Una hoja cuadriculada tiene espacios limitados y confinados que se forman de pequeñas casillas, que se repiten, y en ellas solo se puede ubicar un solo dato. Una retícula, por su parte, es como una plantilla del programa Excel que se encuentra compuesta por celdas. Todo esto es algo limitado que solo lo exige una ciencia exacta: las matemáticas. El pensamiento vuela, es diverso, plantea opciones y diferentes objetivos, propósitos y soluciones. Tampoco puede ser limitado ni encasillado, ya que no puede ser acoplado o restringido a una cuadrícula. Sin embargo, contrario a lo anterior, en Colombia muchas personas piensan en cuadriculado y no se salen del encasillamiento en que los han formateado los medios de comunicación y el apabullamiento que se ejerce a través de las redes sociales.
Lo vemos todos los días: el encasillamiento, la etiqueta y el estigma en que meten a todo aquel que se atreve a pensar un poco más allá y que rebase lo establecido por los anacrónicos medios de comunicación, o se atreve a cuestionar su vergonzoso papel en la sociedad de Rcn y Caracol. Ahora bien, opinar de manera menos superficial en el caso de Venezuela conlleva a estigmatizarte. Pienso que eso es algo que hemos heredado de 17 años de influencia política y electoral del protervo caudillismo de algo que personalmente considero una secta de intolerancia política llamada uribismo. En tiempos del proceso de paz todo aquel que se atrevía a pensar de manera más amplia y profunda sobre el mismo era etiquetado como amigo de las Farc o “guerrillero vestido de civil”. Como se piensa en cuadriculado no se alcanzaban a ver los beneficios para la economía y el hecho de que el proceso nos evitaría miles de muertes. Pero no, en ese contexto cuadriculado, en el que se perdió el plebiscito, no se votó masivamente la consulta anticorrupción y se eligió un presidente títere, solo atinaban a decir “es que son amigos de las Farc”.
Igual sucede con el caso Venezuela, que los protervos medios nos ponen a hablar permanentemente, con el propósito de ocultar el caos y la realidad interna reinante. Casi todos piensan en cuadriculado en este caso y solo atinan a culpar única y exclusivamente a Nicolás Maduro, nadie se detiene a analizar la geopolítica mundial y su interés por el petróleo. De allí no se salen, es un odio enfermizo contra él, sin mirar otras causas y sin mirar los otros propósitos que animan la actual crisis. Todo se da dentro del contexto del pensamiento en cuadriculado.
Nadie va a negar que en Venezuela existe una situación delicada y sobrediagnosticada, pero me pregunto: ¿alguien analiza suficientemente sus causas?, ¿se analizan con suficiencia, los propósitos e intereses que animan una fatal intervención extranjera? Nadie. Solo la superficialidad, lo elemental, lo banal y lo vacuo. Nadie habla del atroz bloqueo que viene desde George Bush, pasa por Obama y es más implacable con Trump. Nadie habla de los 12 mil millones de dólares incautados en oro a Venezuela de parte de los británicos, los 30.000 millones de dólares congelados por los EE.UU., de que el barril de petróleo pasó de 110 dólares el barril a 40 dólares, ni de que en parte son esos factores los que afectan el abastecimiento y debilitan cualquier economía, sobre todo si no es diversificada y depende únicamente del petróleo. Además, casi nadie analiza que igual fórmula se les aplicó Irán, Libia y Siria y hoy ven el apocalipsis. No se trata de defender un régimen que tiene su natural desgaste por permanecer casi 20 años en el poder y gira hacia una dictadura, pero sí de ver de manera serena otras causas que jalonan la actual innegable crisis
Algo similar pasa con el caso de la detención del fiscal de la JEP. Fiscales corruptos existen en toda la institucionalidad, tanto así que Néstor Humberto Martínez Neira nombró como fiscal anticorrupción a Luis Gustavo Moreno, hoy procesado en los EE.UU. por hechos de corrupción. Que paradójicamente el encargado de combatir la corrupción resulte corrupto es un caso para replay. Además, la detención del fiscal de la Unidad de Investigaciones y Acusaciones (UIA) de la JEP y su prefabricado caso no tiene ninguna excusa, ni voy a caer en la tontería de defenderlo, pero como se piensa en cuadriculado, no se profundiza en que la UIA, donde pertenece el fiscal, no tiene ningún rol definitorio en el caso de la extradición de Santrich. Este es un hecho aislado en que se tiende una trampa poco ética y se busca un interés superior como dinamitar y desprestigiar la JEP.
Es evidente, pensamos en cuadriculado. Podríamos seguir analizando casos similares, pero como lo más seguro es que seguiremos pensando así, los hechos se seguirán viendo desde la superficialidad, esa es la óptica que impera. ¡¡Desde la óptica cuadriculada!!