Se terminó la proyección en Cannes de La tierra y la sombra y el exigente público del Festival de Cannes, de pie, ovacionó el filme durante cinco minutos. César Acevedo, un caleño de 30 años que había tenido experiencia en el cine siendo coguionista y asistente de dirección de Óscar Ruiz Navia en Los hongos, se levantó de su asiento, salió de la sala y rompió a llorar. Atrás había quedado una lucha de ocho años por acabar la historia de un campesino que después de una década lejos de su familia regresa a su tierra teniendo a sus espaldas el fantasma del desplazamiento. Gracias al apoyo del Fondo de Cinematografía del Ministerio de Cultura y entidades internacionales como la española Ibermedia o Cine Sud Promotion, el sueño de hacer su primera película como director se había hecho realidad.
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Los tres premios que recibió en la semana de la Crítica a mitad de semana lo habían dejado conforme. Pero cuando recibió la Cámara de Oro a la mejor Opera Prima del festival de cine más importante del mundo, Acevedo recordó el duro camino que lo había llevado a Cannes. Todo empezó cuando tenía 20 años, su madre acababa de morir y su padre, abatido por la pena, era un fantasma que deambulaba por la casa. Quería recordar el dolor, no olvidarlo y por eso se sentó a escribir el guion, para “hacerle frente al olvido y volver a las personas que ama”.
La película, protagonizada por actores naturales, se estrenará comercialmente en Colombia el 15 de julio de 2015.