Falta de camas en los hospitales, colapso de los sistemas de salud, millones de trabajadores sin seguridad social, pérdida de empleos y hambre durante la cuarentena: el Coronavirus arrasa en un mundo erigido sobre la base de políticas neoliberales.
Hasta el momento las cifras de la COVID-19 son aterradoras: se ha expandido a 187 países, causado la muerte de cerca de 36 mil personas e infectado a más de 600 mil. Un tercio de la población mundial se encuentra en cuarentena al tiempo que se cierran las fronteras y la economía se detiene.
Cómo es que, en apenas unas semanas, esta pandemia se ha transformado en una crisis sanitaria y un tsunami económico y social, en palabras del primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
Expertos en políticas publicas, médicos y estudiosos de las ciencias sociales apuntan a la responsabilidad del modelo económico y político de nuestro tiempo: « Esta crisis debe permitirnos salir del neoliberalismo en todos sus niveles », estima el sociólogo y filósofo francés Edgar Morin, pero lamenta no estar seguro de que « eso se vaya a hacer ».
Si bien para nadie es un secreto que la llamada economía de mercado es injusta y desigual, el nuevo Coronavirus ha puesto al desnudo que esa economía de mercado es, además, incapaz de responder a epidemias como la que campea por el mundo.
En sus dos últimos informes, Oxfam denuncia que la desigualdad mundial alcanza niveles indecentes resultado de un sistema económico fallido y señala a las siete potencias de cargar con la “responsabilidad histórica” de haber construido en los últimos 50 años un mundo con grandes desigualdades.“No han invertido lo suficiente en servicios públicos, como salud, educación y protección social, afirma la Ong especilizada en pobreza.1
« Las políticas neoliberales de desregulación de mercados, mundialización y medidas de austeridad social han contribuido, de manera muy clara, a la expansión de tales enfermedades a los dos lados del Atlántico Norte» asegura, en entrevista con Radio Francia Internacional (RFI), Vicenç Navarro, director del Centro de salud y políticas públicas de la Universidad de Hopkins en Baltimore y catedrático de la Pompeu Fabra de Barcelona.
El experto explica que la humanidad está menos protegida frente a la pandemia porque con la aplicación de políticas inspiradas en la ideología neoliberal se debilitó la red de protección social que el Estado había conseguido con una serie de conquistas sociales.
En ese sentido, afirma Navarro, « la gran dificultad para enfrentar esta pandemia la sufren los países donde se ha aplicado con mayor dureza las medidas de austeridad. Ejemplos: Italia, España y Estados Unidos. Dichas medidas implican el recorte del gasto público, afectando directamente a servicios como la sanidad. Las consecuencias se ven hoy, por ejemplo, en el enorme descenso de camas en los hospitales públicos».
El especialista detalla que las prácticas neoliberales fueron iniciadas a principios de los años ochenta por el presidente Reagan en EEUU y la primera ministra Thatcher en Reino Unido, y emuladas más tarde en Europa por gobiernos conservadores, liberales y socialdemócratas como fue el caso de Tony Blair en Reino Unido, Gerard Schröder en Alemania, Zapatero –expandidas considerablemente por Rajoy– en España y de Berlusconi a Salvini en Italia. Con la crisis financiera del 2008, estas políticas neoliberales de recortes se impusieron sin pudor.
Sin camas y sin material, los sanitarios de España luchan contra la pandemia
Un ejercito de más de 600.000 profesionales de la salud llevan semanas librando una dura guerra contra el Coronavirus en España. Una guerra que deja en el país, según datos oficiales del 29 de marzo, 6.531 fallecidos, un número de contagiados que roza los 80 mil y casi 9.500 sanitarios infectados.
Cifras que puede ser significativamente peores. Según un informe del Instituto de Salud Carlos III, solo se está contabilizando a los pacientes que fallecen tras haber dado positivo en las pruebas de Coronavirus y por la ausencia de pruebas se ha dejado por fuera de los recuentos a más de la mitad de los decesos.
