ME PARECE UNA ACCIÓN AUDAZ DEL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO INCLUIR a José Félix Lafourie en el grupo negociador con la Guerrilla del ELN. Igualmente audaz intentar incluir a monseñor Darío de Jesús Monsalve. Es claro que un país debe tener unidad, compartir un mismo proyecto. Una Nación es una Construcción Colectiva sin exclusiones, de esta forma se crea una agenda ganadora y un libreto evolutivo para sacarnos del pantano.
El sorpresivo nombramiento de Lafourie, como se dice en el argot futbolístico es un golazo. Un gol inesperado que deja a los enemigos del cambio fuera de base y sin capacidad de reacción; asimilar por el momento ese tremendo disparo de "folha seca" cuesta aceptarlo. Fue un tiro libre con dinamica propia, que en su recorrido, sobrepasó la barrera y se anidó en el vértice de los tres palos donde el golero no alcanza llegar. El balon esta adentro, en el fondo de la red, "ya no hay tiempo de llorar".
A Petro lo veo por un camino sincero de reconciliación y lo primero es desactivar la polarizacion reinante. Unos viven de lo que produce la polarización, fomentan el odio que conlleva al cíclico derramamiento de sangre; ahí se sienten cómodos y pescan sentados en un barril de polvora, que si se descuidan y no se busca desactivar el vergonzoso estado de desigualdad, el barril en que se encuentran sentados pescando, puede estallar y lo acumulado, producto de la codicia, no lo podran siquiera disfrutar. Eso lo entiende un opositor inteligente como José Félix Lauforie. De allí se desprende su pragmático discurso en el Congreso de Fedegan.
La inclusión de un representante de la extrema derecha colombiana y su mentalidad feudalista legitima los diálogos, pero no debe descartarse la posibilidad que dicho nombramiento pueda convertirse en un dolor de cabeza, al interior de la mesa de negociaciones, donde los demás dignatarios tienen una fuerte afinidad ideológica. Es el mismo Deja Vu vivido con Juan Camilo Restrepo o el general Mora en los anteriores diálogos.
Puede resultar su nombramiento un tiro en el pie, cuando se discutan y se traten de llegar a acuerdos sobre temas que signifiquen ceder, para llegar a solucionar el conflicto. La atavica mentalidad de derecha les resultará inconcebible, ciertas concesiones que en los procesos de paz deben otorgarse, para superar las causas objetivas que dan origen a un conflicto de esta naturaleza.
Jose Félix Lauforie en determinado momento se sentirá en el lugar equivocado y no es descartable una prematura renuncia a la dignidad otorgada. Estar al frente del ELN, un enemigo ancestral y odiado por un gremio con simpatizantes del inveterado paramilitarismo, no será fácil. Tendrá que ser don José Felix una persona con mente abierta al diálogo y con laxitud conceptual frente al problema por solucionar. Lafourie tendrá que verse en el espejo de un Álvaro Gómez Hurtado, su inteligente mentor político.
También cabe la no descartable posibilidad, que la madurez que brindan los años, lo revistan de grandeza y sabiduría. Como innegablemente es una persona inteligente, finalmente comprenda que para la misma tranquilidad del gremio que representa es necesario despojarse de cavernícolas posturas. Es posible que acabe por ser un hombre progresista, sin matricularse en lo que llaman peyorativamente "de Izquierda".
Es la hora de Lafourie, la hora de refundar una derecha decente. Una derecha que se oponga, puesto que están en su inalienable derecho de hacerlo. Adecentar ese espectro ideológico es prioritario, porque lo que hoy se aprecia, son respuestas emocionales aisladas y coqueteos con la corrupcion y la criminalidad.
A Lauforie en diferentes oportunidades la hirsuta derecha lo ha dejado colgado de la brocha: cuando aspiró ser contralor lo dejaron solo y cuando su beligerante esposa intento ser candidata Presidencial, se prefirió a Óscar Iván Zuluaga sobre María Fernanda Cabal. ¡Hoy es su hora!
Es imaginable la insoslayable controversia familiar que se le puede armar al pobre José Félix en su comedor de 12 puestos. Su mujer, María Fernanda Cabal, la beligerante líder de la extrema derecha y su hijo que empieza a sacar las uñas, en pleno comedor reunidos, cuántas cosas no le recriminaran al viejo sabio. Ese será otro frente que le tocará lidiar y que puede resultar igual de complicado que el encargo que le hace el presidente Gustavo Petro.
