Un grupo de cerca de treinta personas entre quienes se encontraba la recién electa congresista por el Centro Democrático, María Fernanda Cabal, se reunieron el 20 de abril de 2013 frente a la Cancillería para protestar por el abandono del Estado a las víctimas de “las guerrillas comunistas en Colombia”, y llamar la atención internacional. También estaban allí con ella, liderando la protesta, Fernando Vargas Quemba y Jaime Restrepo, dos reconocidos abogados defensores de los militares condenados por la justicia, y el pastor cristiano Jaime Arturo Fonseca Triviño. Fue un acto tan importante para la entonces candidata a la Cámara por Bogotá que Cabal colgó el vídeo en su cuenta de Facebook.
En medio de las banderas del Comité de Victimas de la Guerrilla (Vida) y las crudas imágenes de cuerpos mutilados, producto de la barbarie terrorista de las Farc, una cuarta voz tomó el megáfono y se sumó a la de los tres organizadores de la protesta. Se trataba de Eduardo Romano, excomandante de la organización neonazi Tercera Fuerza, quien tomó la palabra para repudiar la impunidad en el asesinato de dos activistas del Chocó: Manuel Moya Lara y Graciano Blandón, quienes trabajaban para empresas de palma africana y habían sido señalados de colaborar con organizaciones paramilitares. Días antes de su muerte, habían denunciado una presunta alianza entre las Farc, el sacerdote jesuita Javier Giraldo y la ONG extranjera PBI.
Antes de que su pelo creciera y su aspecto cambiara radicalmente, Eduardo Romano ocupó durante varios años la presidencia de la organización neonazi Tercera Fuerza; grupo involucrado en actos violentos y cuyo último comandante, Alfredo Devia, fue asesinado en el sur de Bogotá el pasado 8 de abril por dos sicarios en un ajuste de cuentas entre esmeralderos y traficantes, según las primeras versiones de las autoridades.
Años atrás, Diego Romano, Alfredo Devia y Diego Cubillos conformaron un triunvirato que regía los destinos de la organización neofascista con cerca de 300 hombres entre sus filas. Tatuado, con su cabeza rapada, tirantas, chaqueta bomber y botas de acero, Romano fue el jefe de la autorreconocida organización neonazi más grande en Colombia. En esa época, mientras estudiaba en la Universidad Nacional, Romano se enfrentó a duras agresiones físicas y verbales en contra de grupos izquierdistas influyentes en dicha universidad.
En el año 2010, Eduardo Romano dejó la presidencia de Tercera Fuerza y tomó distancia de sus compañeros Alfredo Devia y Diego Cubillos. La ruptura fue drástica y Romano resolvió fundar su propia organización, que bautizó como Vanguardia Nacional-Avanti Ragazzi, identificada con los emblemas del fascista italiano Benito Mussolini. Sus postulados anticomunistas, nacionalistas y católicos aparecen explícitos en su página de internet: “El Movimiento Vanguardia Nacional no es una Iglesia, sino más bien una palestra. No es un partido, es un movimiento. No tiene un programa utópico para el año 3000, por la sencilla razón de que construye día a día el edificio de su voluntad y de su pasión, contra los caudillos vendidos al extranjero… Contra la inercia gobernante… Contra los internacionales marxistas que traman desangrar la Patria… Somos la Formación de Combate de la Oposición Nacional”, con un formulario de reclutamiento al estilo militar encabezado así: “Su país lo llama, ingrese a Vanguardia Nacional / Estamos en guerra moral, física y psicológica…” (Ver formularios)
Vanguardia Nacional-Avanti Ragazzi es una organización cercana al Movimiento Restauración Nacional, que fue señalado en un trino de Ernesto Yamhure como: “Una pandilla nazi al servicio de la congresista María Fernanda Cabal”. Vale la pena recordar que Yamhure es uno de los llamados uribistas purasangre, quien hoy vive exiliado en Estados Unidos después de haber sido forzado a dejar su columna de opinión en El Espectador por supuestos vínculos con el líder paramilitar Carlos Castaño. Asimismo, Yamhure ha dicho públicamente que ha sido amenazado por la supuesta “pandilla nazi”.
El Movimiento Restauración Nacional a través de su vocero Juan Sebastián Camelo no ha negado su afinidad política con la congresista Cabal, y aunque reconocieron ser ultra conservadores y católicos, negaron tener alguna filiación con el nazismo. Además, públicamente a través de La W Radio, dijeron que Ernesto Yamhure era quien los había buscado en el pasado para que revisaran su tesis de grado aunque ahora quiera negar cualquier relación con ellos. (Ver cruce de correos)
El nombre de Movimiento Restauración Nacional, que según su representante está conformado por jóvenes universitarios, coincidencialmente es el mismo de la organización que le dio origen al paramilitarismo en el Magdalena medio, Movimiento de Restauración Nacional MORENA, fundado en 1987 por el comandante paramilitar Ernesto Báez, junto al propio Fernando Vargas Quemba y al fallecido y reconocido líder nazi Armando Valenzuela, según reveló el periodista Daniel Coronell en su columna del 11 de mayo de 2013 titulada “La huella nazi”.
Ahora bien, la representante María Fernanda Cabal, quien fue consultada para este artículo, negó cualquier relación con grupos neonazis, prefirió no referirse a Eduardo Romano y respondió textualmente desde su número de WhatsApp: “Ni más faltaba que una reunión de protesta en la que yo participé, pero para su pesar no organicé porque no tengo el tiempo que quisiera, ahora sea un delito. Esto es una clara persecución y matoneo y no se lo permito”.
Eduardo Romano, el expresidente de Tercera Fuerza y ahora líder de Vanguardia Nacional–Avanti Ragazzi, ha tenido otras actuaciones públicas como la protesta de José Jaime Uscátegui, quien aspiró a la Cámara de Representantes por la lista conservadora y se encadenó frente a la sede de la OEA para abogar por la libertad de su padre, el general Jaime Humberto Uscátegui, condenado a 60 años de cárcel por la masacre de Mapiripán.
Romano también es cercano al líder estudiantil venezolano Lorent Saleh, quien apareció fotografiado junto a Diego Cubillos, uno de los comandantes de Tercera Fuerza y junto al excongresista Pablo Victoria el pasado 6 de julio de 2013 en la Universidad de Santander UDES en Bogotá. Se trataba del lanzamiento de la Alianza Nacionalista por la Libertad, un movimiento político que se autodefine como “identitario”, que lucha “por la creación de una real comunidad nacional y una patria diferente” y que aparece como un apéndice de Tercera Fuerza.
Romano cambio de look, con lo que parecería querer borrar su pasado. Decidió acercarse a líderes políticos y a miembros activos de un sector del uribismo. Eduardo Romano parecería avanzar con pasos firmes en un nuevo propósito; ingresar a la escena política con una consigna clara, defender a las víctimas de la guerrilla y a los militares procesados por la justicia.