Lo cierto es que los hospitales públicos españoles se desbordan de pacientes graves que necesitan ingreso en planta o en las UCI, el personal sanitario que cuida de estos enfermos se ve desamparado y obligado a improvisar batas de protección con sábanas quirúrgicas o reutilizar las mascarillas que, en principio, son desechables. Los test rápidos que el Gobierno lleva días prometiendo no han empezado a usarse en los centros hospitalarios, que continúan con la técnica lenta.
Los Colegios de Medicos de Madrid (Icomem) y de Cataluña (COMB) estiman que que la crisis por la que atraviesa con esta pandemia está ligada a los recortes en salud. Según los parámetros de la OCDE, España es es el cuarto país que más ha recortado en su sistema sanitario desde el año 2009, cuando comenzaron los tijeretazos por la crisis: 7.600 millones de recorte del gasto en salud.
Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem), afirma que "En la Comunidad de Madrid se hicieron recortes y reformas sin ningún tipo de planificación. Se construyeron siete hospitales de concesión privada, pero se disminuyó el número de camas en los públicos ».
Las cifras de camas en UCI del país son muy débiles: apenas cuenta con 4.627 entre entidades públicas y privadas. Y ya están saturadas. Sólo Reino Unido está peor que España. Alemania tiene 222% más de camas en Cuidados Intensivos que España. Francia 22%. Incluso Italia tiene 33% más de camas en las UCI que las que tienen los españoles.
A la falta de camas se suman los recortes en personal y en la renovación de material de los hospitales públicos españoles, subraya Sánchez Chillón. « Ahora estamos viendo que un buen sistema sanitario público es uno de los pilares del Estado de Bienestar. Hay que cuidarlo mucho. Esto exige un cuidado de sus profesionales.
El lucro de la sanidad privada: un negocio redondo
Tras la política de recortes en salud adelantada por la derecha española del PP subyace una estrategia definida: lucrar lo privado, denuncia Rosa Medel, médica y miembro de la Asociación Ciudadana para la Promoción y Defensa de la Salud del País Valenciano (ACDESA)
La médica valenciana afirma también que « durante años desprestigiaron la gestión de la sanidad pública y aseguraron a la gente que con la privada ahorraríamos dinero. Eficacia y eficiencia de la gestión privada, era el lema».
Según explica Medel, el modelo de privatización de la salud que en Madrid impulso el PP dispuso la venta de los hospitales públicos a multinacionales y fondos de capital, generando oligopolios que imponen sus condiciones a la administración sanitaria. Hoy las multinacionales tienen el control de la sanidad madrileña.
La pregunta es ¿por qué si es mas costoso, se optó por aumentar el gasto sanitario en favor del modelo de la gestión privada? La médica responde: Porque tanto esas empresas privadas de sanidad afines al PP como responsables del mismo gobierno hicieron negocio. Y cita ejemplos como el del ex consejero de sanidad de Madrid, Juan José Güemes, quien participó en la concesión de un laboratorio de un hospital público a una empresa privada de la que luego fue nombrado en un alto cargo directivo.
El lucro de la sanidad privada también tuvo el respaldo de la Unión Europea (U.E.) con « una trampa contable», continúa Medel: un EURO público dedicado a la salud pública se considera DEFICIT mientras que un EURO público invertido en salud privada es un PRESTAMO. «Y Europa nos prohibe generar déficit".
No obstante, cuando España se ha convertido en el primer país afectado por el nuevo Coronavirus y se hunde en una grave crisis sanitaria, las empresas de sanidad privada del país han empezado a recortar plantillas y a cerrar sus centros de manera indefinida. Los grupos empresariales privados alegan que deben ahorrar gastos para sobrevivir.
Italia: un sistema sanitario en estado de coma
Los médicos italianos venían alertando sobre la crisis del sistema sanitario mucho antes de la irrupción del Coronavirus que, según cifras oficiales, para el 28 de marzo dejaba 92.472 casi positivos y10.023 muertos colocándose detrás de España en la lista de los países más afectados por la pandemia.
El brutal ajuste a la salud se inició durante la última gestión de Silvio Berlusconi. Y fue después de 2008, tras la crisis producida por la quiebra del banco Lehman Brothers, cuando el miedo a una estrepitosa caída de los mercados justificó la moda del recorte presupuestario.
