La idea de hacer una fábrica de lanchas resultó de un paseo a pescar en Antioquia. Cuando Eduardo Londoño compró un bote de aluminio para poder tirar anzuelos lejos de la orilla en la laguna de Ayapel, detectó la necesidad de contar con una buena lancha. Era el año 1946, y junto con su hijo mayor John Londoño Sencial pensaron en los motores fuera de borda. Entonces el negocio familiar era una miscelánea que empezó vendiendo lámparas y cocinillas.
En un país con tantos ríos que comunican regiones la urgencia de un medio de transporte acuático liviano era evidente. Lo primero que hicieron fue importar tanto los motores como los botes, pero en los años 60, su hijo John regresó de un viaje a Estados Unidos con la idea de hacer una sociedad que pudiera fabricar y comercializar botes de resina y fibra de vidrio.
Trajo un casco hecho de madera que sirvió para fabricar el primer molde de fibra de vidrio al que llamaron “Albatros”. Así nació Figlas Limitada, una empresa donde participó toda la familia al alrededor del padre Eduardo, quien falleció al poco tiempo, en 1966, con 72 años. Ya Eduardoño era una realidad y el mayor, John, tomó las riendas.
En 1961 los hermanos Londoño con el fin de tener más presencia en otras ciudades importantes del país fundaron en Bogotá una empresa llamada Motoborda, especializada en el ensamble y comercialización de equipos náuticos.
Diez años después, para mejorar la calidad de los motores fuera de borda que comercializaban, estableció una relación con Yamaha Motor Company, una de las compañías más importantes del mundo, que sería su nuevo aliado comercial. Una alianza con que le permitió adaptar tecnología, y con el tiempo crear su departamento de ingeniería que desarrolla diseños propios de botes en poliéster reforzado con fibra de vidrio, dedicados al transporte de carga y pasajeros, pesca, patrullaje, mercado deportivo y placer.
Es distribuidor exclusivo para Colombia de la marca Yamaha para sus motores fuera de borda 4 y 2 tiempos. Las plantas de producción de Itagüí también evolucionaron hacia la fabricación de embarcaciones de trabajo y uso militar, o a la medida de la necesidad del cliente. En su planta en Itagüí también producen lubricantes náuticos, agrícolas y de motos, de marcas Yamalube, Super Moto, Transmilube, Eduarlube y Edo entre otras, otra línea de negocios para darle una mayor vida útil a los motores.
Gracias a la alianza con Yamaha en 1973 y por investigación conjunta se desarrolló el motor tropicalizado (adecuado a las condiciones y características climáticas y a los ríos de Colombia) y el sistema de bomba de agua cromada que soportaba el desgaste por contaminación de los ríos en Colombia, comparable a ríos de Indonesia y Bangladesh. Por este trabajo investigativo conjunto tuvo diseño y desarrollo el motor Enduro para trabajo y uso comercial a nivel mundial.
Cartagena en la mira como centro de exportaciones
Cartagena y el movimiento por el Caribe, además de su condición de puerto, entró en la mira y planearon el traslado para realizar desde allí las exportaciones. En 2022 iniciaron la construcción y adecuación de una planta ubicada en el barrio El Bosque en Cartagena para la construcción, desarrollo y producción de botes principalmente hacia el mercado internacional, que debe entrar en operación este año. Con una inversión de $ 100 mil millones, la empresa está localizada cerca de su propia Marina Santa Cruz, en Manga, a la entrada de la Escuela Naval de Manzanillo.
Después de 30 años en Eduardoño, se retiró de la gerencia John Londoño para darle paso a su hijo Johnny Londoño Escobar. Una disputa familiar lo apartó de la operación del negocio para dedicarse a sistemas de manejo del agua, quedando como presidente y socia mayoritaria su hermana Eugenia María Londoño quien recogió las acciones de varios de sus cinco hermanos. Conocía del negocio por haber sido su Gerente Financiera.
El 95% de las exportaciones que hoy realiza Eduardoño son embarcaciones asociadas a faenas de pesca, transporte de pasajeros y de carga hacia países en Centroamérica y el Caribe; pero también hay una gran capacidad competitiva en botes de recreo que sería una línea de producción a futuro para exportar. Dentro de actividades de recreo, importa y ensambla motos de agua WaveRunners con licencia de esta empresa. En la actualidad exporta a 18 países y prevé llegar a otros 20, principalmente en el área del Caribe.
La armada nacional, un nuevo cliente
Eugenia María Londoño vio en el sector de defensa una gran oportunidad de negocio y profundizó en la fabricación de lanchas de uso militar. Su principal cliente es la armada nacional, entidad donde es muy reconocida, y a quién le produce 5 modelos de botes patrulleros los cuales también exporta.
Aunque su marca se identifica con botes, Eduardoño es una empresa comercializadora de otros productos, agrícola, energéticos y ambiental, además de repuestos y servicios. Sectores donde inició en la década de los 80, produce equipos de hidrolavadoras, fumigadoras, generadores de energía y motobomba Yamaha, más accesorios marca Oregón para motosierras. También se ha expandido hacia proyectos de ingeniería y diseño de plantas de tratamiento de agua.
Cuenta con dos sedes administrativas en Medellín y Bogotá y tres de atención al público en Buenaventura, Guatapé (Antioquia) y Bahía Solano en el Pacífico donde la demanda de lanchas es creciente.
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