El papa Francisco recibió en Roma a Gustavo Gutiérrez Merino, el Sacerdote Peruano, quien es considerado el precursor de la Teología de la Liberación, corriente dentro de la iglesia católica, cuyos antecesores la relegaron de manera abierta.
La teología de la liberación surgió en América Latina, con el impulso que tuvo la reflexión sobre el papel de la iglesia y que tuvo en la Conferencia Episcopal Latinoamérica del año de 1968 en Medellín, un escenario, fecundo para la reflexión y el intercambio de propuestas, fue en su momento la respuesta cristiana a la situación de pobreza y negación de derechos en la que vivía y aun vive gran parte de la población de América latina.
Gustavo Gutiérrez publica en el año de 1971, su obra “Teología de la liberación (Lima, 1971, traducida a veinte idiomas), que se considera hasta el día de hoy, el libro clásico de esta corriente de pensamiento, que da fundamento a “la opción preferencial por los pobres” y que removería iglesias y conventos, en toda América latina, vinculando a no pocos sacerdotes, monjas y agentes de la pastoral, a la acción política y el acompañamiento a los mas pobres.
Fue durante el pontificado de Juan Pablo II, que el Vaticano, abriría una cruzada contra la Teología de la liberación y sus promotores, en 1979, el papa afirmariá: "una concepción de Cristo como político, revolucionario, como el subversivo de Nazaret no corresponde a la catequesis de la Iglesia".
Durante su largo papado, Juan Pablo II redujo el poder y la influencia de los obispos que adherían a la Teología de la Liberación, como Paulo Evaristo Arns, arzobispo de Sao Paulo, al que recortó su diócesis, promoviendo o nombrando una generación entera de obispos conservadores, igualmente acusó de marxista a la Teología de la Liberación por resaltar la opción preferencial de Dios por los pobres y sancionó a varios sacerdotes vinculados a ella, como el brasileño Leonardo Boff o el nicaragüense Ernesto Cardenal.
El prefecto para la Doctrina de la Fe de entonces, Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, llamó al orden a varios teólogos, entre ellos al brasileño Leonardo Boff, a quienes reprochó que aprobaran la lucha de clases y la violencia revolucionaria, concepciones que perdieron fuerza tras la caída del muro de Berlín y el derrumbe de “campo comunista”, entre 1989-1991.
El papa Francisco, al recibir al sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, luego de 25 años de mantener perseguidos y relegados a quienes promovían la Teología de la Liberación, ha dado una nueva señal de renovación en un pontificado que en pocos meses, le ha dado un nuevo aire de tolerancia y frescura a una institución con enormes retos por delante .