Para el participante que imita a Bad Bunny, el concurso ha sido toda una montaña rusa. De manera extrema el imitador ha pasado de ser el mejor en las galas a estar fácilmente en riesgo. A pesar de los intentos de la escuela del programa por mejorar su estilo y pulir sus presentaciones, el concursante atraviesa un punto decisivo dentro de Yo Me Llamo.
Además de que ya no sorprende a los jurados, y hasta aburre de tanto llorar, pareciera que no dedica completamente sus estudios en seguir las recomendaciones. En su última gala terminó en riesgo e irá, una vez más, a la noche de eliminación.
Vea también: