En política, es aquella conducta irresponsable e incendiaria de las pasiones humanas, utilizando el odio y el engaño, como combustible de grandes hogueras y piras dialécticas.
Al mejor estilo de los soldados del ejército de Vlad Tepes III, el señor Gustavo Petro se ha dedicado a practicar el empalamiento moral del nuevo gobierno, al cual tacha como el del resurgimiento del nuevo paramilitarismo de Uribe. Para el efecto ha aprovechado algunas muertes de líderes y defensores de derechos humanos, a quienes hábilmente convirtió en militantes de la Colombiana Humana, en teas humanas de refriega vocinglera, anunciando su extinción y aniquilamiento. Todo hábilmente usado por este alucinado y vengativo pirómano político.
Andanadas y fogonazos verbales por la inmolación de estas personas salen contestarias y rabiosas de estos líderes oportunistas, sedientos de protagonismo y tribuna. Son sus iconos, sus recursos “pedagógicos” necesarios para sus luchas políticas y trabajo popular de aleccionamiento y sensibilización de masas, hechos que ya replican irresponsables las organizaciones de izquierda nacionales e internacionales. Es la rudeza del combate político, innoble y bajo de las otras fuerzas contradictoras, que apelan a la ruindad, engaño y la mentira, creando afirmaciones falsas para llenarse de argumentos afilados y cortantes como espada de doble filo.
Sin ética, principios, rabioso y vengativo, el citado personaje utiliza su hechizo verbal y retórica efectista e incendiaria, con la que sedujo como flautista de Hamelín a sus fundamentalistas seguidores, para exacerbar los ánimos, polarizar y enfrentar a los colombianos entre sí. Esta es una de sus primeras banderas, vendrán muchas otras. Además, el estatuto anticorrupción, la Jep, los acuerdos de paz y cualquier hecho aislado de violencia lo llevará al martirologio amañado, necesita proyectiles que lanzar.
Sus tatucos verbales estarán a la orden del día, protestas, paros, huelgas, todo lo que le sirva de manera pérfida a sus torvos propósitos será usado, sin importar la paz, el sosiego y bienestar nacional.