Casi extraviada en la enormidad de la Amazonia brasileña se encuentra Manaos, una ciudad de casi dos millones de habitantes que convive con el verde de una selva gigantesca y el agua de dos ríos: el Amazonas, que baja teñido de café desde los Andes peruanos, y el Río Negro, que desciende oscuro desde las selvas colombianas. En esa ciudad, epicentro de la descomunal explotación del caucho en la Amazonía a finales del siglo XIX y comienzos del XX, se disputa el Peladão, uno de los torneos de fútbol más extraordinarios en todo el orbe.
Oficialmente, bautizado como el Campeonato de Peladas do Amazonas, el Peladão es el torneo más grande de fútbol aficionado en Brasil y quizá el más grande en el mundo entero. Su magnitud, representada por los 1000 equipos, que en promedio participan en cada edición, hace que entre agosto y diciembre de cada año en Manaos no se hable sobre otra cosa que no sea la competencia.
La palabra “peladão”, o “pelada”, como se denominan en Brasil a los torneos de fútbol jugados en la calle, tiene su origen en al menos tres elementos, según la explicación de la periodista deportiva Andreza Salgueiro. “Por un lado, la mayoría de los jugadores deben quitarse las sandalias para poder correr y hacer gambetas con más facilidad. Por otro, la palabra tiene relación con el verbo 'pelar', pues el balón original de caucho solía pelar los pies de los jugadores. Finalmente, hay quienes dicen que viene de la palabra pelota”.
Cuenta la historia que el torneo de Manaos nació como un proyecto social en 1972 por iniciativa del periodista Umberto Calderaro Filho. Sin embargo, según el también periodista Marcelo Cavalcante, el primer antecedente se encuentra en 1973, cuando el periodista Arnaldo Santos le propuso a sus jefes en el periódico A crónica organizar un torneo de fútbol para llenar las despobladas páginas de la sección deportiva, siempre escasas de contenido por el simple hecho de que el estado de Amazonas jamás ha tenido mayor participación en los torneos nacionales de fútbol. La idea, según Cavalcante, tuvo eco en la redacción y en la primera convocatoria lograron organizar un campeonato con 55 equipos, un número respetable.
El torneo se disputa en cuatro categorías: Principal, Máster, Peladinho y Peladão Indígena, además de la división femenina creada en 2008. La categoría Principal reúne a los equipos de todas las regiones de Manaos y en ella pueden participar jugadores de 18 a 39 años, que atraen la atención de algunos empresarios y representantes que buscan allí algún futbolista para las divisiones bajas del fútbol brasileño. Esta categoría, en la que participan la mayoría de los equipos del torneo, tiene dos divisiones: el “Peladão dos municipios”, en la que compiten equipos de todos los pueblos del estado de Amazonas, y el “Peladão de Manaos”,que enfrenta a los equipos de la capital.
En ambas divisiones, los equipos que exhiben patrocinios en sus uniformes le permiten una buena dosis de exposición a las marcas locales, e incluso varios de ellos llevan el nombre de la empresa que los financia. Pero no es esa la única forma de patrocinio. “Los equipos del Peladão son patrocinados por las familias, por los amigos del barrio. Hay gente que hace “vacas” para comprar los equipamientos. En el fondo, hay una gran creatividad para que los atletas participen del torneo. Esa es la magia del Peladão”, le dijo el propio Arnaldo Santos a EFE en el año 2013.
Por otra parte, con el objetivo de evitar que los jugadores envejecidos se retiraran de la competencia y de cautivar públicos por más tiempo, a comienzos de la década del noventa fue creada la categoría Máster, que reúne a todos los jugadores mayores de 39 años, jugadores que por su edad ya no pueden competir en igualdad de condiciones contra los más jóvenes. En esta categoría, que reúne el legado de varias décadas del Peladão, participan alrededor de sesenta equipos, que tienen un fuerte apoyo popular y están formados por los mejores futbolistas que han pasado por la categoría Principal en años anteriores.
En oposición, el torneo también se preocupa de encontrar nuevos talentos que animen la competición y puedan promover futuros patrocinios. Por eso, de forma simultánea a la creación de un campeonato para los futbolistas mayores, se formó una división para menores de dieciocho años, bautizada como Peladinho. Para jugar en ella, la organización exige, además de una autorización de los padres, que los participantes estén matriculados en un colegio. Además, los menores no pueden usar gestos o palabras obscenas durante los partidos so pena de ser expulsados del torneo.
