Una de las muestras de mezquindad más grande que tenemos los colombianos es el de odiar a los ídolos. Todos los imbéciles que nunca han leído a Gabo lo condenan por ser comunista, hay más de uno posando de radical restándole importancia a una mujer que fue un huracán, a esta fuerza de la naturaleza capaz de arrasarlo todo y que cometió un solo pecado: tener éxito.
Nunca antes una artista de este país ha sido tan exitoso a nivel mundial. Vayan a Japón, digan Colombia y qué cuento de Nairo, James o Egan, te preguntarán por Shakira. Ahora que sacó una nueva canción que seguro será un éxito, es impresionante la indiferencia con la que se asume en el país un lanzamiento que en el mundo será un suceso. Incluso se le cuestiona que siga haciendo rock en vez de aplaudir que siga teniendo una vigencia que pocos artistas pueden ostentar. Desde que sacó su clásico inmediato, Pies descalzos, en 1995, Shakira forma parte del sentir latinoamericano.
Hagan un experimento con Shakira, busquen a un viejo amigo metalero, mayor de 40 años, gástenle una botella de aguardiente y pónganle Pies descalzos. Maldecirá al principio pero cuando suenen clásicos como Quiero, explotarán en llanto y la cantarán a voz en grito.
A los 45 la diosa barranquillera es un ejemplo de profesionalismo y rigor, esa es la única razón por la que siga en la cima. Y ha sabido moverse a través de los tiempos, como un vampiro adaptarse a lo que piden los momentos. Esta canción por supuesto que no es como las que hizo para Pies descalzos , han pasado 26 años. Pero va a pegar como todo lo que hace y sus fans la van a seguir amando.