En su momento, siendo alcalde el hoy cuestionado candidato Óscar Andrés Pérez en Bello, por allá en 2010, propuso, adelantó y negoció lo que hoy es el “Parque Planta de Tratamiento Aguas Claras”, que no es más que una planta para la intervención de aguas residuales con un paisajismo bastante amplio y bonito. Sin embargo, este proyecto de EPM condenó a un amplio sector de Bello a convertirse en la cañería del área metropolitana. Los fuertes olores que se expelen desde esta obra afectan a una gran parte de los habitantes de la población del norte del Valle de Aburrá, que se han visto, o mejor, han olido obligados a acostumbrarse a respirar el mal olor en sus quehaceres diarios: en la cocina de la casa, en la sala de visitas, en los restaurantes, en los salones de clase, en la calle, en las canchas, en fin, siendo esta una situación, no solo nauseabunda e incómoda, sino, además, bastante injusta.
Pero los problemas para Bello a raíz de la mala planeación frente a la ubicación de la Planta Aguas Claras en Bello, también surgió una disputa jurídica entre EPM y el municipio de Bello, nuevamente por la mala planeación del entonces alcalde Óscar Andrés Pérez en Bello. Lo anterior, a raíz de que en el cobro de la plusvalía que le correspondía a EPM sobre los terrenos en donde se encuentra hoy la plata. Se cobraron $89 mil millones de pesos que EPM pagó en su momento, el 29 de diciembre de 2009, para ser más exactos. Sin embargo, el 31 de diciembre de ese mismo año, dos días después de desembolsar esa cifra al municipio de Bello, EPM interpeló a la administración municipal a que se le devolvieran 48 mil 500 millones de pesos, aduciendo que la alcaldía del señor Oscar Andrés Pérez hizo mal los cálculos para el cobro de dicho dinero, partiendo de la base de, nuevamente, una mala ejecución en la planeación y los cálculos errados de este proceso. Y es que la plusvalía que se cobró a EPM en diciembre de 2009, fue sobre un área de 468 mil metros cuadrados, cuando en realidad el terreno solo abarca un área de 390 mil metros cuadrados.
Pues bien, además de los diversos temas judiciales que afronta el señor Pérez por cuenta de su pasada administración, se suma además la cuenta de 89 mil millones de pesos que, hasta el día de hoy, no se sabe en qué fueron invertidos en el municipio de Bello. Así pues, como dicen por ahí, a la mala memoria de los habitantes de Bello se suman todos los aspectos que hacen un caldo de cultivo de problemas a este municipio del norte del Valle de Aburrá. Hoy, las malas decisiones en administraciones pasadas, no solo condenan a Bello a los problemas que hoy lo aquejan, sino también a tener que vivir en medio de los fétidos olores que dejan dichas decisiones equivocadas y poco planeadas. ¿Será que el señor Oscar Andrés se sometería a vivir en la zona de influencia de “Aguas Claras” o al menos se sentaría a comer en uno de los restaurantes cercanos una semana entera? Habrá qué ver hasta dónde son capaces de llegar en campaña para resarcir las malas decisiones.