Desde el 25 de marzo y por lapso de 15 días, en varias zonas de Manizales se percibieron olores nauseabundos a raíz del desplome de 9.000 metros cúbicos de residuos en el relleno La Esmeralda de la Empresa Metropolitana de Aseo EMAS. Debido a su cercanía, barrios como Puerta del Sol, Encenillo, Villa Julia, Palo Negro, El Caribe, Peralonso y Fanny Gonzales, fueron los más afectados con el derrumbe, sin embargo, los olores llegaron al centro de la ciudad y otros lugares apartados.
Al no haber hasta el momento una razón clara que explique las causas del suceso, surgen algunas preguntas sobre la capacidad del relleno que lleva 24 años de operación: ¿Las 54 hectáreas que posee son suficientes para recibir diariamente 400 toneladas de basura? ¿El relleno es lo suficientemente amplio para albergar residuos de Manizales, todos los municipios de Caldas y algunos municipios de otros departamentos? Mientras se resuelven los interrogantes, queda la preocupación por las acciones legales que pueda enfrentar la empresa, como un proceso sancionatorio ambiental por parte de Corpocaldas o demandas de los habitantes por afectación a la salud, contaminación del ambiente y perjuicio al valor comercial de los inmuebles.
La coyuntura que vivió la ciudad en estos días -similar en algunos aspectos a la padecida en 2011 con la crisis del agua- debe servir para analizar críticamente la gestión de las empresas público-privadas de servicios públicos de la región. EMAS nació como una sociedad comercial con una participación mayoritaria del sector privado, luego de la liquidación de las Empresas Públicas de Manizales por decision del alcalde de la época. El avalúo de la concesión por debajo de su precio real, el favorecimiento a 4 familias de la región y a la Corporación Financiera de Caldas, la modificación arbitraria de las condiciones de la concesión en detrimento del municipio y una serie de irregularidades en los trámites administrativos y legales, fueron los elementos centrales en la creación de esta empresa.
La participación privada de EMAS ha pasado por varias manos. Las 4 familias y la Corporación Financiera de Caldas vendieron su participación para que el Grupo Sala tomara control de la mayoría accionaria, y hoy, después de 20 años de la constitución de la compañía, el principal accionista es el grupo de inversiones norteamericano ACON Investments, que posee activos por 3,5 billones de dólares y tiene inversiones por 2.000 millones de dólares en Latinoamérica, lo que implica que quien ejerce el control del aseo en Manizales es una gran compañía de negocios. Uno de los socios fundadores de ACON Investments es Bernard Aronson, quien ha sido socio de Gabriel Silva, ex embajador de Colombia en Estados Unidos, y es el delegado del Presidente estadounidense Barack Obama en los diálogos de La Habana.
La concesión hecha a EMAS venció el año pasado, por lo que debe abrirse un gran debate sobre la conveniencia de revertir la empresa a la nación. Es deber de la dirigencia regional y de todos los ciudadanos, realizar un análisis a fondo del estado financiero actual de la empresa con el fin de determinar su viabilidad.
La recolección y el depósito de residuos es un servicio esencial para los habitantes de las ciudades, razón por la cual es altamente dudoso que lo más conveniente para los manizaleños sea que el sector lo controle una gran compañía extranjera que exporta sus utilidades y no le presta la atención adecuada a situaciones como la que se presentó por cerca de 3 semanas en la ciudad, en la que brillaron las demoras y la improvisación.
Twitter: @darioarenasv