Es posible, y hasta probable, que serán muy pocos los usuarios de la vía Caucasia-Zaragoza e intermedias, de 89 kilómetros, los que se nieguen a pagar el peaje para utilizar ese tramo, muy a pesar de que haya sido puesto al servicio muchos años atrás cuando a la región del Bajo Cauca le “regalaron” el proyecto conocido como la Troncal de la Paz, que además sirvió para destrabar la maraña de nudos en que se encontraba la zona para lograr salir por carretera, pues son muchos los que recuerdan que la vía hasta llegar a El Bagre no era más que una trocha y que en buena hora es transitable gracias a los buenos oficios de la empresa Mineros S.A., que a través del mecanismo “Obras por Impuestos” logró entregar los primeros 5 kilómetros de un total de 11.5, hecho ocurrido el viernes 21 de febrero del 2020, a la espera de que los restantes sean concluidos por la misma modalidad en el transcurso de los próximos meses, según lo reveló una fuente cercana a la compañía.
Pero es allí donde comienza a torcer la puerca su rabo, como anotó para este relato uno de los tantos comerciantes que utilizan la vía, ya que en breve, una vez salga a la luz pública la respectiva Resolución del Ministerio de Transporte para el cobro del peaje, la tarifa caerá como dijeron que le iba a caer a Damocles su espada. Se anticipó que para este caso se aplicarán 7 tarifas diferentes que van desde los $12.000,oo hasta los $51.700,oo, dependiendo de la categoría del vehículo. Resulta que la dichosa caseta está ubicada un kilómetro antes de que la mayoría de sus usuarios tomen el ramal hacia la cabecera de El Bagre, sobre cuyos habitantes recaerá en mayor cuantía la tarifa que está cargo de la firma Autopistas del Nordeste-Autopista Conexión Norte, así como a la numerosa comunidad que habita en las más de las nueve veredas asentadas a lo largo de la carretera que del Escarralao conduce a Zaragoza, los cuales en su mayoría dependen del intercambio comercial que hacen de sus productos con sus vecinos en Caucasia.
Volvamos a lo que les atañe a los habitantes de El Bagre, que tal como lo cuenta el concejal de ese municipio, Johe Borjas Miranda, es una comunidad compuesta por personas de grandes valores y virtudes, con una riqueza deportiva y cultural muy amplia, con una historia llena de abandonos y de olvidos por parte del Estado y, en esa dirección, ha sido poco priorizada en las inversiones y, por el contrario, la economía minera con la que todas las familias bagreñas se sustentan de forma directa o indirecta, se ha visto en los últimos años atacada y estigmatizada, al extremo de terminar por ser calificados como ilegales y hasta criminales y no como artesanales o informales a quienes por años han derivado su sustento de esa actividad.
Este nuevo peaje será el primero de los seis que se encuentran en el recorrido desde la cabecera de El Bagre hacia la ciudad de Medellín, de la que nos separan 359 kilómetros, y además el primero de los cuatro que habrá que pagar para movilizarnos hacia Montería, la capital de Córdoba, una ciudad que le sirve al Bajo Cauca en materia de atención en salud, para el comercio, el turismo y otras actividades que permiten su desarrollo, en un trayecto de cerca de 160 kilómetros. Esto es preocupante, toda vez que el cobro de este nuevo peaje aumentaría los costos de transporte y de la canasta familiar, entre otros, advierte el líder político del Partido Liberal.
Borjas Miranda recuerda que hace unos 15 años el gobernador de aquel entonces, Aníbal Gaviria Correa, quien como se sabe está de nuevo en prisión domiciliaria, precisamente por esos hechos, destinó unos recursos para la pavimentación de esta vía y desde aquellos tiempos las comunidades de la zona han gozado de una buena carretera de acceso y sin pagar peaje por su uso, aparte de ser además un elemento dinamizador de la economía de las cabeceras que están en todo su recorrido. A la fecha, en este nuevo proyecto transnacional que lo que busca es acortar en tiempo y trayecto la distancia entre Medellín y Caucasia, pero que aún no está terminado; los bagreños y el vecino municipio de Zaragoza serían los únicos en empezar a pagar peaje por cada entrada y salida, pero en El Bagre tenemos la peor parte, ya que aún hay que transitar por cerca de 5 kilómetros en vía destapada, además no podemos contar con ningún servicio de grúas o ambulancias; pero apenas nos asomemos a la carretera principal en el Escarralao y cómo pagando una manda, nos tocará pagar el primer peaje de muchos que hay en las carreteras de nuestro país, dice de manera gráfica el edil bagreño.
En estos días varios medios de prensa dieron cuenta de noticias como las que hablan de la necesidad de ubicar los peajes en una distancia mínima de 100 kilómetros como lo indica el estándar internacional, pero en esta Colombia con C, y según la Universidad Nacional, las normas vigentes contemplan distancias de 80 kilómetros; no obstante hay rutas donde se encuentran peajes consecutivos a menos de 20 kilómetros. “Es un llamado más que justo porque encontramos peajes cada 30 o 40 kilómetros y cada vez es menos eficiente el sector y menos rentable nuestro trabajo”, dijo Henry Cárdenas, presidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga).
En respuesta, la ministra de Transporte, Ángela María Orozco Gómez, quien suena duro para suceder en la Vicepresidencia de la República a Marta Lucía Ramírez Blanco, le solicitó a la Agencia Nacional de Infraestructura analizar los contratos de las 29 concesiones viales de cuarta generación, uno por uno, para establecer la posibilidad de modificar la estructura tarifaria, siempre y cuando las empresas den su aval, pues la mayoría de ellas reportaron importantes caídas en el recaudo esperado a causa de la pandemia, según manifestó la funcionaria.
De otro lado el personero de Zaragoza, José Gabriel Navarro Ramírez, se mostró extrañado ante el hecho de no conocer en detalle las decisiones que para el caso se deben tomar en materia de tarifas y dijo que hace poco la ANI había citado a una reunión, pero la misma se canceló sin conocer mayores razones. Incluso de su iniciativa hizo la convocatoria a la comunidad sin ningún resultado.
Lo irónico del caso, me dice un vecino, es que se les ocurriera instalar la caseta del peaje justo unos metros antes de que los que vamos para El Bagre nos enrutemos hacia esa cabecera, lo cual sería lógico para los que sigan su camino hacia Zaragoza. Como concejal de este municipio, que sigue golpeado por la violencia, pero también muchas veces por el estado, solo me queda pedirle al gobierno nacional que nos permita por lo menos tener una tarifa diferencial que no afecte ni atente contra la economía de las familias bagreñas, apuntó Johe Borjas Miranda.
Al final, lo que se espera es que esa inocente caseta del peaje no haya sido fruto de una arbitrariedad de las cifras estadísticas para lograr, como en una especie de pesca con atarraya, que caigan en ella el mayor número de carros que van para El Bagre y no los que en realidad se benefician de los 89 kilómetros que fueron los que al fin y al cabo intervino la empresa constructora, la que va a usufructuar la vía con todo derecho.
