El Gobierno Nacional, en lugar de actuar con mayor celeridad para proteger a las empresas que ocupan a 6.200.000 personas en la agricultura y la industria, decidió optar por el camino de establecer medidas para beneficiar al sector financiero, que en 2019 obtuvo ganancias por $21 billones con recursos propios y $72 billones con recursos de terceros.
Mientras las empresas y sus trabajadores soportan el rigor de la emergencia, el sistema financiero obtiene liquidez sin ninguna garantía de que esos recursos van a ser colocados para quienes realmente los necesitan para sobrevivir. Porque una de las quejas de gremios como Acopi, es que en estos momentos más que créditos lo que se requieren son subsidios directos, en un país ya bastante endeudado que pareciera que solo trabaja para los banqueros, y estos son quienes mandan en el gobierno.
Así quedó establecido con el Decreto 558 de 2020, que en apariencia tendría el objetivo de proteger las pensiones de 20.000 afiliados a los fondos privados, y que permite que se trasladen $5 billones desde allí a Colpensiones. No obstante, una lectura cuidadosa del mismo permite establecer dos ‘micos’ que prueban la inviabilidad del pésimo régimen pensional privado y la intencionalidad de favorecer patrimonialmente a los banqueros que lo administran.
En primer lugar, el mencionado traslado de dinero no corresponde a un cálculo actuarial del costo total de los pensionados bajo la modalidad de retiro programado. Cuando estas personas lleguen a Colpensiones, entrarán a una bolsa común. Aún si se llegara a establecer el monto faltante por cada afiliado, difícilmente las AFP asumirán la obligación, así que en el largo plazo es el presupuesto público el que tendría que cargar con el costo de pagar esas pensiones.
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Lo que las AFP le darán a Colpensiones son papeles desvalorizados sobre los cuales esta entidad pública asumirá el costo de la pérdida de rentabilidad
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En segundo lugar, los $5 billones no serán un pago en dinero, sino en títulos valores de deuda pública y privada. Como las mayores pérdidas del mercado de valores colombiano han sido estos títulos de renta fija, lo que las AFP le darán a Colpensiones son papeles desvalorizados cuya tasa cayó 22 % entre enero y marzo de 2020, sobre los cuales esta entidad pública asumirá el costo de la pérdida de rentabilidad. Ahí está la trampa, y es que esto le permitirá a las AFP desencartarse de unos pensionados y de unos ‘bonos basura’, para recuperar con recursos públicos algo de las pérdidas acumuladas en los últimos meses.
Como si no fuera suficiente, el Banco de la República estableció, en la misma semana de expedición de este decreto, que intervendrá en el mercado de TES para “ofrecer cobertura contra el riesgo de desvalorizaciones fuertes”, es decir, que pagará la diferencia de la pérdida de los tenedores de estos bonos; ¿adivinen quiénes son? obvio, los banqueros y sus fondos de pensiones, poseedores del 29,4 % del total de TES emitidos.
Cada tanto, la vida humana se ha visto amenazada por gérmenes, virus y guerras. La ambición de riqueza y poder que caracteriza al mundo moderno, ha establecido que la historia de las interacciones entre distintos pueblos esté mediada por la conquista, las epidemias y el genocidio, como lo describe el geógrafo Jared Diamond. En tiempos en que parece que los únicos incólumes de la emergencia son los voraces banqueros, se debe mantener la esperanza en que la alta capacidad de relacionamiento social humano siempre ha prevalecido de manera positiva, y lo seguirá haciendo, como se ve en las acciones recientes de colaboración científica y humanitaria.
Twitter: @mariovalencia01
Ilustración: Malbuena