Los socialistas creen en dos cosas que son absolutamente diferentes
y hasta quizá contradictorias: libertad y organización.
Friedrich August von Hayek
Luis Fernando Velasco, exministro del interior de Petro, entre otros cargos públicos, está llevando una campaña decisiva para las aspiraciones del Pacto Histórico de cara a los comicios presidenciales del 2026: convertir al Partido Liberal en el principal aliado de una alianza multipartidista que no tiene rumbo ni mucho menos ideas.
Velasco, en su afán de tomarse al liberalismo por completo, considera que el pensamiento de izquierda es propio de esta colectividad, por lo que debe apoyar sí o sí las propuestas del petrismo, como si tuviera la obligación de arrodillarse y darle por antonomasia su dirección al presidente de los colombianos.
El político caucano, sin entender quién dirige el liberalismo, pasa por alto que Cesar Gaviria no va a caer en su juego. No reconoce que el expresidente liberal, gústele a quien le guaste, es líder de su partido, el cual sabe muy bien que el país vive sus momentos más trágicos. Por lo tanto, es tarea suya revivir la derechización de sus conciudadanos, sin atropellar, por supuesto, los principios de la verdadera democracia, algo que Velasco y su jefe, Petro, se les dificulta mantener.
En este sentido, la democracia en nuestro terruño está en riesgo, como lo están las libertades que hacen posible la vida del que quiere progresar. Por eso decir, tal como lo que plantea Velasco, que ser liberal es igual a ser de izquierda, más que una mentira, demuestra la falta de conocimiento de lo que ha sido nuestro desarrollo político. Nadie puede negar que, en medio de las luchas sociales liberales, el libre mercado ha sido la bandera de la colectividad y la pauta del crecimiento nacional.
Este crecimiento, que está sujeto a cualquier análisis, se ha desarrollado con mandatarios que le dieron la pelea al conservatismo, y que mal que bien nos han dado algo de progreso. Por eso ser liberal no es ser socialista, simplemente es respetar con justicia los principios del capitalismo; mantener las bases de una sociedad que promueva el trabajo, y se preocupe por el desarrollo de una economía que no se rinda a los caprichos del anarquista.
En conclusión, hace bien Gaviria en oponerse a todo lo que venga del actual gobierno, que únicamente le interesa la destrucción de cualquier fuente de ingreso independiente; la estatización de los recursos nacionales y el empobrecimiento de la pequeña empresa, con tal de someter al pueblo a una dependencia gubernamental o a un simple subido, los falsos alicientes del que nos dirige. Repito: hace bien Gaviria en buscar la derechización de nuestro amando país.
Esquirlas. En Estados Unidos ha ganado Donald Trump, y ha ganado sin objeción alguna. El elector norteamericano, independientemente de lo controversial que haya sido esta elección, privilegia hoy por hoy una buena economía, el trabajo y la prosperidad que no está viendo llegar a su casa. Ojalá el ejemplo gringo lo tomemos acá, porque solamente con la plata en la mano compramos en el supermercado y proyectamos nuestra vida, claro está, con la ayuda del buen Dios.