Desde que abrimos nuestros ojos hasta que los volvemos a cerrar, creemos tomar nuestras propias decisiones. Creemos ser quiénes tomamos el liderato de nuestra vida, creemos ser quiénes elegimos cómo vivir. Sin embargo, la mayor parte del tiempo vivimos en piloto automático. Nuestro subconsciente es el que maneja los hilos de nuestro día a día. Así de extraño suene, nuestro cerebro evita todo lo que tenga que ver con gastar energía y prefiere recurrir a los archivos mentales. Aquellos archivos que nos fueron moldeando durante nuestra infancia y crearon los patrones mentales, los que condicionan nuestra vida.
¿Estás programado para el éxito, la mediocridad o el fracaso? ¿Cómo podrías redireccionar tu vida para ir en busca de tus sueños?
Más allá de todas las habilidades y actitudes que uno pueda tener frente a la vida. Si uno tiene un patrón que va en contra de sus sueños, el resultado siempre será similar y podremos culpar a cualquier persona de nuestro fracaso, pero nosotros seremos los únicos culpables. Porque no basta uno con estar en el lugar adecuado. Tenemos que ser las personas adecuadas en el momento justo y en el lugar adecuado. La clave está en comprender que tratamos con patrones. Cada patrón es como un termostato de una habitación, sea cual sea la situación siempre volverá a la misma temperatura que se le adaptó. Stuart Wilde, escritor británico, hace énfasis en la fuerza psicológica y la aptitud emocional: “La clave del éxito es elevar tu propia energía. Cuando lo hagas atraerás a la gente hacia de ti de forma natural”. Pero no basta con tener buena energía, tenemos que reacondicionar la mente para que confabule con nuestros sueños, sino seguiremos siendo víctimas de la mala suerte y las demás excusas. Determina cómo piensas y actúas, tu subconsciente se encargará de ti.
A algunas personas pareciera que todo el tiempo la vida les sonriera, cualquier acción que llevan a cabo parece acabar bien, parecieran poseer el toque del antiguo rey Midas que todo lo que tocaba se convertía en oro. Para otras personas pareciera que el Universo va en contra de ellas, que la vida no los quiere, pareciera que tuvieran el beso de la muerte, cualquier acción se les cae. Hay quienes piensan que los cambios proceden es del mundo exterior, pero no es así. Tu mundo interior es un reflejo de tu mundo exterior. Para cambiar el patrón debemos tomar conciencia, saber qué es lo que estamos pensando, luego debemos comprender por qué lo estamos pensando. El siguiente paso es disociarlo, es decir dejar de aferrarse a ese pensamiento y buscar otro pensamiento que nos empodere. Finalmente, hay que trabajar en ese empoderamiento para que se vuelva sólido. Rudyard Kipling en uno de sus poemas, expuso: “La batalla de la vida no siempre la gana la persona más fuerte o ligera, porque tarde o temprano, la persona que gana, es aquella que cree que puede”.
Los perdedores dejan que las cosas ocurran, pero los triunfadores hacen que las cosas sucedan. Tú decides si quieres tener el toque del rey Midas. Como dijo T. Harv Eker en su libro Los secretos de la mente millonaria: “No hay ningún pensamiento que viva en tu cabeza sin pagar alquiler”. Atraes lo que eres. Toma acción con propósito y dale una vuelta de 180 grados a tu vida. Nada es absoluto y lo único seguro es la muerte. Todo se puede, todo se logra. Pues ya que, cuando algo termina algo más comienza.