“En un país bien gobernado, la pobreza es motivo de vergüenza. Pero en un país mal gobernado el motivo de vergüenza es la riqueza”. Confucio
El XX Congreso del PCCh finalizó el 22 de octubre con un tercer mandato de Xi Jinping como secretario del partido, que consolida su poder, siguiendo el legado de Mao Zedong(1949-1976) que logró convertir un país semifeudal y semicolonial, en un país soberano y próspero con un régimen de “nueva democracia”.
Deng Xiaoping (1978-1983) con la Reforma y Apertura le dio una base más pragmática con la célebre sentencia: “no importa si el gato es blanco o negro, si no, si caza ratones”.Jiang Zemin(1933) quien sucedió a Deng, acuño las tesis de las tres representaciones que el partido debía seguir priorizando: El desarrollo de las fuerzas productivas, desarrollo de una cultura avanzada e interpretar los intereses del pueblo chino.
Estas fueron la base del “socialismo con características chinas, una suerte de capitalismo de Estado, donde caben en el partido comunista empresarios que paguen impuestos y generen empleo. Este exitoso modelo fue seguido por Xi desde 2012, cuando reafirmo como Secretario General su compromiso de convertir al gigante asiático en un país socialista moderno que entra por la puerta grande a disputar la gobernanza mundial.
Este congreso constituyó un nuevo Comité Central, nueva Comisión de Control Disciplinario y acogió el informe del XIX Comité Central, que traza la ruta para los próximos años. El Partido Comunista cuenta con cerca de 97 millones de militantes, de los cuales 2379 fueron delegados y por unanimidad rodearon a su líder acogiendo el llamado: “¡Unámonos todo el Partido, “¡todo el Ejército y el pueblo de todas las etnias del país en torno al Comité Central del Partido, con el camarada Xi Jinping como núcleo!”, en la construcción integral de un país socialista moderno y la gran revitalización de la nación china.
Un incidente al final del congreso fue la salida abrupta del expresidente Hu-Jintao, en una escena poco habitual, que la prensa occidental calificó de censura y tensiones entre posibles discrepancias al interior del partido (“revolución interior”) y que la fuente oficial Xinhua lo explicó como un asunto de salud. No sorprende que ciertos analistas occidentales reduzcan su mirada a una puja entre líderes, ignorando lo fundamental:
La importancia de un país, que en plena recesión mundial crecerá en torno al 4.5%, eliminó la pobreza absoluta, el analfabetismo, es líder en tecnologías de punta y ha crecido en las últimas 5 décadas, acercándose a USA, primera potencia mundial que, según el Banco Mundial, “no sería improbable asistir a una convergencia entre los datos de crecimiento económico de China y Estados Unidos”.
En esta perspectiva Xi Jinping ha sido claro, su país será un participante activo en la conformación de un nuevo orden internacional. “Al fin y al cabo, es cierto que el actual sistema de gobernanza global es una creación de los países que conformaban Occidente tras la Segunda Guerra Mundial, que fundaron el Banco Mundial y el FMI, y que establecieron la primacía del dólar en la economía global”. Es decir, China quiere ser participe en la creación de las normas globales que regirán el orden internacional del siglo XXI (Javier Solana, El Tiempo-23/10/11)
El Congreso señalo que en la última década ocurrieron tres grandes acontecimientos históricos: acogida del centenario de la fundación del PCCh, entrada del socialismo con características chinas en la nueva era, eliminación de la pobreza y la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y avanzan hacia la construcción de un poderoso país socialista moderno.
Allí se destacó que desde el XVIII Congreso Nacional, la exploración e innovación teórica se ha profundizado en una nueva comprensión del ejercicio del gobierno por parte de los partidos comunistas, la ley de la construcción socialista y del desarrollo de la sociedad que le ha permitido la modernización aprendiendo de características comunes de otros países aplicadas a las particularidades chinas.
Es decir, impulsar la modernización de un país de enorme magnitud poblacional, lograr la prosperidad común de todo el pueblo, coordinación entre la civilización material y la espiritual, la coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza, y de seguimiento del camino del desarrollo pacífico de alta calidad en una democracia popular que lucha por crear nuevas formas de la civilización humana.
El evento destaca la directriz de “un país con dos sistemas”, acuerdo institucional para mantener en Hong Kong y Macao una prosperidad estable que se debe sostener con firmeza a largo plazo.
También se retoma el principio de una sola China y el Consenso de 1992, como estrategia del Partido para la resolución de la cuestión de Taiwán, luchar resueltamente contra la “independencia de Taiwán” en pro de la reunificación de la patria. Analistas occidentales esperaban una contundente declaración que exhibiera músculo por parte de China como sucedió tras la visita de Nancy Pelosi, sin embargo, no se puede interpretar la política exterior al margen del informe.