En 2011, luego de que el Parlamento le aprobara un presupuesto a pedido de la UE con ajustes en todas las áreas de la administración pública, Berlusconi fue destronado por sus escandalosas bacanales. Lo sucedió Mario Monti, conocido por su vocación de ajustes. Los primeros recortes de Monti sumaron 4500 millones de euros en sanidad y en la administración pública a cambio de no subir dos puntos el IVA.
Es en un contexto heredado de estos tijeretazos a la salud pública que el personal sanitario italiano, especialmente del norte del territorio donde se ha concentrado el brote, hace frente a la guerra contra la COVID-19.
En plena crisis, hace unos días, sucumbió ante una insuficiencia respiratoria Roberto Stella, de 67 años, presidente del Colegio de Médicos de Varese e infectado por el Coronavirus. « Su muerte es el testimonio dramático de que hoy somos una parte integral de este sistema nacional de salud que está en emergencia”,lamentó durante el cepelio Silvestro Scotti, secretario nacional de la Federación de Médicos de Medicina General (Fimmg).
El colapso de los hospitales también ha puesto al personal sanitario italiano frente a una encrucijada ética: decidir a quién se atiende y a quién no. « Si una persona de entre 80 y 95 años tiene una insuficiencia respiratoria grave, seguramente dejará de ser tratada», declaró el médico de Bérgamo Christian Salaroli al periódico Corriere della Sera.
En Estados Unidos el Coronavirus puede hacer estragos
En opinión de Vincenç Navarro, experto en salud y políticas públicas, el país donde mayor impacto tendrá la pandemia es Estados Unidos, por contar con un sistema de muy poca protección social que alcanza niveles dramáticos: « El 30% de ciudadanos estadounidenses no tienen acceso a los servicios sanitarios y otros 27 millones tienen una cobertura muy insuficiente.
En EEUU la mayoría de servicios sanitarios son privados y, además el gobierno federal no puede intervenir para defender los derechos comunes, agrega el experto.
La precariedad de la clase trabajadora ha aumentado notablemente durante la época Trump, precisa Navarro y añade que « la gran mayoría de trabajadores no tienen sick leave, es decir, que si no trabajan por estar enfermos, no reciben ningún salario o ayuda financiera, sea privada (proveída por su empleador) o pública (por la Seguridad Social). Esta enorme desprotección es la causa de que muchas personas enfermas, infectadas por el Coronavirus, continúen trabajando y contagiando.
Según un estudio eciente del prestigioso centro de pensamiento Brookings Institution, el 44% de los trabajadores estadounidenses, es decir unas 53 millones de personas, recibe salarios por debajo de los 18.000 dólares al año. Un ingreso insuficiente para proveerse de una seguridad económica y, en consecuencia, adquirir un seguro médico está descartado para ellos.
Por otra parte, como resultado del escaso desarrollo del sector público, EEUU es uno de los países con el número más bajo de camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes dentro de la OCDE, lo que le acarrea un problema gravísimo a la hora de atender a la población, concluye el experto.
De igual forma, la desprotección social de los estadounidenses ha sido determinante en la ausencia de pruebas para detectar el contagio. S la persona no está afiliada a una de las cuatro grandes aseguradores privadas y costosas, no tiene acceso al test de manera gratuita. Aquellos que carecen de trabajo o seguro deben pagar varios cientos de dólares para realizarse la prueba del Coronavirus.
A ello se suma, destaca el experto, que en su obsesión por negar la existencia de la pandemia, el presidente Trump "llegó a ordenar a la máxima autoridad federal de salud pública, el Center for Disease Control and Prevention, que prohibiera las pruebas de identificación del contagio de COVID-19 ». Con anterioridad, su administración Trump ya había reducido a la entidad un 18% de su presupuesto anual,
Resultado de la medida: entre el 3 de enero y el 11 de marzo , en EEUU se limitó el número de pruebas a una cantidad mínima, sólo 26 pruebas de COVID-19 por cada millón de habitantes, cuando Corea del Sur realizó, durante el mismo periodo, 4.000 pruebas por millón de habitantes.
