La historia del papel comienza con el papiro fabricado por los egipcios con una planta acuática de la ribera del Nilo. Durante la época de griegos y romanos apareció el pergamino, hecho con pieles disecadas de animales como becerro, oveja o cabra.
En el siglo II a.C. los chinos hicieron un antecedente del papel con tela, seda, paja de arroz y otros desechos. El papel es un invento trascendente en la evolución humana, ha servido para transmitir la información y el conocimiento a través de las generaciones.
Los papeles embolsan la vida de una persona. La vida le da a cada individuo su papel, pero cada uno va adaptando el guion a su manera. No es raro hallar quien pasa de prócer a espantapájaros o de reverenda madre al malo de la película.
¿Quién desconoce el papel de envolver regalos o no ha guardado en el bolsillo un billete, el más apetecido de todos los papeles? Cada papel, como cada persona, tiene identidad y destino. El papel de lija, el de seda, el papel aluminio, el celofán, que no sabe ocultar nada; el papel mantequilla, el papel sellado, el periódico, que servía para empacar cominos, panela y otros artículos en las tiendas; el papel carbón, usado aun por algunos políticos después de los comicios; los papeles de reparto, los papeles de identidad, testigos del paso de la vida; el papel matamoscas, el papel cuché, preferido de los abuelitos; el papel de luto y el papel higiénico, el más indispensable de todos los papeles. Con mensajes escritos en papel de añafea se rompían los compromisos matrimoniales y las cartas en papel cebolla hacían llorar a las señoras.
En un país como el nuestro los papeles son más importantes que los hechos. Si uno se descuida lo empapelan y ya tiene juicio para esta vida y la otra.
Los Papeles de Panamá o Panamá Papers nos cuentan sobre las habilidades de la gente bien y los gobernantes que guardan allá sus ahorritos libres de impuestos.
Están de moda también los papeles que dejó García Márquez. La Universidad de Texas los colgó en la nube después de comprarlos por más de dos millones de dólares, porque estaban untados de realismo mágico.
Como dicen que el papel aguanta todo, transcribo un poema que circula en redes sociales, atribuido al poeta Roy Barreras. En la web alguien hace el papel de culto y escribe cartas o diatribas y después se las adjudica a otros, a Borges, a Gabo, al papa Francisco. Y los demás las reproducimos como auténticas. En este caso les puedo asegurar que se trata de un texto apócrifo. La musa del senador es más casta y refinada.
Por último, les dejo el “Reguetón del papel higiénico", el cual deben acompañar con un canturreo de bajo:
Cumpliendo su papel noble, discreto,
entre taza del baño y lavamanos,
estás para limpiar con el secreto
la mancha original de los humanos.
Mundana vanidad queda en asueto
a la hora en que santos y profanos
perfeccionan contigo el diario reto:
¡el de coger el cielo con las manos!
Sin embargo en los pulcros menesteres
que acolitas a hombres y mujeres,
a veces la reinante carestía
una vuelta al pasado nos dispensa:
Cuando no hay más, los pobres todavía
se limpian con los dedos o la prensa.
