“Yo quiero ver mi comunidad diferente y ver a mis socios reunidos como el día de hoy. Este parque parece a la ciudad de Manhattan porque se respira otro aire gracias a la Legión”. Así habla Jusneider, uno de los jóvenes que hizo parte de las dos mil personas que se reunieron el 27 de setiembre en el parque principal de Llano Verde, para compartir un gran encuentro en comunidad, con el objetivo de romper las fronteras invisibles en un barrio de cuatro mil casas que fueron entregadas a estas familias, como parte de las cien mil viviendas gratis.
Diana Carolina Vanegas relata cómo ese día los jóvenes demostraron quiénes eran realmente con su esencia; que no estaban solamente para coger un arma y disparar, sino que se hicieron ver cortando mariposas y el cartón para los disfraces, o cogiendo palos para tocar los tambores y redoblantes, para pintar su rostro con las 'pintucaritas'.
“La gente cambia cuando llegan a sus puertas con los lenguajes del arte” dice Diana Moreno. Ese día al son de los tambores y la música, las personas fueron abriendo las ventanas y se sumaron al carrusel hasta recorrer todos los sectores del barrio y rompiendo todo tipo de fronteras. Así fue como Mayerli, quien vive en el parque principal, pudo pasar al parque del barrio Samán, donde antes le era prohibido.
Además de la gente de Llano Verde, también vinieron los vecinos del barrio Morichal y Córdoba, y en la tarima se rindió un homenaje a los fundadores, a los vecinos y a las victimas, todo al son de la música y la danza, al mejor estilo de los legionarios del afecto.
Jesica Moreno dijo que "se les dejó una huella a cada uno de ellos. Tuvimos la oportunidad de compartir con los jóvenes, de ver más allá y mostrarles un poco que no sólo es estar en las esquinas esperando robar a una persona o esperando que la muerte criminal lo aseche”.
Los pelaos de Llano Verde son jóvenes con muchos sueños, pero que como dicen ellos, por esta guerra absurda y las fronteras invisibles les toca resguardarse para proteger su vida.