Hoy en día estamos asistiendo a un terrible espectáculo protagonizado por las directivas de la Universidad San Martín que afecta a miles de estudiantes y profesionales egresados de esta universidad, pero no son sólo ellos los afectados sino miles de colombianos que asisten a este tipo de centros para lograr el tan añorado reconocimiento académico como técnico, tecnólogo o profesional.
Cuando se presentan estos casos, es que surge la pregunta ¿en dónde han estado las autoridades encargadas de dirigir y supervisar la política educativa y las instituciones que ofrecen diferentes programas académicos en el país? En este punto vale la pena acá recordar los análisis que se han hecho desde diferentes puntos de vista tanto políticos como académicos sobre el modelo educativo que se ha impuesto en Colombia.
El modelo educativo colombiano tiene como centro una institución pública conocida como ICETEX. En efecto, el Icetex, es el encargado de ofrecer los fondos para que los colombianos que tienen la posibilidad de cumplir con un grupo de requisitos accedan al dinero necesario para ingresar a la educación superior en la institución que ellos escojan y sean admitidos. Hasta este punto todo suena bien, un joven adquiere un crédito y tiene la libertad de estudiar donde quiera y lo que quiera y cuando finalice la carrera realiza los pagos del principal más los intereses (al día de hoy nadie logra explicar por qué si el objetivo del Icetex es promover el acceso a la educación superior cobra intereses como si la racionalidad fuera la de cualquier otro banco o institución financiera obtener ganancias) para que otros colombianos en las mismas condiciones que él accedan a estos recursos.
No obstante, vale la pena recordar varios aspectos que son analizados ligeramente muy a menudo. El modelo colombiano de educación superior está compuesto por entidades privadas y públicas acordes a los principios de libre mercado, pero lo cierto acá es que durante los últimos años a través de los recursos públicos se han generado distorsiones que han favorecido a las instituciones privadas y en particular a las de muy baja calidad (los conocidos garajes) en contra de la educación pública ofrecida por universidades con niveles de calidad altos, pero ¿cómo es posible esto?
Mientras los recursos de las universidades públicas en términos reales se han visto reducidos, los fondos que maneja el icetex para ofrecer créditos educativos han crecido, la mayoría de estos créditos los toman estudiantes que dadas sus condiciones socioeconómicas y la educación recibida tanto en primaria y secundaria no les permite acceder a las universidades de mayor calidad y entonces en ¿dónde terminan estos jóvenes? Pues sí, terminan en los famosos garajes los cuales durante las últimas dos décadas han tenido un crecimiento exponencial a gracias a los recursos públicos.
Pero ahí no termina todo, se ha demostrado que los estudiantes que acceden a estos centros educativos tienen menor probabilidad de engancharse en el mercado laboral y en el caso en que logran acceder a un empleo existe una brecha salarial con respecto a los estudiantes de universidades de mayor calidad. No obstante, sí deben responder ante el icetex por el pago de sus deudas y en eso el icetex es bastante exigente y utiliza todas las herramientas a su disposición y todo su esfuerzo para recuperar la cartera vencida, pero ¿por qué no realizan los mismos esfuerzos para fiscalizar y supervisar a esas universidades y centros de educación superior que no le ofrecen oportunidades reales a millones de jóvenes colombianos y que como se ha demostrado desvían los recursos para favorecer a los grupos económicos o políticos que las manejan? Aun no hay una explicación clara por parte del Ministerio de Educación al respecto.
En resumen, lo que hoy pasa con la Universidad San Martín es un llamado más para que se intervenga este modelo que favorece a universidades de garaje en contraposición de la educación pública y el estudiantado del país.
