En 1976 Bruce Jenner era un héroe. Acababa de vencer, en plena Olimpiada de Montreal, a los todopoderosos soviéticos en la exigente prueba de la declatón. En plena guerra fría cualquier enfrentamiento con sus encarnizados rivales era seguido con fervor pasional por parte del pueblo norteamericano. Jugosas propuestas para promocionar cereales, zapatos, y para actuar en la televisión, le llovieron a este hombre que en su primeros años había sufrido de dislexia y que ahora se daba el lujo de ser invitado a la Casa Blanca a cenar al lado del presidente Gerard Ford.
Después de aparecer en varios capítulos de Chips, la popular serie policiaca de los setenta, Jenner debutaría en el cine protagonizando una comedia-disco junto al grupo The village people. Su desafortunada actuación le valió el Golden Rabsperry, premio que se otorga al peor actor del año.
No tener suerte en el cine no fue óbice para que la popularidad de Jenner mermara. Al contrario, los dos libros de autoayuda que escribió en la década del ochenta y las charlas motivacionales que daba, sumado a su participación en el automovilismo, en donde llegó a ganar un par de importantes carreras, le hicieron amasar una fortuna. En la cresta de su popularidad, conoció a la que sería el amor de su vida, Kris, la atractiva esposa de Robert Kardashian, el célebre y próspero abogado de O.J. Simpson. Después de dos años de amoríos, la pareja decidió oficializar su relación con un publicitado matrimonio realizado en 1991. Para Kim, Khloé y Kourtney, las hijas que había tenido Kris con el abogado de origen armenio, no fue traumática la separación de sus padres, al contrario, Bruce desde el principio se mostró como un padrastro amoroso y comprensivo.
Todo parecía brillar en el horizonte del ex campeón olímpico: la compañía de artículos para aviación que llevaba su nombre y los videos de aeróbicos que protagonizaba, hicieron que su fortuna llegara a la astronómica cifra de los 150 millones de dólares. Con su esposa tuvo dos hijas más, Kendall y Killie, y cuando las muchachas crecieron, y empezaron a preocuparse por alimentar su belleza, y su guardarropa, decidieron crear el programa de televisión que las daría el estatus de celebridades mundiales.
Ahora, el hombre que estaba considerado como el noveno atleta olímpico más importante de la historia de su país, pasaba a un segundo plano, relegado por la media docena de chicas que vivían en su casa. Al principio para él fue cómodo estar ante las cámaras, pero con el paso del tiempo empezó a preocuparse demasiado con su aspecto físico. Al llegar a los sesenta, y al ser el patriarca de las Kardashian, Bruce Jenner empezó a volverse adicto a las operaciones. La cirugía que se realizó en la nariz y el levantamiento de rostro, convirtieron su rostro en una máscara. En el 2009, en pleno reality, se realizó una tercera intervención para tonificar su barbilla. Su cara cada vez se asemejaba más a la Duquesa de Alba.
En el programa, Jenner fue paulatinamente perdiendo protagonismo hasta volverse una sombra. El año pasado, después de 22 años de matrimonio, anunció su divorcio de Kris. Después de no salir en el reality durante un tiempo volvió a aparecer ante las cámaras con un aspecto más que inquietante. En una última operación se mandó a quitar la manzana de Adán para mostrar el cuello liso de las mujeres. Su pelo escrupulosamente cepillado y los ojos cada vez más estirados, le daban el aspecto de una dama. Los rumores empezaron a circular en los programas de chismes hasta que se supo la verdad: Bruce Jenner estaba tomando hormonas para cambiarse de sexo.
Se espera que este hecho, bizarro y gracioso, se haga público próximamente en un esperado capítulo de Keeping up with the Kardashians. Además ya hay un acuerdo para que a partir de mayo Jenner le muestre al mundo su transformación ante las pantallas, en un programa que le disputará la sintonía al de sus hijastras.
Si quería llamar la atención y recuperar algo de su popularidad perdida, Bruce Jenner lo ha conseguido, así sea a costa de una profunda y terrible mutilación que seguramente será vista por millones de espectadores alrededor del mundo.