Uno de los mensajes más impactantes, de tantos que expresó ‘Pachito el Che’ en su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay, fue el recordar el peligro que significan las ideologías, cuando en varios países de la región, campea la tentación totalitaria de perseguir y silenciar a la oposición y prensa, esta vez agenciada desde la izquierda, para justificar algunos cambios en las formas de propiedad, producción y distribución de bienes, que buscan sacar de pobres a millones de habitantes; hasta hace algunas décadas, sometidos por dictaduras militares de fundamentalistas derechistas al servicio del neoliberalismo y concentración de la riqueza en manos de grandes conglomerados industriales, mineros y financieros, con garosos capitales nacionales y extranjeros.
El papa calentó las orejas de Correa, Evo, Maduro y su paisana Cristina, al refrescarles la memoria con el fracaso que en siglo XX, significó contra libertades individuales y colectivas, estabilidad económica y el medio ambiente, la adopción fanática, del nazismo o nacionalsocialismo por parte de los seguidores de Hitler, Mussolini, Franco, Hirohito, quienes no vacilaron en sacrificar la vida de millones de humanos justificándose en sus ideologías fundamentalistas y desde la otra orilla, por el comunismo totalitario, agenciado con métodos muy similares a los de los nazis, (campos de concentración y exterminio de opositores, ‘gulags’, etc.) por líderes como Stalin, Mao y Pol Pot, con egos inflados por el ‘culto a la personalidad’, de quienes se creen irremplazables y cuyos crímenes quedaron al descubierto después que desclasificaron archivos secretos de los Estados que gobernaron.
La pérdida de independencia de los poderes Legislativo y Judicial con relación al Ejecutivo, ha sido una constante en Venezuela, Ecuador, Bolivia, al igual que el control a la prensa y el ahogamiento financiero y la compra estatal de medios de comunicación, para uniformar la información y opinión. Las constantes excusas para empapelar y ‘juzgar’ a opositores a los regímenes con fuerzas armadas y aparatos judiciales al servicio del gobierno, son manifestaciones dictatoriales esta vez a cargo de la ‘izquierda democrática’ acudiendo a métodos que en el pasado utilizaron las dictaduras de derecha.
El mensaje también apunta a las Farc, el Eln y a los extremos que se tocan con los mismos métodos: los supervivientes reciclados paramilitares de las Auc, quienes justificados en la ‘ infalible razón suprema’ de las ideologías de izquierda y derecha, de sus dirigentes y voceros públicos, durante décadas de acción violenta no han vacilado en desplazar, despojar, empapelar, ante ‘autoridades corrompidas’, espiar comunicaciones, secuestrar, poner bombas y minas y asesinar a quienes se oponen a sus designios fundamentalistas de creerse los portadores de la ‘verdad revelada’, adalides de las ‘sociedades perfectas’ y de estar por encima del bien y el mal, ‘libres de todo pecado, delito y juzgamiento en esta vida… y en la otra’, si es que existe.
El Papa Francisco en su gira, por el Paraguay, donde en tiempos coloniales fue exterminado un enclave jesuita, -que inspiró la película La Misión, con Robert de Niro y Jeremy Irons- también pidió perdón a nombre de la Iglesia, por genocidios contra pueblos indígenas, cometidos por los conquistadores que esgrimiendo arcabuz y espada con empuñadura de cruz, acompañados de sacerdotes imbuidos por el fanatismo de la Contrarreforma católica y la Inquisición, arrasaron comunidades, templos, testimonios culturales y artísticos de civilizaciones indígenas, argumentando que eran manifestaciones demoniacas, tal como siglos atrás, lo habían hecho los saqueadores de tesoros de los ‘caballeros cruzados’, contra los musulmanes, en su violento camino por la reconquista de Jerusalén, sentando bases del actual contra-fundamentalismo de los yihadistas y el Estado Islámico, que tiene inseguros a los habitantes del medio oriente y las potencias occidentales. (Siembra vientos y cosecharás tempestades).
Días antes de emprender su gira por el solar sureño, el pontífice había conmovido al mundo con la encíclica ‘ecológica’, criticando los atropellos contra nuestra ‘casa común’ ejercidos por países y monopolios industriales y financieros que movidos por la ideología fundamentalista del neoliberalismo y el afán inmediatista de lucro, actúan implacables en naciones como Grecia y otros países puestos en capilla por los banqueros rentistas de multinacionales financieras como el J.P Morgan, con tentáculos en todo el mundo y funcionarios en la puerta giratoria de la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos, gobiernos europeos y los Bancos Europeo y el Fondo Monetario Internacional, desde donde trazan las políticas económicas mundiales de expoliación financiera al integrar la banca comercial con la especuladora de inversión, promotora de ‘burbujas financieras’ para robar a los incautos y de paso quedarse con las cuantiosas ayudas gubernamentales. Así lo hicieron en la crisis financiera del 2008, con los 700.000 millones de dólares que les giró el gobierno de Obama, mientras impunemente condenan a millones de habitantes de la tierra a sobrevivir en condiciones de miseria y de no cesar su explotación desaforada de los recursos naturales, mediante empresas de las que son copropietarios, con el cambio climático acelerado, ponen en peligro la existencia de la humanidad y la vida en el planeta.
Uno de los gestos simbólicos del papa Francisco, antes de partir del Paraguay, fue la siembra de tres olivos, uno destinado a plantar como señal de esperanza en Colombia, el mismo día que el gobierno anunció un nuevo acuerdo con las Farc, en Cuba, para desescalar el conflicto a partir del 20 de julio, con la participación en la mesa de negociaciones de delegados de la ONU y el Uruguay. A pesar de la inútil y negativa para su imagen acción terrorista de las Farc, días antes de la fecha señalada para el cese unilateral de fuego, renacen esperanzas de que las nuevas generaciones crezcan sin el fantasma de las ideologías de izquierda y derecha estimuladas por líderes egocéntricos, quienes se creen poseedores de la verdad revelada e irremplazables, atizando la guerra, que es su gran negocio, al pescar tierras, riquezas legales e ilegales y puestos y contratos estatales en medio del río revuelto de sangre.
