En los comicios del 13 de marzo pasado hubo consultas para que los electores definieran los candidatos por cada una de las tres coaliciones, pasando al partidor Gustavo Petro por el Pacto Histórico, Federico Gutiérrez (Fico) por la coalición Equipo por Colombia y Sergio Fajardo por la coalición Centro Esperanza, que se sumarían a los independientes Íngrid Betancourt, Rodolfo Hernández y Óscar Iván Zuluaga, que terminó adhiriéndose a Fico. Eso era lo que se definía y nada más, pero hay quienes se empecinan en decir que ya hay presidente electo, llevados de un delirante fanatismo que les obnubila la mente.
Hay que recordarles que la actual contienda electoral en Colombia se librará en dos rounds, la primera vuelta del 29 de mayo, y si nadie obtiene la mitad mas uno de los votos, que es lo más probable, entonces el segundo y definitivo round ocurrirá el 19 de junio de 2022 entre los dos sobrevivientes del primer round.
Pero algo muy diciente registraron las elecciones del 13 de marzo, que más de la mitad de los ciudadanos se abstuvieron de concurrir a las urnas, unos por apatía, otros por desencanto con la politiquería tradicional, otros porque consideran que las elecciones son una farsa, otros por estar hasta la coronilla con la polarización a la que están llevando al país, otros por indolencia.
El panorama es confuso e incierto, y habrá sorpresas. Los abstencionistas, de proponérselo, pueden ser factor determinante.
En este escenario Sergio Fajardo tiene todas las de ganar, pues va remontando, de menos a más, tiene buena imagen, su programa responde a las expectativas de la gente y cuenta con un buen equipo. Las fuerzas que lo respaldan son de oposición al gobierno de Duque y no practica la combinación de todas las formas del oportunismo, en especial eso del todo vale, hay límites, sin torcidos, ni corruptos ni expresidentes. Y todo ello le da credibilidad y fuerza moral para mover a los abstencionistas.
Sincelejo, 9/04/ 2022