En el territorio del sagrado corazón, se elegirá un nuevo emperador. ¿Otros gobernarán por él? decían unos que bebían cerveza. En ese momento paso un lava chunchullos y los criticó porque no eran del partido del rey de turno. Una botella se levantó – ¡brindo porque mi candidato es el mejor porque quiere la paz! Un gordito replicó –La paz solo se consigue si a cada finquero le dan un salario mínimo mensual para que trabaje sin temores ni perdidas. Un sapo añadió –Aunque no les parezca no ha existido un emperador inteligente que proponga ese proyecto que acabaría con las malas cosas. –Yo estoy de acuerdo dijo pirula la copera. Un viejito que pedía limosna dijo – Yo fui un desplazado por la violencia del 48 y nunca me dieron nada, en cambio los reinsertados de la guerrilla y los paracos y los desplazados de hoy, les dan casa, carro, becas para estudiar y nunca les falta nada. -En este país no paga ser bueno y trabajador. Una monedita por favor para este viejo. Mientras, una canción popular se escuchó a alto volumen.
Un grupo de campesinos paso gritando – ¡Viva el paro agrario abajo los emperadores y los corruptos! Todos salieron. Tras los campesinos paso una manifestación de maestros, unos trasportadores del pueblo y tras ellos un grupito de cuatro gendarmes vestidos de negro, con fusiles de balas de plástico de juguete, bolillos de goma de mascar y escudos protectores por si acaso.
En otra esquina, algunos, pegados a un lujoso carro con propaganda de congresista, invitaban a votar por un candidato. En otra esquina igual y en el rincón de la plaza de mercado un grupo de personas decían -Durante años, los emperadores permitieron el desprestigio y las malas actuaciones de funcionarios en el imperio. La justicia decayó, la corrupción se devoró los impuestos que el pueblo pagó.
-En las campañas compañeros, no se escuchan verdaderos proyectos y programas a favor del pueblo; Siempre dicen las mismas mentiras de siempre. -Los aspirantes, dijo la lora emperatriz –se sacan los cueros al sol, bajeza de maleducados, deshonestos y gamines.
- ¡Nunca hemos tenido salud! Dijo una enfermera. Juanita la regalada murmuro –Cual vivienda digna de 40 metros si eso son jaulas
– tienes razón dijo un pájaro carpintero que iba llevando una viga para comérsela, a mi si me sirve esa jaulita. Pepita rosales dijo exaltada – ¡cual seguridad si es para cuidar a exfuncionarios que cuidan más que a cualquier delincuente y cuesta millones! – Una ratita masticaba - hablan de paz pero practican la guerra, son amigos de la corrupción pero quieren acabarla, ofrecen justicia pero no saben qué es eso, inauguran trasportes en malas carreteras, y pretenden que el pueblo crea en la verborrea mentirosa, de la oratoria falsa de tanto ilustre embaucador. – ¡Ellos si necesitan educación, el pueblo para que se educa si no hay trabajo! Dijo un lavador de carros - tienen el rabo de paja. Lo tienen todo y nunca han pensado en el pobre elector.
Mientras los aspirantes discutían y peleaban, llegó otro aspirante, de pensamiento libre. Las gentes veían en él, la única esperanza para acabar con tanto desorden.
“EL VOTO EN BLANCO” pobre, de las clases populares, pertenece a los inconformes y olvidados. Tampoco necesita gastar tantas monedas en publicidad costosa, en grandes empresas donde la libre expresión va amarrada al bolsillo de sus dueños que ponen al ganador.
“EL VOTO EN BLANCO” - no pelea ni se enfrenta con nadie; es silencioso, sereno, pensador y escaló en las encuestas (17 % 6.5 millones) no necesita el poder para humillar a nadie. Puede ganar si el elector piensa cambiar los líderes malos. No amarra electores con transportes, no da tamales, cerveza, gaseosa, ni pan, las gentes lo escogen libremente. No compra votos. No tiene monedas de oro. -Vamos por el “VOTO EN BLANCO” grito un joven campesino que llegó en ese instante. –ay que castigarlos, ellos nunca cumplen las promesas. – Los invito a votar con camisetas blancas que lleven el escrito: “YO VOTO EN BLANCO, sin miedo y sin temor a las críticas.
Pasaron los días; la historia registra la proeza de un pueblo, donde el: “VOTO EN BLANCO” derrotó a los habladores que buscaban monedas y poder. El pueblo le entregó su confianza al “VOTO EN BLANCO”. Por fin, el pueblo ganó una elección, que cambio la forma de gobernar de los emperadores; su conciencia quedó tranquila y libre porque no eligió su propia desgracia.
Cuento de Libre reproducción.