Desde finales del mes de enero se popularizó una tendencia o hashtag en nuestro país por medio de las redes sociales, cuyo lema tenía y tiene por objetivo evidenciar el amaño a lo que nuestro fútbol se ha convertido. #Lopagarasumadre fue tendencia entre el 31 de enero y 1 de febrero del presente año para mostrar el inconformismo a la privatización del fútbol profesional colombiano. Para ver los partidos de los llamados equipos grandes del Fútbol Profesional Colombiano hay que pagar 29.900 pesos por mes; algo claramente desproporcionado, sumamente arbitrario a los salarios que se obtienen en Colombia y un cobro excesivo si se tiene en cuenta que hay plataformas como NETFLIX con series y películas ilimitadas cuyo valor es inferior y la calidad es altísima a comparación de lo que nos quieren vender, además de hacer pagar.
Mientras la economía sigue creciendo y le apunte a ese “progreso para la humanidad”, el fútbol no escapa de esos aires, es más, se ha implementado con singular devoción el mandamiento del neoliberalismo: el crecimiento económico a toda costa. Tanto ha crecido nuestro fútbol en los últimos años que las taquillas solo aportan el 8% para la manutención de un equipo deportivo. (Superintendencia de Sociedades.)
Y como hoy ya se traduce nuestro fútbol en negocio, las manos reguladoras no se hacen esperar, primero el anuncio desde finales de octubre del año pasado en el imperativo del Canal Premium, cuya justificación era un ingreso más equitativo para los equipos que hacen grandes inversiones, es decir, aquel equipo desahuciado que no tiene para comprar un buen jugador o no vive de las taquillas, está condenado al fracaso semestre a semestre, que a la postre, termina en la segunda categoría. Uno se preguntará: ¿Cómo esos equipos se sostienen? En el club Envigado o Cantera de Héroes se encuentran respuestas; desde siempre su fin y objetivo es formar desde sus fuerzas básicas a jugadores para posteriormente venderlos; aunque no es suficiente, dado que, de los 6 equipos con crisis que reporta la Superintendencia de Sociedades, Envigado F.C se encuentra en dicha lista. Nuestro fútbol, como el de ningún otro lado es auto-sostenible, para que luego nos digan que con el Canal Premium y los 29.900 pesos mensuales se va intentar salvar a los equipos en crisis. Más bien unos cuantos, (también incluyen clubes de nuestro fútbol), se van apoderar del negocio y ¡Vaya negocio sí es!
Cuando se habla de negocio en el deporte, y más en nuestro querido y popular fútbol, nos genera cierta sensación de desilusión, puesto que, siguiendo las líneas de Gonzalo Medina en su libro Prohibido Perder, vemos en el deporte: “los mitos, las cosmogonías, los imaginarios colectivos, los bailes, el sentido de muerte y de vida, la alegría, la violencia, la resistencia y en general todo lo que sea reconocido como valor, están presente como fuente orientadora de la actividad deportiva, bien para definir su papel dentro de la comunidad, sus principios éticos, su noción de colectividad y de individualidad, su relación con el competidor y obviamente la posibilidad de expresar sus capacidades físicas e intelectuales.” Además de ver en el deporte y el fútbol aquel medio para mover realidades y escapar de una cotidianidad a veces sofocante.
Por ello duele que nos privatizan algo tan querido y que se mete a cada rincón de nuestro país, duele cuando escuchamos que un relator de nuestro fútbol dice lo siguiente: “Hay que mimar, hay que querer nuestro querido y hermoso fútbol colombiano”, pero ellos (el Canal Premium), no nos dejan mimarlo y quererlo, más bien vemos las manos corruptas dentro de este negocio que censuran a todo aquel que profiera algo contra semejante atropello.
No iré muy lejos, el jugador Andrés Ricaurte, del Deportivo Independiente Medellín, comentó para el periódico El colombiano situaciones en contra del Canal Premium, además de abogar y velar por la justicia del espectador y el público en general, por consiguiente, nuestra entidad máxima de fútbol aplicó la censura y ley mordaza cuyo castigo fue: partido por liga un viernes con hora 4:00 de la tarde. A pesar de ello, dicho jugador fue figura excluyente del encuentro; asistencia y gol lo acreditaban como figura por escándalo del partido, de hecho, los del canal Premium lo dieron por figura, pero el cinismo es tanto que la DIMAYOR le otorgó el premio de: Man of the Match a un jugador cuya trascendencia fue nula en el encuentro como Andrés Steven (Tití) Rodríguez. Se nota los intereses en los cuales gira nuestro torneo. También qué esperar, si el presidente de nuestra confederación no tiene ni idea de lo que es el fútbol y está allí por un favor político que le debían.
Mientras la corrupción sea ese adjetivo fáctico, nada escapa de un país que siempre busca obtener ventaja y beneficios ante una oportunidad, hoy la oportunidad la da el fútbol para convertirla en un negocio de unos cuantos. Nos intentan vender un canal con un costo altísimo justificando que están a la vanguardia tecnológica. Pero su justificación se desmonta fácilmente ante las precarias instalaciones a lo que fútbol respecta, plazas como: El General Santander, La Independencia de Tunja, Jaraguay, Polideportivo Sur, entre otros, no se prestan para convencer de pagar los 29.900 pesos mensuales. Además, invitan a que asistamos masivamente al estadio, pero los del canal Premium nunca transmiten a excepción de la final, un partido desde el estadio mismo, nos invitan, pero ellos están desde una cabina de Bogotá dizque llevando y trayéndonos fútbol. Por ello y me uno a la etiqueta #lopagarasumadre, además de: #Premiumsumadre.