La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur se lleva a cabo felizmente en Buenos Aires como foco central pero desafía fronteras en distintas ciudades del mundo. Su código arbitrario sobre las distancias en kilómetros que busca crear otros que marquen nuevos territorios geográficos en donde se encuentran nuevas ideas sobre el arte y sus consecuencias.
El proyecto ha sido organizando por la Universidad del Tres de Febrero bajo la dirección general de Aníbal Jozzami y la cooperación artística y académica de Diana Wechsler. La misión de ellos es establecer un diálogo y un cruce de caminos entre la tecnología, las ingenierías, las matemáticas, la danza, la literatura, el cine experimental donde se descentraliza el acto artístico.
En la modernidad latinoamericana las categorías cambian de nombre. Apartándose de las tendencias de Europa o Norteamérica, el Surrealismo será el Realismo Mágico o el Expresionismo se llama Arte Destructivo. Se trata de la desarticulación de los movimientos ya establecidos para que las leyes tengan otras condiciones y motivos.
Artur Barrio trabaja productos perecederos como pan y vino
Por otro lado, están las convicciones de Christian Boltanski, quien trata de reinventar las metodologías del trabajo artístico y revaluar la manera como se presenta y se vive la ficción. Se trata de cambiar el concepto de arte como reliquia intocable y romper con el concepto del consumo. En la curaduría que realizó, se presentó en el Museo Nacional de Arte Decorativo con 19 artistas. La muestra Take me (I am yours) —Lléveme (yo soy suyo) — cambia la forma de la presentación. Lo informal es el ejercicio del montaje y donde cada espectador tiene derecho a interactuar y llevarse las obras: de ropa amontonada, sellos con la firma del artista, unos conceptuales y otros abstractos o figurativos, postales pegadas en las paredes de Honoré Fragonard, carteles con varios mensajes; otro artista presentó otra posibilidad con materiales perecederos como pan y vino o las galletas chinas con mensajes que traen adentro mensajes incómodos —al contrario de los reales que siempre son presagios positivos—. Se trata de una conexión directa entre el cuerpo y la comida. Otro artista presentaba dulces azules y brillantes en enorme espacio rectangular. La vida anticomercial produjo un entusiasmo colectivo. Todos tenían derecho a un artículo por obra. Esa liberación del intercambio comercial, se produce una euforia sin precedentes. Yoko Ono presentó en la entrada del museo una instalación de árboles de los deseos que ya es una serie que ha trabajado desde los años 90. En su deseo poético como en el muro de Jerusalén, uno le pide un deseo en un papelito que cuelga de sus ramas no muy frondosas. Yo le pedí que me diera otro John Lennon.
Christian Boltanski presentó videos del mar de la Patagonia en el museo de Bellas Artes
En el museo de Bellas Artes presentó Boltanski otra obra. Videos en blanco y negro del mar de la Patagonia y en uno de ellos aparecen parlantes precarios que emiten los ruidos de las ballenas para comunicarse con ellas. El mar, que es una distancia figurada, lo inventó con hojas en papel de aluminio
Otra instalación que no hizo parte de la Bienal pero que fue el comienzo de ella, lo realizó Anish Kapoor —artista de origen indio que vive en el Reino Unido—. Instaló sentimientos en el Parque de la Memoria al lado del Río de la Plata donde en unos grandes muros registran los nombres y las edades de los desaparecidos durante la dictadura militar. Si uno pone atención a las edades de los jóvenes, fue una generación perdida. Como ocurrió en Vietnam.
Anish Kapoor, Destierro
Sin duda es una obra de Anish Kapoor poderosa porque busca otra manera de conmover. Una instalación se titula: Destierro y la otra Angustia. Son obras conceptuales que trabaja con el color y el espacio con magnetismo y la capacidad de conmover sin representar. Maneja la tierra y los pigmentos rojos. Tierra de destierro, tierra de la no pertenencia, del asilo, de la pertenencia. Tierra de la vida y de la muerte. Tierra de nadie. Encima, una máquina en azul cobalto que remueve indiscriminadamente la vida.
Angustia es un espacio estrecho a la entrada que se abre también en la oscuridad. Nos guía unas lámparas opacas hasta un final sin fin en un entorno sin visibilidad, se encuentran efectos sonoros en el vacío que reproducen un ruido interior de sentimientos que reproducen sensación de alteración. El ahogo va por dentro, las pulsaciones tienen en el mismo ritmo del miedo.
Iván Argote, Batata, fundición de aluminio y hoja de oro
Colombianos en la Bienal en Buenos Aires encontré dos hasta ahora: el grupo de teatro Mapa con unos videos en blanco y negro que se distribuyen en el espacio en forma de laberinto y que muestran la destrucción de Bronx. Y la obra de Iván Argote que para sus 33 años ya se mueve a nivel internacional. Vive en Francia y se inventa espacios inauditos en instalaciones de gran tamaño. Acá pueden ver sus imágenes que superan las expectativas del mundo local.
