En el 2009 cuando el entonces exalcalde de Bogotá se lanzó a la Presidencia, el naciente párkinson que padecía estuvo a punto de convertirse en un tema de campaña política. JJ Rendón, el asesor de marketing político de Juan Manuel Santos quien entonces era el candidato escogido por Uribe, intentó aplicar sus famosas fórmulas de publicidad negativa con la debilidad física de Mockus. Necesitaba atajar, como diera lugar el ascenso de la Ola Verde, el triunvirato de Lucho Garzón, Peñalosa y el propio Mockus que crecía imparable. JJ Rendón se planteó construir una pieza de comunicación utilizando el diagnóstico de Mockus, del que entonces solo se hablaba a susurros, para presentarlo como una debilidad amenazante en la vida de un futuro gobernante. El rumor sobre los planes del venezolano creció y sondeos internos de la propia campaña de Santos llevaron a ahogar la idea.
Pero la propia campaña de Santos lo frenó. Calcularon el riesgo e identificaron que una campaña negativa alrededor de una enfermedad se podía devolver como un boomerangen contra del candidato del Partido de la U, reconociendo la empatía que despierta Mockus entre la gente.
Un afecto y una cercanía que se ha confirmado electoralmente, pero que este miércoles se expresó nuevamente, cuando Antanas Mockus apreció públicamente en la televisión nacional, con los síntomas de su dolencia agudizados. El movimiento corporal era evidente mientras permanecía de pie acompañando a la representante de su partido, Juanita Goebertus, quien tomaba la vocería de la oposición frente a las objeciones del presidente Duque a la JEP. Quienes quisieron burlarse terminaron recibiendo un baldado de agua del propio Mockus, quien con este video publicado en un trino, y sin mucitar, los silenció a todos.
Estamos en un momento que hasta los insultos los recibimos como una bendición. Gracias por tanto cariño #MockusSeRespeta pic.twitter.com/K6rfFTMCz9
— Antanas Mockus (@AntanasMockus) 13 de marzo de 2019
Los primeros síntomas de la enfermedad se dieron en el 2009, con una lentificación de sus movimientos. Antanas Mockus buscó inmediatamente un diagnóstico, y lo encontró en una doctora que además le recomendó empezar a girar cuando se quedara congelado. Solo diez años después empezó a aplicar ese consejo, como aceptó en una entrevista reciente.
Pero quien asumió el tratamiento fue el doctor Rodrigo Pardo, un experimentado neurólogo de la Universidad Nacional que se ha dedicado a la investigación científica. Mockus llegó hasta su consultorio para que lo ayudara, y Pardo envió su caso a un centro de referencia internacional en Turkú, la antigua capital de Finlandia. El diagnóstico fue alentador a pesar de confirmar su enfermedad, pues estaba en una primera etapa que no le impidió ser candidato a la Presidencia, la precupación mayor del exrector de la Universiad Nacional. El neurólogo le explicó que, así como él, un gran número de personajes de la vida pública padecían su enfermedad sin que jamás fuera declarada públicamente y puesta en evidencia, por eso lo que había hecho era ante todo un acto de valentía.
Rafael Pardo es considerado uno de los mejores neurólogos del país. Ha publicado 7 libros en conjunto con otros colegas y tiene más de 40 artículos científicos. Ha sido un ávido investigador, e incluso recibió en 1999 el Premio Nacional de Investigación,Asociación Colombiana de Neurología - Octubrede 1999. Su formación científica lo tiene convencido en los métodos que ha explorado durante 40 años de vida profesional son los indicados, y aunque nunca ha desmeritado la medicina alternativa, es tajante en afirmar que sería una irresponsabilidad pensar que la medicina homeopática puede curar un cáncer.
Y es que la neurología la única especialidad médica que Pardo ha explorado. También es gradudado de la maestría Epidemiología Clínica de la Universidad Javeriana y se convirtió en un experto sobre el cáncer de mama en Colombia, una enfermedad que mata cerca de 2.500 en el país cada año.
"No hay temor que con su personalidad tan vertiginosa vaya a tener alguna dificultad en su desempeño". Pardo ha sido claro cada vez que alguien le pregunta sobre la capacidad del senador Mockus para ejercer sus funciones. “No compromete su capacidad intelecutal y de raciocinio correcto”, ha explicado decenas de veces el profesional.
Mockus también ha hablado sin tapujos. En varias entrevistas ha confesado que puede que no responda fluidamente porque no se tomó la pastilla a tiempo, y nunca se ha sentido avergonzado por su condición. “Yo tartamudeo hasta los codos, pero no me voy a echar a llorar por ahí. Tomé la decisión de trabajar por el país hasta que pueda, y mi imaginación está completamente exaservada”. Incluso, aprovecha cada situación para sacar el humor negro y ácido que siempre lo ha caracterizado. Ahora toma clases de canto tres veces por mes que le sirven para mantener la mente clara y el habla fluido. Es un gran ejercicio que descubrió recientemente.
Sabe que se trata de una dolencia degenerativa pero claramente estará en la arena pública, en su lucha contra toda forma de violencia defendiendo que la vida es sagrada y en sus inagotable esfuerzo pedagógico por orientar el comportamiento ciudadano hacia la legalidad, hasta que sus condiciones físicas se lo permitan. Seguramente con la lucidez, integridad y sabiduría sabrá retirarse con la grandeza que siempre lo ha acompañado.