El experto en políticas públicas y salud de la Universidad de Hopkins resalta que el presidente Trump, obligado por la presión popular y política, empezó a movilizarse contra la expansión de la pandemia « aunque con un lenguaje nacionalista contra un virus extranjero venido de una nación hostil, China ».
Pero Navarro subraya igualmente que, Trump recortó 20% a los Programas Federales para Urgencias Infecciosas, eliminado la unidad de pandemias dentro del Consejo de Seguridad Nacional, dando absoluta prioridad a la seguridad nacional y desdeñando al seguridad sanitaria. Su administración mutiló siginifcativamente el presupuesto para investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), incluyendo estudios en los Coronavirus.
América Latina, crisis social y pandemia
El nuevo Coronavirus también irrumpe en los países latinoamericanos tras varias décadas de políticas de desmantelamiento de la salud pública y, en general, de las medidas de protección social.
« En América Latina, la seguridad social - elemento fundamental en momentos de crisis- y los sistemas de salud, que eran estatales pero muy deficientes, se fueron debilitando aún más con la irrupción de gobiernos neoliberales que tomaron medidas para favorecer a los grandes dueño de las finanzas», afirma Consuelo Ahumada, catedrática de la Universidad Externado, miembro de la Academia de Ciencias Económicas y ex secretaria de Protección Social en Colombia.
Entrevistada por RFI, la experta explica que varios países copiaron el modelo de privatización de la salud adoptado en Chile: « Se le dio al sector privado el manejo y la intervención en la cuestión sanitaria convirtiendo la salud en un negocio. »
Con las reformas neoliberales, que empezaron en los años 90 pero se radicalizaron a partir de la crisis financiera del 2008, los trabajadores no solo vieron desmantelada su protección social sino, y de manera drástica, sus derechos y garantías laborales, sostiene la economista experta en políticas públicas.
Como resultado de estas políticas de corte neoliberal se fue generando el desplazamiento masivo de gente en busca de trabajo. « Lo que se conoce como la migración laboral, en condiciones sociales muy precarias y cada vez mas perseguida y excluida. », observa Ahumada.
Desde luego, estos migrantes, que se encuentran desprotegidos y librados al abandono, constituyen una población de alto riesgo ante la pandemia. Y no solo por el hacinamiento y la falta de higiene que viven durante la ruta que los lleva al Norte, sino por las precarias condiciones de trabajo de aquellos que han logrado asentarse en Estados Unidos o Europa, (y cuyas remesas, paradójicamente, constituyen el primer renglón de divisas para países como Honduras).
Tanto en EEUU como en Europa, muchos de los migrantes latinoamericanos no tienen su situación regularizada y, por tanto, trabajan « al negro » con una baja media salarial, falta de días por enfermedad y escasez de flexibilidad laboral. Condiciones que los convierten en uno de los primeros sectores de la población en sentir el impacto económico del Coronavirus.
La vulnerabilidad de esta población ante al COVID-19 es de tal magnitud que el 28 de marzo Portugal regularizó a todos los inmigrantes pendientes de autorización de residencia. La medida de urgencia les permite acceder a los servicios de salud y al subsidio de paro en caso de despido por la epidemia.
Existen otros trabajadores en América Latina que también ocupan la primera línea de vulnerabilidad: aquellos del sector informal que laboran sin contrato de trabajo, sin registro de personalidad jurídica o simplemente sin remuneración.
El sector informal arroja cifras alarmantes: 47% en Colombia, 41,4% en Brasil, 56,3% en México. En la última semana de marzo, cuando el continente empezaba a encerrarse en sus casas, trabajadores informales protestaron y exigieron a los gobiernos ayudas durante el período de aislamiento pues, afirman todavía, que una medida como la cuarentena los pone mas cerca del hambre y de la muerte que el mismo Coronavirus.
La especialista en políticas públicas subraya que, además de los trabajadores informales, también son vulnerables frente al Coronavirus aquellas personas que están sometidas a la forma mas usual de contratación en América Latina: los contratos a término fijo.