EEUU sigue obsesionado con que China rompa el statu quo en el Estrecho de Taiwán, pues su propósito desde la Administración Trump es intervenir en este conflicto interno con el argumento de defender la democracia y justificar el “incremento de la presión militar y estratégica en torno al AUKUS (Australia. Reino Unido y USA), QUAD y otros empeños similares. La táctica es la de siempre: primero, te magnifican el problema; después, te venden la solución preferiblemente, en cómodas cuotas armamentísticas”. (Xulio Ríos- Observatorio de la Política China 19-10-2022)
También se equivoca el secretario A. Blinken cuando afirma que “Taiwán se ha convertido en el núcleo de la modernización de China”; al contrario, la vía elegida es acelerar el progreso y el desarrollo económico con base en la innovación, puesto que un país fuerte estará en mejores condiciones de conjurar la “interferencia de las fuerzas externas”.
Respecto del sistema económico la gran revitalización de la nación, supone volver sobre las bases socialistas: “desarrollo conjunto de las economías de diversas formas de propiedad, con la propiedad pública como principal; la coexistencia de variadas modalidades de distribución apoyado en el principio de a cada quien según su trabajo como principal; el régimen de la economía de mercado socialista”, además, de la materialización gradual de la prosperidad común de todo el pueblo, la nueva concepción del desarrollo demanda innovación, coordinación, la economicidad, la apertura en el marco de una nueva configuración del desarrollo protagonizada por la gran circulación nacional.
“Debemos adherirnos a la ciencia y la tecnología como la fuerza productiva número uno, el talento como el recurso número uno, y la innovación como la fuerza impulsora número uno”.
Con esta estrategia se encara el bloqueo comercial con aranceles, el acceso chino a la tecnología y sus exportaciones y aplicar sanciones a las empresas del gigante asiático.
Los inversionistas deben elegir entre crear valor o transferirlo, lo cual explica el que algunos inversionistas extranjeros se deshicieron de las acciones chinas y su moneda, una vez reelegido Xi, pues esperaban que fueran incluidos funcionarios en la cúpula del partido favorables al mercado, reconocidos por su capacidad, no solo por su lealtad. Según The Economics “El índice bursátil Hang Seng de Hong Kong, dominado por empresas del continente, cayó más del 6%.
La liquidación fue aún peor en Nueva York. El índice Golden Dragón de las empresas chinas que cotizan en el Nasdaq de gran tecnología, que incluye a gigantes como Alibaba y Baidu, cayó un 20% en un punto, alcanzando niveles vistos por última vez antes de que Xi asumiera el poder hace diez años”.
Los llamados a la “prosperidad común” también inquietan a grandes empresas cuyo objetivo es aumentar la riqueza y no la parte del ingreso nacional que se paga a los trabajadores que contribuye a cerrar la brecha entre los más ricos y el resto de la población. El aumento de la parte del pastel de la mano de obra es uno de los indicadores seguidos por el FMI en su “cuadro de mando de reequilibrio”.
No obstante, los empresarios temen nuevos impuestos sobre la riqueza o ganancias de capital, pues asocian “la prosperidad común” como castigo a las empresas tecnológicas más exitosas. Este es un punto clave en el debate sobre el modelo socialismo con características chinas, donde el nuevo mandatario representaría un ala más a la izquierda, con mucho protagonismo a la empresa estatal.
En relación con la construcción de la defensa nacional y del Ejército, y el trabajo diplomático se busca su fortalecimiento “y la conversión del Ejército Popular en un ejército de primer orden mundial.
Se especula con la ambición de Xi de convertirse en un líder vitalicio al modificar los estatutos del partido y se elevó su “pensamiento” acortando la denominación, es verdad que su autoridad es “narrativa”, a diferencia de Mao o Deng Xiaoping que cabría considerar como “natural”, reconocida por propios y extraños, consecuencia de su protagonismo histórico.
La oposición a Xi es débil y muy fragmentada, tanto dentro como fuera del partido. Además, del énfasis nacionalista y la sensación de progreso, pese a los obstáculos que podrían derivarse de la coyuntura internacional que tiende a la recesión, y sus rígidas medidas de covid cero que ralentizan el crecimiento económico.
El reciente informe “Perspectivas de la economía mundial” del FMI, (Octubre/2022), pronostica que el PIB mundial caerá de 3,2% este año a 2,7% el año próximo. La desaceleración mundial será de base amplia, aproximadamente un tercio de la economía mundial registrarán una contracción del pib real este año o el próximo, con una inflación galopante con perspectiva de estanflación.
En este escenario las Economías Avanzadas decrecen del 2.4% en 2022 al 1.1% en 2023, de este grupo USA solo crece en igual periodo (1.6% y 1. 0%).Las economías emergentes y en desarrollo crecerán 3.7 en 2022 y 3.7 en 2023. De este grupo China pasaría del 3.2% al 4.4%, India del 6.8 al 6.1 y ASEAN 5 del 5.3 al 4.9.
Para el Pentágono, aunque la invasión rusa a Ucrania es una amenaza a corto plazo China es el desafío más importante para la seguridad de USA, pues es “el único rival que tiene la intención de remodelar el orden internacional y cada vez más tiene el poder para hacerlo”. (El Tiempo 28-10-2022)
