El presidente vuelve a demostrar su frivolidad. Mientras miles de colombianos salieron a marchar por los incumplimientos que han caracterizado sus ocho meses de gobierno él, muy orondo, se va a inaugurar el Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar. ¿De qué irá a hablar? ¿de lo bueno que lo pasó hace un año cuando cantó al lado de Silvestre Dangond en una fiesta privada? El país verdadero, no el de guayabera uribista, reclama el timonazo presidencial, reclama que el foco de atención cubra las heridas que se han abierto y que tienen a Colombia derrumbada.
El proceso de paz con las Farc, algo que a él precisamente no le importa mucho porque en su populismo uribista sabe que no le va a dar votos, pende de un hilo. Lo que ha pasado en las últimas semanas es muy grave. El hijo de una pareja de exmilicianos resultó muerto después de recibir una bala perdida en un atentado, un exguerrillero asesinado en confusos hechos por un retén del ejército, Ernesto Macías viendo como dilata el mayor tiempo posible la definición en el Congreso del futuro de las Objeciones Presidenciales, los indígenas piden que se cumpla lo pactado, al igual que los afros, al igual que medio país.
Es que este gobierno debe entender que no se va a mandar solo para los 10 millones que votaron por la perpetuación de la guerra sino para todo un país que hoy le dice que empiece a gobernar, que ejerza el puesto por el que fue elegido, que deje de ser un payaso de feria que nadie respeta, un presidente cuestionado por el New York Times, un presidente que se ha destacado más por manejar la pelota o por cantar con Silvestre como lo hace en estos videos:
A esta hora en Valledupar el cantante Silvestre Dangond realiza una fiesta privada al candidato presidencial Ivan Duque. pic.twitter.com/pNQd8VUEWJ
— BlogVallenato.com (@blogvallenato) 29 de abril de 2018
Seguro repetirá una escena parecida. Ya a nadie le causará gracia. ¿Quién lo asesora? ¿Por qué uno ve a Duque y piensa en un pigmeo, en un subordinado, por qué se nota tanto detrás de él la sombra de Uribe y ahora también la sombra de Silvestre? Triste, mientras el país se derrumba el presidente anda de rumba