En momentos de contratación y de inicio de un nuevo torneo finalización, todos los hinchas del Once Caldas nos preguntamos ¿Serán suficientes los refuerzos que tendremos para afrontar esta temporada? ¿Este será un buen semestre? ¿Seremos capaces de disputar el título y soñar con otra Libertadores? Creo —y espero esto lo compartan muchos otros hinchas— que si se hubiera invertido bien la plata de las “vacas gordas” —lo de las vacas es literal— hoy seríamos un equipo autosostenible.
Cuando el Once Deportivo y el Deportes Caldas se unificaron como un solo equipo en 1961, nadie podía imaginar las alegrías que el Once Caldas podía entregar a toda una ciudad y a todo un país. Con el paso del tiempo ha sido uno de los equipos que más nombres ha tenido en su historia, según sus patrocinadores, desde aquellos con que inicia este párrafo, pasando por Cristal Caldas, Varta Caldas, Once Philips y hoy Once Caldas Kenworth de la Montaña.
Años después del nacimiento del Blanco-Blanco, hubo más decepciones que alegrías, era un equipo de media tabla, con una nómina que le costaba competir en nombres, talento y presupuesto con las de otros equipos nacionales. Además, nunca se creyó que ese ‘equipito’—como muchos periodistas deportivos dicen— años después pudiera salir campeón de América.
Pero al finalizar el siglo XX, más exactamente desde 1998 y con un juego vistoso, basado en un proceso y con una nómina austera pero constante, “el equipo del alma” se convirtió en una “tromba”. Ese mismo año participó en la Copa Conmebol y tras una excelente campaña a nivel local hizo su primera aparición en la Copa Libertadores en 1999, repitiéndola en 2002, 2004 donde quedo campeón de este torneo, 2005, 2010 y 2011. Además fue el equipo más ganador en Colombia en la primera década del siglo XXI donde obtuvo los torneos apertura 2003, apertura 2009 y finalización 2010.
También jugó la última edición de la Copa Intercontinental en diciembre del 2004, en el 2005 la Copa de la Paz en Corea del Sur, la Recopa Sudamericana y nuevamente una final del fútbol colombiano en el torneo finalización 2011. Sumado a lo anterior, ha hecho negociaciones multimillonarias con sus jugadores, la más importante fue la venta de Edwin Congo al Real Madrid de España por 5,5 millones de dólares en 1999, una cifra astronómica para un equipo como el Once Caldas y para el fútbol colombiano.
A vuelo de pájaro se podría pensar que el Blanco-Blanco debería ser uno de los equipos del fútbol colombiano más prósperos de la actualidad, pero su presente está muy lejos de esto. Hoy tiene una deuda de aproximadamente 15.000 millones de pesos con la Dian, en muchas ocasiones sus jugadores son víctimas de pagos atrasados y otros cuantos se van hablando mal del equipo porque les quedan debiendo plata que nunca recuperan.
La pregunta ahora es, ¿qué se hizo con la plata de la venta de Congo? ¿Dónde está el dinero recaudado por clasificar y ganar la Libertadores y los torneos locales? ¿Qué pasó con la plata de las taquillas, de los derechos de TV y de la venta de jugadores diferentes a Congo? Sabemos que mucho de ese dinero se pagó en premios a los jugadores y en nómina, que además se compró una sede en el municipio de Chinchiná y unas cuantas cabezas de ganado, pero no podemos ser tan ingenuos de pensar que toda la plata quedó allí.
Hoy el Once Caldas suplica a la Kenworth que lo siga patrocinando y sus dirigentes salen como locos a buscar otros auspiciadores para que el equipo pueda seguir aunque sea en cuidados intensivos, pero está claro que hubo malos manejos, mediocres administraciones y pésimas inversiones que deja como consecuencia suplicios que podrían haber sido evitados.
El Once Caldas pasó de ser el equipo más próspero del fútbol colombiano a uno de los más pobres, tanto así que no hace mucho fue suspendido por 30 días su Reconocimiento Deportivo por parte de Coldeportes si no se ponía al orden con sus pagos ante el cuerpo técnico y los jugadores.
Debe quedar claro que no solo robando se cae en la corrupción, también las malas actuaciones y el despilfarro son muestra de ello. Hoy me pregunto si el O11CE no es otro robo a Caldas y por culpa de malas decisiones tomadas en el pasado tiene que vivir todos estos atropellos y angustias.
No puedo terminar esta columna sin preguntarme por las divisiones menores, por el apoyo a los jóvenes caldenses que quieren hacer parte de este equipo y sueñan con llegar al profesionalismo, ¿Las directivas del Once Caldas les dan la oportunidad?, además de Elkin Soto, ¿cuál ha sido la apuesta del club por otros caldenses? ¿Será qué en Caldas no hay talento para este deporte?, o ¿A las directivas solo les interesa los foráneos? Juzguen ustedes.
@julianelpolit