La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, junto con el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, informaron que el Parque Eólico Jeripachi de EPM en la Guajira, pasará a esquema de propiedad con comunidades indígenas que habitan el territorio donde se desarrolla el proyecto en la Alta Guajira.
Jerapachi que entró en operación en abril de 2019, fue el primer parque eólico colombiano, fue construido como parte del “Programa de investigaciones, proyectos y actividades coordinadas para el desarrollo eólico futuro a gran escala en Colombia” y como tal ha sido un proyecto piloto para consolidar conocimientos técnicos sobre la generación de tecnología de este tipo, la caracterización de los vientos, las oportunidades o barreras para su funcionamiento, los requerimientos económicos, sociales, de mercado y de apoyo logístico, etc.
El parque fue autorizado por el Gobierno Nacional para seguir en operación en julio de 2020 hasta finalizar su vida útil en 2023 luego de un intento infructuoso de renovación tecnología en 2019 en donde estuvo un año sin funcionar, y de esta forma permitir a los pobladores del área de influencia continuar trabajando en los distintos proyectos productivos comunitarios y mantener el empleo.
Ubicado en el Municipio de Uribia, en la alta Guajira, cerca de Puerto Bolívar y del Cabo de la Vela, está conformado por 15 aerogeneradores interconectados con una capacidad instalada de 19,5 MW de potencia nominal, que ocupa una zona de 4.9 hectáreas, con un área de protección de 160.1 hectáreas, cuyo uso es compartido por el Parque y la comunidad Wayuu. Se conecta al Sistema Interconectado Nacional (SIN) con una línea de 800 metros, a través de la línea propiedad de Carbones de Cerrejón y de la empresa de transmisión de energía Transelca.
El desarrollo del proyecto arrojó generó más gastos que ingresos por tratarse de un proyecto sin propósito comercial y más de la búsqueda lograr concretar información sobre el tema. Por tratarse de una inversión en ciencia y tecnología, EPM obtuvo exenciones tributarias otorgadas por Colciencias. A raíz de esta experiencia, el Banco Mundial creó el Fondo Comunitario del Carbono, con el fin de apoyar proyectos en comunidades menos favorecidas.
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