El 20 de julio de 2016 quedó en la historia de los habitantes del Chocó y en la retina de los nacionales. La marcha, promovida por los habitantes y el comité para la salvación y dignidad del departamento, se posó en la mente de los chocoanos por los diferentes improperios y problemas sociales, políticos, económicos, ambientales, culturales, territoriales y administrativos, que vienen acaeciendo y multiplicándose hace más de 6 décadas.
Desde entonces, una tierra como la chocoana que compone, con otras, la región del Pacífico, le ha brindado al país y al mundo grandes riquezas naturales (oro, platino, madera, peces, agricultura entre otros) en proporciones descomunales, siendo casi siempre extraídas de manera ilegal. Sin embargo, el valor de esta riqueza no se refleja en la retribución económica legal con la figura de regalías que suscribe la ley y el Estado Colombiano a los entes territoriales. Es pertinente poner en evidencia que el despotismo y el abandono por parte del gobierno central contrasta con el recurso natural y, por ende, humano que el Chocó le ha brindado a la construcción y desarrollo del país. Además, parece ajeno al interés nacional de las regiones periféricas, donde las élites que han gobernado al país tienen un bajo grado de competencia e incluso de aceptación nacional por la minoría gobernante y ultra regionalista que yace en el interior del país (peste que se propaga a los demás habitantes de esa región).
A la falta de información sobre los problemas de la olvidada y por momentos otra Colombia su descaro es inherente: denotan en la prensa nacional un problema que carcome al país y al resto de los Estados mundiales como lo es la CORRUPCIÓN, apuntando este flagelo como la causa principal y bastión de la crisis del Chocó. Ddebo decir que no se equivocan en ello, pero también debo hacer hincapié en que ha sido un problema de las partes (Estado central Vs. Chocó) aunque la mayor y principal responsabilidad se la lleva el Estado por su insuficiente política social inclusiva en las regiones olvidadas, producto de la inoperancia de sus entes centrales y descentralizados que evidencia el poco control político – administrativo y el limitado ejercicio de la soberanía en todo el país, como consagra la Constitución en la garantía de los derechos fundamentales, los derechos sociales, económicos y culturales, y los derechos colectivos y del medio ambiente a sus habitantes, y no como lo han querido arreglar a medias con el estigma que le han puesto a nuestra gente: "el problema es solo de los dirigentes y su mala administración del erario público.
Para dar luces y poner en evidencia en la palestra, la función interventora del Estado en el único Hospital de II nivel que tiene todo el Departamento -- donde la deuda al iniciar la intervención era de un poco más de 5 mil millones de pesos, y que a la hora de la liquidación ascendió a más de 10 mil millones de pesos en nueve años de intervención estatal por la Supersalud-- tiene a la salud de los chocoanos contra las cuerdas.
De la misma manera ocurre con los contratos de la interconexión vial entre Quibdó- Medellín y Quibdó- Pereira, que no adolece su falta de terminación a algún dirigente indolente de esta tierra sino a foráneos que también se han encargado del detrimento de las arcas públicas por la no finalización de las obras licitadas, como aparece en la siguiente denuncia:
“Es pertinente aclarar que todos los contratistas de estas vías nacionales en el Chocó son foráneos, quienes en contubernios con los poderes centrales y regionales, se roban la plata, no terminan las obras y nadie responde por estos desfalcos al Estado. Por los cambios en las modalidades de contrataciones de este tipo de obras que hizo el Gobierno –donde no se entregan anticipos– los contratistas chocoanos no tienen capacidades económicas para participar en los procesos licitatorios. Por lo tanto, los saqueadores son externos. Sin embargo, la mala fama de desfalcadores queda en nombre de los chocoanos”
Para nadie es un secreto o dogma la falta de representación y de gestión que nuestros dirigentes y gobernantes han tenido. No obstante, han sido insuficientes y muchas veces deshonra con la tierra que los vio nacer y les entregó las curules por medio de los votos del electorado. Pero ese también es uno de los móviles de esta protesta que coge su mayor fuerza en el Paro Cívico instaurado el día 17 de Agosto del presente año convocado por el COMOTE CÍVICO POR LA SALVACIÓN Y DIGNIDAD DEL CHOCÓ, por consecuencia al incumplimiento del Gobierno central para delegar funcionarios con poder decisorio, que intervengan en la solución de los puntos que se encuentran en el pliego de peticiones con la mesa de dialogo instaurada por el comité y la sociedad Chocoana.
El pueblo como fuerza política, social, cultural y constituyente se ha unido por una lucha justa a causa de la insatisfacción de las necesidades provistas en el pliego de peticiones que se hacen urgentes por el gran deterioro del tejido social, ambiental, político, educacional, de infraestructura , de salud y económico que faciliten la inclusión y vaya reduciendo el margen de la gran brecha de miseria e inequidad que afronta el departamento del Chocó frente a la población nacional. Esta provoca una alta tasa de mortalidad por epidemias sanitarias, violencia, además de las cifras que arroja el DANE en los índices de pobreza extrema y desempleo, entre otros.
El empoderamiento del pueblo con la protesta social hace que surja una nueva institución de sujetos políticos y su visibilización en aquellos espacios, derrumbando las hegemonías que vienen sin ningún cambio en la toma de decisiones con políticas y políticos lánguidos e insuficientes, sin ningún impacto social benéfico en la comunidad. Este empoderamiento es una gran verdad para todo el pueblo que somnoliento andaba en las urnas conformándose con un plan de gobierno efímero, confinando a la sociedad por láminas de zinc, unos cuantos pesos entre otras tácticas fraudulentas, a 4 años de abusos y desinformación para fines egoístas sin la más mínima acción a solucionar los problemas sociales de la comunidad.
Hasta ahora se despiertan los indignados que se encontraban dormidos por años. La indignación llegó en forma de muerte, miseria e innumerables problemas que atañen a esta hermosa esquina de América y de Colombia. Hoy gritan con ahínco, luchan con fiereza y se respetan por la dignidad que corre con gran tesón por la sangre y el cuerpo de los dolientes de su querida y amada tierra Chocó.
¡Unidos venceremos, luchar hasta el cansancio así no alcance la vida, pero a luchar por nuestros derechos!
@DijoUnTio
