La negativa de la empresa Nestlé de recolectar la leche en los 16 municipios del Caquetá, debido a los problemas que tienen sus tractocamiones en la vía al Huila -- con lo cual se dejan de exportar al interior del país alrededor de 1.500.000 litros de leche al mes afectando 15.000 familias--; el desabastecimiento de alimentos en las galerías de Florencia, que afecta la canasta familiar; la inminente escasez de gasolina y la resistencia campesina a las petroleras que se presenta en la mayoría de los municipios, ha puesto en peligro la economía del Caquetá que sigue siendo el trompo de los quiñes de la problemática nacional.
Los camioneros que antes estaban ubicados en la cordillera, en el sitio conocido como Puerto Amor, haciendo retenes momentáneos de dos, tres y hasta cuatro horas a los compañeros que no se habían sumado al paro, ahora se trasladaron a la salida de Florencia a Morelia, siempre al lado de la vía y en el sitio conocido como El Quebradón, entre los municipios de El Paujil y El Doncello, sin taponar las vías pero ejerciendo una presión psicológica en la comunidad, especialmente entre los transportadores y los conductores en general.
En algunos municipios, como es el caso de Milán, los restaurantes han decidido subir el precio a sus comensales debido al encarecimiento de los artículos y en Florencia el alcalde, Andrés Mauricio Perdomo, ha dicho a los medios de comunicación que las cosas están pasando de castaño a oscuro, pues antes se les permitía a los camioneros entrar libremente los alimentos a la ciudad y ahora son atacados en las vías donde les destruyen los parabrisas, con lo cual han decidido no trabajar más y eso ha generado escasez de alimentos en la capital del Caquetá y por ende en los demás municipios.
El mandatario le solicitó al gobierno nacional que así como se tiene en cuenta a la región para todo lo relacionado con el posconflicto, también se busque la forma de solucionar rápidamente el problema de los camioneros para superar la grave crisis que se presenta en la ciudad y el departamento.
A lo anterior se suma la férrea resistencia campesina en todo el departamento a la entrada de las petroleras, principalmente a la empresa Petroseismic, resistencia que se ha hecho evidente en municipios como Valparaíso, donde el campesino José Antonio Saldarriaga acaba de terminar una huelga de hambre. En Morelia el alcalde solicitó una consulta popular para determinar si la comunidad acepta la llegada de las multinacionales del petróleo, mientras que en Doncello su alcaldesa, Sandra Losada Floriano, se ha puesto del lado de los labriegos para proteger su territorio y en los demás municipios donde es evidente la resistencia a las multinacionales del petróleo.
Todo lo anterior ha puesto de nuevo en peligro la economía del Caquetá: los comerciantes de alimentos están en crisis, lo mismo los de las ferreterías que no pueden traer los materiales de construcción, la producción de carne se paró por completo, puesto que no hay ni una sola res para sacrificar en las instalaciones de Cofema, donde se sacrifica un promedio de 1.100 animales diarios y los productores de leche están prácticamente camino a la quiebra si no finaliza el paro camionero en los próximos días. Como el departamento no cuenta sino con una vía de acceso al interior del país, cada vez que el gobierno tiene un problema, quienes protestan cierran la vía y la economía de la región se va a pique con el consecuente deterioro de la canasta familiar.
