Una de las cosas que une a Jorge Eliécer Gaitán con Luis Carlos Galán es que ambos fueron disidentes del Partido Liberal Colombiano, los dos fundaron movimientos independientes -el primero lo hizo con Unión Nacionalista Independiente Revolucionaria (Unir) y el segundo, con el Nuevo Liberalismo (NL)-; los dos regresaron de nuevo al partido liberal para buscar la presidencia y terminaron asesinados en ese ejercicio… Y sus movimientos murieron por sustracción de materia: muerto el caudillo, muerto su caudillismo.
¿Se murió Gaitán y dónde quedó el gaitanismo? ¿Se murió Galán y dónde quedó el galanismo? Por eso eran movimientos políticos y no partidos políticos, porque una de las características de un partido es que perdure en el tiempo más allá de quienes los fundaron. Fue una gran pérdida para la democracia que Colombia no pudiera ver las ideas de estos dos personajes puestas en práctica desde el poder presidencial.
Porque así no lo quieran reconocer, el Nuevo Liberalismo era un movimiento que tenía su adhesión a la persona de Luis Carlos Galán Sarmiento, a su caudillo; que, sin duda, era un movimiento personalista, que dependía de todo lo que representaba Galán. Por eso murió Galán y murió el Nuevo Liberalismo.
En consecuencia, y muy acertadamente, en el fallo de la Corte Constitucional que le devuelve la personería jurídica a este movimiento, se determina que el asesinato de Galán fue una causa directa que ocasionó la desaparición del mismo del escenario político. Eso desvirtúa lo que dijo Juan Manuela Galán: “El Nuevo Liberalismo fue un partido que se opuso al personalismo”. No era un partido, y ese movimiento se fundaba sobre el personalismo.
Lo mismo se podría decir de Álvaro Uribe Vélez, pues es uno de los fundadores del Partido Social de Unidad Nacional, después Centro Democrático, quien alcanzó la presidencia sobre su caudillismo, su personalismo… Y después, desaparecido el líder, el uribismo será historia. Pero hasta ahí no hay más puntos de comparación entre Gaitán, Galán y Uribe, pues los dos primeros fueron mejores para la democracia que el último.
Así se haya revivido por vía judicial al Nuevo Liberalismo, ya no lo es, por lo anterior expuesto. Si fuera por los hermanos Galán, aquí sí no se puede decir que “de tal palo, tal astilla”. No. Porque estos hermanos no tienen ni el vuelo intelectual, ni la oratoria, ni la capacidad argumentativa y de convencimiento del que era y ya no es.
Además, no tienen las agallas de enfrentar lo que su padre se atrevió a enfrentar, incluso al establecimiento. Establecimiento al cual los hermanos Galán pertenecen.
El Nuevo Liberalismo se revive para convertirlo en una empresa electoral, como la oportunidad que tendrán muchos de llegar a cargos de elección porque necesitan del aval. Lo de continuar con el legado de Galán será un espejismo.
