Maradona, Messi, Pelé, Di Stefano tienen algo en común: sus gambetas, la riqueza de su fútbol, las pulieron en las canchas de barrio. Destapadas, llenas de pedazos de botellas de vidrio, feas, las canchas daban la seguridad de que el fútbol era el más democrático de los deportes. Sólo se necesitaba el potrero y una pelota de trapo a diferencia de deportes más complejos como el basket, el tenis, el mismo beisbol.
Hasta el 2002, fecha en la que Brasil levantó la copa en Corea-Japón, la balanza entre Sudamericanos y Europeos estaba equilibrada. Los dos continentes se repartían las copas Mundo en igual cantidad. Desde ese año se rompió la balanza. En el 2006 ganó Italia, 2010 España, 2014 Alemania, 2018 Francia. Casi dos décadas sin titulos mundiales. Desde esa fecha sólo Uruguay en Sudafrica, y Brasil y Argentina en el 2014 han podido entrar a semifinales. En el último mundial los que más lejos llegaron fueron Brasily Uruguay a cuartos de final.
Por eso no sorprende es que en el Top 100 que acabó de entregar el Observatorio Internacional de Estudios Deportivos sólo aparezcan 17 sudamericanos entre los 100 jugadores más valiosos del mundo, una lista que encabeza la estrella del Manchester United Marcus Rashford cotizado en 165 millones de Euros. De los suramericanos 12 son brasileros y el mejor rankeado es Lautaro Martínez. Si, ya Messi en su ocaso, con la irregularidad de Neymar quien a los 29 años ya no aparece en la lista, las lesiones de James, la vejez de Cavani, Suarez y Falcao, nos estamos quedando sin cracks, una tragedia teniendo en cuenta que entre los cinco mejores jugadores de la historia hay por lo menos cuatro sudamericanos.
Las canchas sinteticas acabaron con el talento. Cada vez es más dificil jugar gratis. Hay que tener las monedas que se gastan en la bolsita de agua para pagar la cancha. Además, los niños cada vez la tienen más dificil para jugar. Cada vez es más dificil encontrar terrenos baldios en la ciudad para ver a ventidos muchachitos patear un balón. Además son múltiples las lesiones que se pueden dar por pisar mal una cancha sintética. A eso hay que sumarle la compra siempre prematura de niños por parte de los mejores clubes de Europa quienes quieren tener antes que nadie al próximo Messi.
Nos estamos desangrando de talento, Europa vuelve a robarle la cartera a América.