Mientras en el país no para el sistemático exterminio de líderes sociales y reincorporados de las Farc, del que no se escapa nadie (como lo vimos ayer con el asesinato de un lider indígena de la comunidad awa del Resguardo Piguambi Palangala, ubicado en la localidad de Llorente, Tumaco), ahora, con la alerta emitida por Colombia Human Rights Network (con sedes en Washington, Nueva York y Nueva Jersey) y la Defensoría del Pueblo, llega la noticia sobre los peligros que corre la vida e integridad del actual gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo.
Caicedo es un destacado líder de la izquierda regional en la Costa Caribe. Su trayectoria política ha estado sometida a la presión y amenazas de las bandas de ultraderecha fascista en Santa Marta y el Magdalena, donde ha sido rector de la universidad del departamento y alcalde de Santa Marta.
Además, cuenta con una gran capacidad de convocatoria ciudadana, pues en la consulta para escoger candidato presidencial en el 2018 obtuvo casi 600.000 votos y a la gobernación fue elegido el pasado 27 de octubre con casi 300.000 votos, derrotando al candidato de los clanes magdalenenses de la derecha terrateniente y ganadera.
Por otro lado, su plan de desarrollo (2020-2023), Magdalena Renace, es una audaz apuesta para transformar el departamento caribe, que forma parte de Magdalena la Grande, afectado por la pobreza, la violencia narco y la corrupción de reconocidos caciques de la política tradicional, asociados a la parapolítica y a bandas violentas que intentan reencauchar el paramilitarismo del Bloque Norte y sus frentes Tayrona, Contrainsurgente Wayúu y el Grupo Zona Bananera.
Cabe anotar que recientemente han sido asesinados destacados líderes ambientalistas, comunales y de las mujeres de Santa Marta y la Sierra Nevada. También, que en la capital del Magdalena hay un rebrote de viejas estructuras del paramilitarismo, como los Chamizos de Hernán Giraldo (próximo a regresar de los Estados Unidos), el Clan Rojas y los Cheperos de Chepe Barrera. Hoy esas organizaciones operan como los Pachenca y la Oficina de Barranquilla (brazo costeño de la Oficina de Envigado). También están activos los Urabeños, los Rastrojos y los Paisas, que se mueven con bastante facilidad por el área del distrito de Santa Marta, en Ciénaga, Fundación, Dibulla, El Reten, Pivijay, Chivolo y el Difícil.
Para saber los peligros de este retorno a la violencia basta recordar que Jorge 40 y sus paras, también próximo a regresar de los Estados Unidos, ejecutaron en el territorio magdalenense en las últimas décadas un total de ciento trece masacres y asesinaron a ochocientas personas, siendo Ciénaga, El Piñón, Pueblo Viejo, Zona Bananera, Fundación, Salamina, Tenerife, El Banco, Sitio nuevo, el Difícil y Plato, los municipios más afectados.
De esas masacres fueron autores directos sanguinarios cabecillas paramilitares del Bloque Norte como José Gregorio Mangones Lugo, alias Carlos Tijeras (hoy en libertad), exjefe del Frente José William Rivas que operaba en los municipios de Ciénaga, Fundación, Sevilla, Aracataca y El Retén; Jhon Jairo Esquivel Cuadrado, alias el Tigre, quien estuvo al frente de los grupos la Trocha de Verdecia y el Juan Andrés Álvarez (que secuestró recientemente a una sobrina del escritor García Márquez, oriundo de la región) y que delinquía en el centro del Cesar y parte de Magdalena; y Edgar Ignacio Fierro Flórez, alias Don Antonio, jefe del Frente José Pablo Díaz, responsable de centenares de crímenes contra sindicalistas en Barranquilla y su área metropolitana.
De los anteriores cabecillas, el que más masacres ha reconocido hasta el momento es José Gregorio Mangones Lugo, alias Carlos Tijeras, con un total de diecisiete, cometidos en Ciénaga, Fundación, Aracataca, El Retén y Zona Bananera en el Magdalena. Tijeras está libre y al parecer opera de manera subrepticia en los territorios del Magdalena, donde hizo presencia amenazando a víctimas del despojo de tierras ejecutado por poderosos terratenientes mediante la prescripción de títulos de beneficiarios de la reforma agraria en complicidad con el viejo Incora.
Los otros jefes paramilitares como Don Antonio y los integrantes de los frentes Tayrona, Chimila y Contrainsurgente Wayúu ya están libres por las calles y las víctimas ven con temor su presencia intimidante en los territorios de la Ciénaga Grande y en la desembocadura del río Magdalena.
Retomando el tema de Caicedo, la Defensoría del Pueblo envió a la Comisión Interseccional para la Respuesta Rápida a las Alertas Tempranas (CIPRAT) las denuncias sobre un posible atentado contra Caicedo. De hecho, la entidad afirma que se advierte claramente la "existencia creíble de un plan para atentar" contra el gobernador. Del mismo modo, el defensor señala quiénes serían los posibles agresores: Orlando Vergara, alias el Mono, de la Oficina de Envigado; Jairo Catillo Cantillo, alias Pinocho; Zulma Musso Torres, alias la Patrona; Norberto Quiroga Poveda, alias 5.5 o Beto; y Elkin Javier López Torres, alias la Silla o Doble Rueda.
Sea como sea, Caicedo requiere toda nuestra solidaridad para que no se conjuren los siniestros planes que pretenden asesinarlo.