Uno de los lugares más impresionantes de Bogotá es el Rancho MX, propiedad de Pipe Bueno y su esposa, Luisa Fernanda W. Sus interminables pasillos y las réplicas a lugares como Xochimilco, además de sus pesebreras revelan el gusto con el que fue criado Pipe. Es que si él no hubiera sido cantante entonces sería caballista. Hijo de Dagoberto Giraldo Pérez, mejor conocido como percherón, se acostumbró a las fincas y a montar caballo desde pequeño, cuando fue elegido uno de los mejores chalanes del país. El papá de Pipe Bueno se separó de su mamá cuando apenas tenía ocho años. Sin embargo, el pequeño le perdonó todo. Creció admirando su figura portentosa, la frondosa sombra que lo cobijaba.
En el año 2008, Dagoberto fue el impulso que necesitaba Pipe Bueno. Fue el soporte que necesitó, tanto afectiva como económicamente para convertirse en lo que es hoy en día: una super estrella de la música popular. Pipe no pasó afujías económicas así que pudo esperar tranquilamente hasta que el éxito estuviera maduro.
Por eso, uno de los días más tristes de su vida, fue en octubre del 2009 cuando en el aeropuerto de Washington, el Allan Dulles, su papá fue detenido por narcotráfico. Además, se le señalaba de ser uno de los socios más cercanos de Nicolás Berzongli, temible socio de Carlos Castaño, máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia y de Helmer “Pacho” Herrera, el hombre que llenó de millones de dólares las arcas de los hermanos Rodríguez Orejuela.
Su primer disco, llamado como él mismo, Pipe Bueno, costó trescientos millones de pesos. Pipe tenía un equipo de lujo que lo acompañaba y que difícilmente podría tener un cantante que apenas empezaba: Martha Velandia le hacía la prensa, el mejor director de video clips colombiano, Gustavo Camacho, quien filmó canciones de Jerry Rivera y algunas de las primeras canciones de Shakira contenidas en el disco Piel Descalzos, estuvo en su staff. Pipe, en los años que se lanzó, tenía que llevar el lastre que cargaba la música popular: era un placer corroncho que, gracias a su pinta, se fue sofisticando. Porque Pipe parecía más un cantante pop que de carrilera.
Pipe supo levantarse de ese golpe y se convirtió en una estrella de la música y de las redes sociales. Mientras tanto, a Percherón le dieron 24 años de cárcel. Sus nexos con el narcotraficante Cuco Vanoy del Bloque Mineros en Tarazá lo complicaron. En el 2015 pudo salir libre. El famoso abogado Rubén Oliva, quien ha defendido a capos de la peligrosidad de los hermanos Luis Enrique y Antonio Calle, logró rebajar su pena a 6 años de cárcel. Hoy no se sabe su paradero ni se sabe con certeza si fue colaborador de la justicia norteamericana.
Lo único cierto es que Pipe Bueno no necesitó de la mafia para ser quien es hoy en día: uno de los ídolos de la música latinoamericana.
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