« La prestación de servicio temporal (seis meses, en general) obliga al trabajador a no faltar durante ese período. Y si cae enfermo y no pude trabajar, lo obliga a congelar su contrato. La persona deja de percibir su pago durante el tiempo de ausencia por enfermedad. Son gente con bajos recursos y sin seguridad social », explica Ahumada.
Aquellas personas que si cuentan con contratos a término indefinido, pero mal pagos, también se verían afectadas -aunque no necesariamente infectadas- por los efectos del Coronavirus: « Ya hay denuncias, por lo menos en Colombia, de empresas que están cerrando y mandando a sus trabajadores a casa hasta nuevo aviso. Les suspenden el contrato por esos dos o tres meses que dure la crisis y la persona deja de percibir su salario durante dicho periodo».
Frente a lo que califica de catástrofe global, Consuelo Ahumada propugna por una defensa de lo público y la solidaridad. « Ojalá en América Latina salgamos adelante de esta crisis sanitaria », puntualiza. Y agrega de manera categórica : « Pero la crisis social que vendrá será enorme ».
La estrategia para ganar esta guerra
La Organización Mundial de la salud (OMS) no se cansa de repetirlo: las condiciones que favorecerán una respuesta positiva a la pandemia son el nivel de solidez y madurez de los sistemas sanitarios y sociales, así como la estrategia para atacar la epidemia.
Confinar a la población puede servir para reducir el contagio y aliviar al sistema sanitario. Lavarse las manos, o toser y estornudar en el codo sirve para uno mismo y los demás. Pero ninguna de esas medidas basta por si solas, insiste el director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus,
La forma más efectiva de prevenir infecciones y salvar vidas es romper las cadenas de transmisión. Y para hacer eso, « se deben hacer pruebas" y "tomar medidas para aislar los casos positivos", agrega el doctor Tedros.
En se sentido, lo sistemas sanitarios de cobertura universal, o casi universal, con los que cuentan países como China, Singapur, Japón y Corea del Sur lograron controlar la expansión de la epidemia y atender a la población enferma.
Corea del Sur se convirtió en ejemplo para el mundo por su eficaz estrategia para contener la enfermedad del COVID-19 y revertir la tendencia: en la región foco del brote, se puso en marcha un rápido y ultra masivo (hasta diez mi pruebas por día) operativo de rastreo y detección de las personas infectadas y a los posibles contagiados por contacto.
La estrategia de rastreo, detección y tratamiento de los infectados, permitió planear adecuadamente la atención en salud debido a que solo el 10% de los contagiados requiere hospitalización. De esta manera, y si se cuenta con un sistema sanitario con recursos suficientes, se evita el colapso.
En un articulo publicado en el International Journal of Health Services bajo el titulo « Necesitamos una atención de salud pública sólida para contener la pandemia mundial de Corona» Wim De Ceukelaire y Chiara Bodin señalan que ante la incapacidad de sus sistemas sanitarios de coordinar respuestas colectivas adecuadas, los gobiernos europeos tomaron al distanciamiento social como pieza principal de sus planes de mitigación del COVID-19, centrando su estrategia en las responsabilidades individuales de la gente.
Sin desconocer la importancia de estas medidas, las autoras y directivas de la Ong belga Viva la Salud advierten que son insuficientes si no se acompañan de provisión de servicios públicos sociales y ayuda a las familias. También "es primordial garantizar los derechos laborales y sociales de la población para resolver los problemas creados por la pandemia en los mercados de trabajo y en las sociedades sometidas a ella".
Termino este articulo en el que se desglosa una realidad tan dura para la humanidad, así como duro es el reto de superarla, con la mirada esperanzadora de uno de los grandes filósofos de nuestro tiempo: Emilio Lledó. El pensador español hace un llamado -no moralista- para que después de todo esto nos reinventemos como sociedad de una mejor manera.
Convencido de que hoy más que nunca es urgente cuidar de lo público, el filósofo resalta « el esfuerzo que están haciendo los hospitales como ejemplo de ello ».
Artículo publicado originalmente en Radio Francia Internacional.