Vienen las votaciones, salen líderes debajo de las piedras, emergen compradores de votos que con lo que trabajan en seis meses de correrías políticas y regalos inocuos que compran felicidad por un día tienen para vivir cuatro años que duran los periodos electorales.
Salen políticos que se toman fotos con bebés, se abrazan con desplazados y gente del común, prometen esta vida y la otra, van a debates a echarle la culpa de todo a la corrupción y a la guerra y sigue todo como si nada.
Pero ¿qué hacemos nosotros como pueblo en general? Hablo con muchos ciudadanos que no han leído ni una sola página de las propuestas de los candidatos, eligen de acuerdo a lo que dicen los medios, los cuales están sesgados por las inclinaciones políticas de sus dueños; los jóvenes marchan exigiendo sus derechos pero el día de votaciones no van no ejercen su derecho, en laz zonas rurales y olvidadas de nuestro país dan su voto a los mismos clanes de siempre y en este caso si está preso el patriarca por corrupción va su hijo, o su esposa o su primo o su sobrino.
Deberíamos tener conciencia de nuestro voto. Si lo hacemos, que se de por políticas concretas, que se conozcan las propuestas a fondo, que escuchemos los debates serios, que por primera vez no sea por el derecha o el de izquierda o el de centro, que sea por la propuesta política que me convenció y que no está a tasa a favores políticos.
Y para terminar ,como alguna vez dijo Octavio Paz "Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo... del miedo al cambio".