar las fuentes de información e incluir a las mujeres como una fuente seria.
Radio Sur, una nueva emisora comunitaria en Bogotá
En tercer lugar, habló la periodista colombiana Desiree Díaz, quien ofreció la noticia de que será directora de la emisora comunitaria Radio Sur, en Bogotá, la que está resolviendo problemas técnicos para salir al aire durante los próximos días. Recordó que el origen de las radios comunitarias en Colombia se remonta a la experiencia de la emisora Sutatenza, en 1947, fundada por el sacerdote José Joaquín Salcedo. “Fue una experiencia de la iglesia católica y de los hombres”, dijo, subrayando el menor papel que tuvieron las mujeres. Destacó el protagonismo que tendrán ellas en el nuevo proyecto radial, ya que varias de las integrantes de la junta de programación de Radio Sur pertenecen a organizaciones de mujeres.
Un privilegio poder estar viva en Guatemala
Luego le fue dada la palabra a Isabel Juárez Quevedo, activista por los derechos humanos y periodista guatemalteca, quien aprovechó la ocasión para recordar a las 41 niñas que murieron en un incendio en su país, precisamente hoy hace cinco años, y a otras quince que sufrieron heridas, en hechos que según ella ocurrieron “en un supuesto hogar a cargo del Estado”.
Luego hizo un recorrido por la historia de su país, recordando que en 1995 comenzó el proceso de paz que enrumbó a Guatemala hacia el fin de la guerra por medios políticos. “Significaba el fin de las masacres que hacía el Ejército en las montañas de mi país”, dijo. Este proceso de paz se firma finalmente el 29 de diciembre de 1996 y un año después es fundado el Centro de Recursos Audiovisuales, al que ella entró a formar parte.
Recordó que aún desde antes, en 1995-1996, grabó imágenes de la primera marcha de las mujeres lesbianas, “con sus mantas de colores”, pero recalcó que las mujeres indígenas siguen siendo excluidas en su país. Precisó que “las élites se reconformaron” y que hoy en Guatemala hay “una dictadura blanda que rechaza el apoyo de la comunidad internacional”. Un poco desalentada dijo que “hay pocos recursos oficiales para posicionar discursos antihegemónicos”.
Lo único destacable, recordó, es que en 2015 las denuncias por corrupción hicieron renunciar al presidente y a la vicepresidenta de la República. Para ello “nos vimos en las calles durante nueve meses, y así es que desde 2015 no tengo presidente”. Frente al dilema de si es periodista o activista, Isabel Juárez reveló que desempeña ambas actividades y así se siente satisfecha.
Culminó su intervención afirmando que para ella “es un privilegio estar viva en Guatemala” y que lamenta que construir el pensamiento crítico sea una grave deficiencia en su país. Finalmente, contó a la audiencia que desde hace tres años trabaja con una organización colombiana, Red Tejiendo Historias y, al tiempo, con otro gremio mexicano, Comunicadores Populares.
Una mexicana desde New Jersey
Para Any Oliva Valera, periodista, productora y empresaria mexicana que trabaja en Nueva Jersey, Estados Unidos, los medios locales tienen una fuerte presencia en ese Estado, pero el 95 % de los propietarios son hombres. Tampoco las mujeres son dueñas de las cadenas nacionales, lo cual significa que el patriarcado sigue imperando, lo cual hace que al informar sobre mujeres, en estos medios se las siga presentando solo como víctimas o como celebridades.
Destacó, también, que las mujeres ganan 23% menos de lo que ganan los hombres que trabajan en esos medios, y que superar la brecha salarial sigue siendo un desafío. Lamentó lo que ocurre en su país, donde hay prácticas de violencias sistemáticas contra los periodistas, sean hombres o mujeres. Dijo que desde su posición como propietaria y productora de un medio alternativo en Nueva Jersey, ella promueve contenidos que ayuden a cambiar estigmatizaciones contra las mujeres y que también lucha por la equidad de género. Finalmente, definió a la mujer como agente de cambio y portavoz de un lenguaje correcto hacia la misma mujer.
En último lugar, habló desde Chimbote, puerto pesquero del norte del Perú, la periodista Gladys Inés Ortega Cadenilla, quien lamentó que su ciudad padezca todavía el flagelo del sicariato y la delincuencia, de las cuales responsabilizó a los últimos tres gobernadores regionales. “Hemos salido a la calle a pedir soluciones”, relató, y dijo que por lo menos han logrado que los tres gobernadores estén tras las rejas, pero que la situación no ha cambiado. “En Chimbote hay más mujeres que hombres, pero siempre elegimos mal”, lamentó.
Antes de finalizar el encuentro virtual de las periodistas latinoamericanas, el presentador del evento leyó un comunicado de la Federación Peruana de Periodistas, para denunciar la violencia que ocurrió, precisamente el Día Internacional de la Mujer, contra varios camarógrafos y periodistas de ese país, quienes fueron golpeados en Lima por simpatizantes del partido del presidente Pedro Castillo, frente a la sede del Congreso.