Todo lo que sucede en este galimatías político en que se halla la política colombiana, su principal responsable es el doctor Uribe. Cuando nos puso como unos estólidos a votar en el plebiscito por el no y salimos triunfantes; lo embriagó el éxito, que lo cegó y no lo dejó ver la clase de truhanes y tartufos con quienes trataba: patrañeros, falsarios. Y sin dejar que le pasara el regocijo, ese mismo día, siendo tan astuto, les propuso, sin ambages, reunirlos y crear un nuevo país. Dirían por dentro esas hienas asquerosas del crimen: “está muerto”, en el proceso nos los comemos vivos. Digámosle a “Santiago” (Santos) que escoja los más mentecatos de parte del gobierno y allí hacemos el festín
Este mutismo del presidente Santos, después de la amenaza de Maduro de revelar las grabaciones de lo sucedido en Cuba, sobre el proceso de paz, lleva al pueblo colombiano a la maliciosa sospecha de que hay algo anómalo, porque es inusitado ese proceder de concederle a la Farc todo lo que demandaban en una “negociación", donde debe haber concesiones equilibrada de las partes. Vemos una entrega de casi todas las petitorias de los terroristas. Y, además, esa sentencia al mundo, de Maduro, cuando declaró con contundencia que la paz de Colombia (¿?) se le debe a Chávez y a él.
Luego, procurar y conseguir la aprobación de la ley por “la vía rápida” en ese Congreso, prodigado, de darle vida política a los malandrines de la Farc y siguen las caletas que, al ser descubierto Timochenko, con una procacidad e impudor a decir que falta novecientas.
Una noticia venida de Venezuela, conocemos que en su territorio guarecen recogidos millares de guerrilleros armados esperando la orden belicosa de un nuevo conflicto, si no siguen la línea de sus peticiones arrogantes. Y para parar aquí Santos le pide a su obsecuente poder legislativo que le aprueben por “la vía rápida” pretensiones inauditas Y por último, el descaro: un espacio para que dos de los priores de las dos bandas delincuenciales que expongan, en plenarias, sus “salvadoras” teorías de sus ideas arcaicas, añosas que pretenden imponer en esa pobre “democracia”. Surge un milagro inusitado: las directivas de ambas cámaras niegan la osada gollería.