Finalmente, en 2005 se creó una división especial Indígena, femenina y masculina, para que los pueblos aborígenes que se sitúan alrededor de Manaos o aquellos que forman parte de los 30.000 habitantes indígenas de la ciudad, también puedan participar en esta fiesta de la pelota. Así, en el Peladão Indígena existen dos categorías: la serie A con seis equipos y la serie B con cinco. El formato determina que los equipos juegan un campeonato todos contra todos, avanzando a las semifinales los cuatro con mayor cantidad de puntos. En esa instancia los equipos se eliminan a un solo partido para disputar la gran final, cuyo campeón, además del trofeo y las medallas, recibe flechas, algunos regalos de caza y pesca y lo más importante: un puesto en los octavos de final del torneo Principal.
En general, el campeonato cuenta con un estricto código de conducta para los futbolistas, que pueden ser convocados a un Tribunal Deportivo que tiene poder para vetar a un jugador o un equipo del torneo. Además, cada equipo que recibe una tarjeta amarilla debe, por orden del tribunal, donar balones de fútbol: cinco si la tarjeta fue en primera fase, diez si fue en segunda y quince si fue en tercera. La campaña ha recaudado alrededor de 22.000 balones cada año que son repartidos en colegios públicos y barrios pobres de todo el estado.
Las reinas descalzas del Peladão
Además de los partidos dentro del terreno de juego, el Peladão tiene la gran particularidad de ser un torneo que también se juega en pasarelas improvisadas, por las que desfilan las candidatas presentadas por cada equipo para convertirse en reina del Peladão, con implicaciones directas para los equipos que disputan los noventa minutos.
El reinado, para aquellos incautos que jamás han oído hablar del Peladão, podría parecer una cuestión accesoria e intrascendente, y, sin embargo, cada candidata tiene el potencial de convertirse en una pieza crucial para el éxito de su equipo.
De esa forma, el Torneo Paralelo de las Candidatas asegura que las dieciséis finalistas puedan darle una nueva vida a sus equipos, si es que estos fueron eliminados previamente. Así, el equipo que reingresa al torneo por los méritos de su candidata, se enfrenta al ganador del Peladão de Municipios por el último cupo para los octavos de final, donde se enfrenta al ganador del torneo indígena y a los clasificados del torneo principal. En este sentido, aún se recuerda lo sucedido en la edición 1997, cuando el Torneo Paralelo resucitó al equipo Arsenal, que regresó luego de ser eliminado en la primera fase, gracias a su candidata, para consagrase campeón.
El reinado, en el que un 10% de las candidatas son eliminadas en el día de la inauguración, tiene dos categorías: Indígena y Peladão. En el Indígena, participan candidatas que representan a las distintas tribus amazónicas y a los 30.000 indígenas que viven en Manaos, mientras que para el Peladão es común ver familias en los lugares de inscripción cortejando equipos en busca de candidata.
En el primer desfile de reinas, realizado durante la inauguración del torneo, los equipos miden fuerzas entre el público y las candidatas favoritas atraen “torcedores” para los próximos partidos, aliento que puede resultar determinante para ganar un cotejo difícil. De hecho, es común que algunos equipos que no están seguros de sus capacidades futbolísticas lleven reinas atractivas para llamar la atención de los hinchas y así conseguir apoyo en las graderías de los estadios.
Ahora, además del reinado, en la inauguración del torneo, que ha congregado hasta 40.000 personas, se llevan a cabo tres rituales antes de que ruede la pelota: el aterrizaje en un helicóptero de la Fuerza Aérea Brasileña que trae la reina del año anterior, el descenso desde los cielos de tres paracaidistas con las banderas de Brasil, Amazonas y la pelota que se utiliza en el primer juego, y un saludo indígena, con el que se pide permiso a la selva para llevar a cabo el evento.
En los últimos cinco años, los números del exótico Peladão son simplemente exorbitantes: en promedio, en cada edición se han marcado 8000 goles en 2500 partidos, que son disputados por 27.000 deportistas distribuidos en 1200 equipos. En 2013, en el torneo Principal se enfrentaron 506 equipos, que fueron organizados en 98 grupos, mientras que el torneo Master tuvo 134 equipos en 26 grupos. Al final, luego de cinco meses, como en el resto de torneos en el mundo, solo un equipo puede levantar el trofeo de campeón, y en Manaos, solo una candidata puede quedarse con la corona de reina.